viernes, 21 de mayo de 2010

Pina Suriano: La Beata que se ofreció como víctima por la santidad de los sacerdotes

Publicado 2010/05/19
Autor: Gaudium Press
Sección: Opinión

Bogotá (Miércoles, 19-05-2010, Gaudium Press) "Amó a Jesús con un amor ardiente y fiel, hasta el punto de escribir con toda sinceridad: «No hago otra cosa que vivir de Jesús». A Jesús le hablaba con corazón de esposa: «Jesús, hazme cada vez más tuya, Jesús, quiero vivir y morir contigo y por ti» (...) Maduró gradualmente una sencilla y firme voluntad de entregar a Dios como ofrenda su joven vida, en particular para la santificación y la perseverancia de los sacerdotes": de esta manera el Papa Juan Pablo II hizo referencia a Josefina Suriano -conocida cariñosamente como "Pina", una laica comprometida que desde su adolescencia se adhirió a la Juventud femenina de la Acción Católica-, en la homilía de la ceremonia de su Beatificación el 5 de febrero de 2004, en Loreto, Italia.

Pina Suriano, quien nació el 18 de febrero de 1915 en Partinico, Italia, en el calor de una familia modesta de jóvenes esposos, desde muy temprana edad fue sensible al espíritu religioso que había en su hogar; se dice que cuando apenas tenía 2 años y descubrió por primera vez a Jesús crucificado, de inmediato comprendió lo que significaba el símbolo de la cruz.

Más adelante, aún siendo una niña -con 7 años de edad-, se involucró como miembro activo de la Acción Católica (AC) -asociación de apostolado seglar con presencia a nivel mundial- siendo primero lo que se conoce como "benjamina", luego aspirante, hasta llegar a ser Joven de la AC, donde participó activamente en la vida diocesana y parroquial.

De 1938 a 1948 ejerció varias funciones en la AC; primero como encargada de las sesiones menores de la asociación -que la conformaban los angelitos, pequeñísimos, benjaminas y aspirantes-, luego fue secretaria, y desde 1945 presidenta de las jóvenes.

Quiso dar su vida completamente a Dios

Pina, desde muy joven, anheló entregarse plenamente a Dios a través de la vida religiosa, pero sus padres se opusieron enfáticamente, al ver desvanecer los propósitos matrimoniales que soñaban para ella, llegando a afirmar, incluso, que preferían tener una hija muerta a que ella llegara a ser monja.

Pese a esta difícil situación que enfrentó por varios años, Pina siempre mostró una fuerte obediencia a sus padres, pero también, un gran amor a Jesús. Es así que el 29 de abril de 1932 -a la edad de 17 años-, decidió hacer voto de castidad, el cual renovaba cada mes con el permiso de su guía espiritual, demostrando que su compromiso religioso provenía de una sólida opción de vida.

El 30 de mayo de 1948, tras varios intentos en ingresar a la vida religiosa, puesto que siempre se encontraba con dificultades insuperables, decidió como última prueba de su amor a Dios ofrecerse como víctima por la santidad de los sacerdotes.

Un par de años después, luego de morir por causa de un infarto -el 19 de mayo de 1950-, para algunos fue llamativa la coincidencia de su acción al ofrecerse como víctima y el inicio de una artritis reumática que le ocasionó el defecto cardiaco que la llevó a su muerte.

En la actualidad sus restos se encuentran en el cementerio municipal de la iglesia parroquial del Sagrado Corazón, en Partinico, su ciudad natal.

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