Santa Bernadette Soubirous
¡Oh Jesús!, luz de mi alma, iluminad mis ojos interiores en el tiempo de la tribulación; y ya que me es útil sufrir, no tengáis en cuenta mis temores ni mi flaqueza.
Os conjuro, ¡oh Dios mío!, por vuestros desamparos, no que no me aflijáis, sino que no me abandonéis en la aflicción, que me enseñéis a buscaros en ella como mi único consolador, que sustentéis en ella mi Fe, que en ella fortifiquéis mi esperanza, que purifiquéis en ella mi amor; concededme la gracia de reconocer en ella vuestra mano, y de no desear en ella otro consolador sino Vos.
Humilladme cuanto queráis, y consoladme solamente a fin de que pueda sufrir y perseverar hasta la muerte en el sufrimiento. Ya que las gracias que os pido son fruto de vuestros desamparos, haced que su virtud se manifieste en mi flaqueza, y glorificaos en mi miseria, ¡oh Jesús mío!, único refugio de mi alma.
¡Oh Madre Santísima de mi Jesús, que visteis y sentisteis la extrema desolación de vuestro querido Hijo, asistidme en el tiempo de la mía!
Y vosotros, santos del Paraíso, que pasasteis por esta probación, tened compasión de aquellos que sufren y obtenedme la gracia de ser fiel hasta la muerte. ²
viernes, 21 de mayo de 2010
Oración del alma desamparada
Etiquetas: heraldos del evangelio, uruguaay, uruguauy, uruguay, uruuguay
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