miércoles, 11 de agosto de 2010

“La certeza del Evangelio es un estímulo para mejorar la propia vida”, predicó el Papa en el Ángelus

Publicado 2010/08/09
Autor : Gaudium Press


También en el Ángelus, Benedicto XVI habló sobre dos santos mártires del siglo XX muertos en campos de concentración, Santa Edith Stein y San Maximiliano Kolbe, como ejemplos de infinita esperanza y confianza en Dios

Castel Gandolfo (Lunes, 09-08-2010, Gaudium Press) Al comentar el Evangelio del día en el Ángelus de este domingo, Benedicto XVI continuó la reflexión "sobre el valor de la persona ante los ojos de Dios y sobre la inutilidad de las preocupaciones terrenales" a la luz de la esperanza cristiana. Como el año pasado, el Papa recordó a los santos celebrados en estos días por el calendario litúrgico, Santo Domingo de Guzmán y Santa Clara de Asís, el santo mártir diácono Lourenço, Santa Teresa Benedita de la Cruz y San Maximiliano María Kolbe.

Es el cuarto domingo consecutivo que Benedicto XVI se encuentra con los fieles en su residencia de verano de Castel Gandolfo, para la ceremonia dominical del Ángelus. En una tranquila atmósfera, el Santo Padre recordó las cuestiones más importantes para la vida de los cristianos: la fe, la esperanza y la confianza en Dios.

Según el Papa, el Evangelio da a los fieles la certeza de la "nueva vida". Por esto las fuerzas deben ser concentradas en la eternidad, y no en cosas terrenales. No es un incentivo al desempeño, sino a la certeza, porque el Evangelio no es una comunicación de cosas que se pueden saber, sino "una comunicación que produce acontecimientos y cambia la vida".

"Vendan sus bienes y den su dinero en limosnas. Hagan donaciones que no envejecen, un tesoro que no pierde su valor en el cielo: allá el ladrón no llega, ni la polilla lo corroe", afirmó Benedicto XVI.

El Papa, también habló sobre los santos que la Iglesia celebra en estos días. Este domingo, la Iglesia recordó a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden Dominicana, que desempeñó la misión de educar a la sociedad sobre la verdad de fe. El Papa recordó, igualmente, que el próximo 10 de agosto la Iglesia celebra al santo diácono Lourenço, y el 11 a Santa Clara de Asís, fundadora de la Orden de las Clarisas en continuidad a la obra franciscana.

Todavía en esta semana son celebradas dos figuras de santos mártires del siglo XX, del período de la Segunda Guerra Mundial: Santa Teresa Benedita de la Cruz y San Maximiliano María Kolbe. Edith Stein fue una filósofa alemana judía, nacida en Breslaru, hoy Wroclaw en Polonia. Gracias a la traducción de Santo Tomás de Aquino, se convirtió al catolicismo y se tornó santa carmelita. San Maximiliano María Kolbe fue un sacerdote polaco franciscano, fundador de la Milicia de María Inmaculada.

Ambos fueron muertos en el campo de concentración de Auschwitz. "Ambos vivieron el tiempo oscuro de la II Guerra Mundial sin perder de vista la esperanza, el Dios de la vida y del amor", subrayó el Papa.

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