viernes, 15 de octubre de 2010

Evangelio del día

2010-10-15 - Evangelio según San Mateo 11,25-30

Publicado 2010/10/15
Autor : Sagrada Biblia


Cantaré eternamente el amor del Señor, proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.

Libro de Eclesiástico 15,1-6

El que teme al Señor hace todo esto y el que se aferra a la Ley logrará la sabiduría. Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como una joven esposa, lo alimentará con el pan de la inteligencia y le hará beber el agua de la sabiduría.

El se apoyará en ella, y no vacilará, se unirá a ella, y no quedará confundido. Ella lo exaltará por encima de sus compañeros y le abrirá la boca en medio de la asamblea. El encontrará el gozo y la corona de la alegría y recibirá en herencia un nombre perdurable.

Salmo 88

Cantaré eternamente el amor del Señor, proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.
Porque tú has dicho: "Mi amor se mantendrá eternamente, mi fidelidad está afianzada en el cielo.
El cielo celebre tus maravillas, Señor, y tu fidelidad en la asamblea de los santos, porque ¿quién es comparable al Señor en las alturas? ¿Quién como el Señor entre los hijos de Dios?
Dios es temible en el consejo de los santos, más grande y terrible que cuantos están a su alrededor?
Señor, Dios del universo, ¿hay alguien como tú? Tú eres fuerte y estás rodeado de fidelidad.
¡Feliz el pueblo que sabe aclamarte! Ellos caminarán a la luz de tu rostro; se alegrarán sin cesar en tu Nombre, serán exaltados a causa de tu justicia.
Porque tú eres su gloria y su fuerza; con tu favor, acrecientas nuestro poder.
Sí, el Señor es nuestro escudo, el Santo de Israel es realmente nuestro rey.

Evangelio según San Mateo 11,25-30

En esa oportunidad, Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.

Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.

Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana".

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