Schoenstatt es un Movimiento de renovación, nacido en el seno de la Iglesia, de marcado carácter apostólico y laical.
Su centro espiritual es el Santuario de Schoenstatt, donde María se muestra de modo especial como la Madre y Educadora que da a luz a Cristo en nosotros, conformándonos según su imagen.
El Movimiento u Obra de Schoenstatt tiene su origen en un acontecimiento de gracias que tuvo lugar el 18 de octubre de 1914 en la capillita ubicada en Schoenstatt (Vallendar, Alemania). En esta fecha el Fundador del Movimiento de Schoenstatt, Padre José Kentenich, junto a un grupo de jóvenes, sellaron un pacto o alianza de amor con la Santísima. Virgen, pidiéndole que ella se estableciese espiritualmente en la capillita que había sido puesta a su disposición y convirtiese ese lugar en un lugar de peregrinación.
Esa pequeña capilla hoy se conoce como Santuario, es el lugar en el cual la Santísima Virgen distribuye gracias especiales y es venerada bajo el título de Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt.
Hoy en el mundo existen más de 170 Santuarios filiales, iguales al original donde sus peregrinos experimentan la cercanía de la Santísima Virgen, de Dios y de la comunidad.
El Movimiento de Schoenstatt está presente en los cinco continentes. Pertenecen a Schoenstatt todas aquellas personas bautizadas, sin distinción de edad, sexo, de estado civil o de profesión, que hayan sellado la Alianza de Amor con María en su Santuario y se vinculan espiritualmente al Fundador.
Existe además la posibilidad de incorporarse a alguna de las diferentes ramas y comunidades del Movimiento, que están organizadas según el grado de compromiso apostólico, ascético y comunitario que asumen sus miembros.
La Alianza de Amor con la Santísima Virgen es el centro de la espiritualidad de Schoenstatt.
El Padre Kentenich entiende a esta alianza como una forma original de renovar la alianza que sellamos con el Dios Uno y Trino en Cristo Jesús a través del bautismo, donde el cristiano se incorpora personalmente a la historia de salvación.
La Alianza de amor se hace concreta y eficaz en las siguientes dimensiones:
- La santidad de la vida diaria: que es el seguimiento práctico de Cristo en medio del mundo. Es ahí donde la Virgen nos ayuda a encontrarnos con el Dios de la vida y a responder su llamado cotidiano. De tal manera que nuestra relación con Dios se exprese en toda las dimensiones de nuestra vida, uniendo así en forma armónica fe y vida.
- La espiritualidad instrumental: la Alianza de Amor no sólo busca una relación interpersonal “intima” con Dios, sino que comprende necesariamente una proyección apostólica, nos lleva a tener una fuerte conciencia de misión: de saber que el Señor nos necesita para su labor evangelizadora.
Por ello a través de la Alianza nos ponemos a disposición de María para contribuir eficaz y fecundamente en la viña del Señor.
- La fe práctica en la divina providencia: la hondura del encuentro con Dios, basada en la santidad de la vida diaria y de la espiritualidad instrumental, se realiza porque nos anima una fe activa de búsqueda y respuesta al Dios que nos interpela permanentemente.
Dios tiene un plan de amor para la humanidad y para cada persona en ella. El Padre Kentenich insiste que es una fe “práctica” porque nos lleva a conocer la voluntad de Dios, por la luz de la fe, en la vida y en los acontecimientos, y a responderle filial y eficazmente.
De esta manera Schoenstatt quiere ayudar a forjar en la Alianza de Amor una nueva cultura que tenga los rasgos de María, sobre el fundamento de una nueva comunidad basada en: “hombres y mujeres nuevos, que vivan la unión entre fe y vida e integren lo humano y religioso, y que incentiven la coordinación de todas las fuerzas apostólicas de la Iglesia para la transformación del mundo en Cristo”.
Su centro espiritual es el Santuario de Schoenstatt, donde María se muestra de modo especial como la Madre y Educadora que da a luz a Cristo en nosotros, conformándonos según su imagen.
El Movimiento u Obra de Schoenstatt tiene su origen en un acontecimiento de gracias que tuvo lugar el 18 de octubre de 1914 en la capillita ubicada en Schoenstatt (Vallendar, Alemania). En esta fecha el Fundador del Movimiento de Schoenstatt, Padre José Kentenich, junto a un grupo de jóvenes, sellaron un pacto o alianza de amor con la Santísima. Virgen, pidiéndole que ella se estableciese espiritualmente en la capillita que había sido puesta a su disposición y convirtiese ese lugar en un lugar de peregrinación.
Esa pequeña capilla hoy se conoce como Santuario, es el lugar en el cual la Santísima Virgen distribuye gracias especiales y es venerada bajo el título de Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt.
Hoy en el mundo existen más de 170 Santuarios filiales, iguales al original donde sus peregrinos experimentan la cercanía de la Santísima Virgen, de Dios y de la comunidad.
El Movimiento de Schoenstatt está presente en los cinco continentes. Pertenecen a Schoenstatt todas aquellas personas bautizadas, sin distinción de edad, sexo, de estado civil o de profesión, que hayan sellado la Alianza de Amor con María en su Santuario y se vinculan espiritualmente al Fundador.
Existe además la posibilidad de incorporarse a alguna de las diferentes ramas y comunidades del Movimiento, que están organizadas según el grado de compromiso apostólico, ascético y comunitario que asumen sus miembros.
La Alianza de Amor con la Santísima Virgen es el centro de la espiritualidad de Schoenstatt.
El Padre Kentenich entiende a esta alianza como una forma original de renovar la alianza que sellamos con el Dios Uno y Trino en Cristo Jesús a través del bautismo, donde el cristiano se incorpora personalmente a la historia de salvación.
La Alianza de amor se hace concreta y eficaz en las siguientes dimensiones:
- La santidad de la vida diaria: que es el seguimiento práctico de Cristo en medio del mundo. Es ahí donde la Virgen nos ayuda a encontrarnos con el Dios de la vida y a responder su llamado cotidiano. De tal manera que nuestra relación con Dios se exprese en toda las dimensiones de nuestra vida, uniendo así en forma armónica fe y vida.
- La espiritualidad instrumental: la Alianza de Amor no sólo busca una relación interpersonal “intima” con Dios, sino que comprende necesariamente una proyección apostólica, nos lleva a tener una fuerte conciencia de misión: de saber que el Señor nos necesita para su labor evangelizadora.
Por ello a través de la Alianza nos ponemos a disposición de María para contribuir eficaz y fecundamente en la viña del Señor.
- La fe práctica en la divina providencia: la hondura del encuentro con Dios, basada en la santidad de la vida diaria y de la espiritualidad instrumental, se realiza porque nos anima una fe activa de búsqueda y respuesta al Dios que nos interpela permanentemente.
Dios tiene un plan de amor para la humanidad y para cada persona en ella. El Padre Kentenich insiste que es una fe “práctica” porque nos lleva a conocer la voluntad de Dios, por la luz de la fe, en la vida y en los acontecimientos, y a responderle filial y eficazmente.
De esta manera Schoenstatt quiere ayudar a forjar en la Alianza de Amor una nueva cultura que tenga los rasgos de María, sobre el fundamento de una nueva comunidad basada en: “hombres y mujeres nuevos, que vivan la unión entre fe y vida e integren lo humano y religioso, y que incentiven la coordinación de todas las fuerzas apostólicas de la Iglesia para la transformación del mundo en Cristo”.
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