Publicado 2010/03/30
Autor : Gaudium Press
El Papa celebró ayer misa por el quinto aniversario de fallecimiento de su predecesor, Juan Pablo II
Ciudad del Vaticano (Martes, 30-03-2010, Gaudium Press) El Papa Benedicto XVI presidió en la tarde de ayer, en el Vaticano, una misa por los cinco años de fallecimiento de su antecesor, Juan Pablo II. Es tradición en la Iglesia Católica que los Papas celebren misas y homenaje a aquellos que lo precedieron en el trono de San Pedro, ceremonias que son denominadas "defunctis".
Este año, entretanto, debido a la coincidencia de la fecha con el Viernes Santo, la ceremonia por Juan Pablo II se adelantó cinco días. Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, en la vigilia del Domingo de Misericordia, instituido por él mismo. Según Benedicto XVI en la ceremonia de ayer, la vida de Juan Pablo II fue plena de amor divino, dedicada a los otros con generosidad, "sin reservas, sin medida, sin cálculo".
Recordando la figura de su "amado" predecesor, Benedicto XVI dedicó la homilía de la ceremonia para hablar del amor que se expresaba visiblemente en el "don y dedicación total" de Juan Pablo II.
"El amor no calcula, no mide, no se preocupa con gastos, no pone barreras, sino que sabe donar con alegría, busca solamente el bien del otro, vence la mezquindades, la avaricia, los resentimientos, los bloqueos que el hombre trae a veces en su corazón. El amor sabe servir hasta el don de la vida, habla de donación auténtica. Este amor se realizó plenamente en la Cruz. Gracias a la dedicación a este amor, Juan Pablo II puede ser un compañero de viaje para el hombre de hoy", declaró Benedicto XVI.
Al término de la homilía, el Papa dirigió algunas palabras en polaco a los conterráneos de Juan Pablo II presentes en la ceremonia. "La vida y la obra de Juan Pablo II, gran polaco, puede ser para vosotros motivo de orgullo". El Santo Padre pidió también a los polacos que "sean fieles testimonios de fe, de esperanza y de amor" que se realizó en la enseñanza del Pontífice Wojtyla.
En la misa estuvieron presentes, entre otros, el Cardenal Stanislaw Dziwisz, secretario privado del Papa Wojtyla, hoy Arzobispo de Cracovia, Polonia, Diócesis de origen de Juan Pablo II, y el Arzobispo Piero Marini, Maestro de Ceremonial Pontificio durante el pontificado de Juan Pablo II.
Este año, entretanto, debido a la coincidencia de la fecha con el Viernes Santo, la ceremonia por Juan Pablo II se adelantó cinco días. Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, en la vigilia del Domingo de Misericordia, instituido por él mismo. Según Benedicto XVI en la ceremonia de ayer, la vida de Juan Pablo II fue plena de amor divino, dedicada a los otros con generosidad, "sin reservas, sin medida, sin cálculo".
Recordando la figura de su "amado" predecesor, Benedicto XVI dedicó la homilía de la ceremonia para hablar del amor que se expresaba visiblemente en el "don y dedicación total" de Juan Pablo II.
"El amor no calcula, no mide, no se preocupa con gastos, no pone barreras, sino que sabe donar con alegría, busca solamente el bien del otro, vence la mezquindades, la avaricia, los resentimientos, los bloqueos que el hombre trae a veces en su corazón. El amor sabe servir hasta el don de la vida, habla de donación auténtica. Este amor se realizó plenamente en la Cruz. Gracias a la dedicación a este amor, Juan Pablo II puede ser un compañero de viaje para el hombre de hoy", declaró Benedicto XVI.
Al término de la homilía, el Papa dirigió algunas palabras en polaco a los conterráneos de Juan Pablo II presentes en la ceremonia. "La vida y la obra de Juan Pablo II, gran polaco, puede ser para vosotros motivo de orgullo". El Santo Padre pidió también a los polacos que "sean fieles testimonios de fe, de esperanza y de amor" que se realizó en la enseñanza del Pontífice Wojtyla.
En la misa estuvieron presentes, entre otros, el Cardenal Stanislaw Dziwisz, secretario privado del Papa Wojtyla, hoy Arzobispo de Cracovia, Polonia, Diócesis de origen de Juan Pablo II, y el Arzobispo Piero Marini, Maestro de Ceremonial Pontificio durante el pontificado de Juan Pablo II.
No hay comentarios:
Publicar un comentario