"La misericordia es causada en nosotros por el sufrimiento que percibimos en el prójimo.
Ella nos lleva a socorrer el que sufre, pues la palabra misericordia significa un corazón conmiserado por la miseria ajena".
Corría el año 1881 y una terrible epidemia de viruela se expandió por toda la ciudad de Puerto Príncipe. El obispo Monseñor Guilloux, llevó a una alta colina un cuadro de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y con él hizo una señal de la cruz sobre la ciudad, seguro que las oraciones de la población serían atendidas: trayendo la cura de los enfermos y ahuyentando el mal que se había descargado. ¡Y así fue! ¡La epidemia acabó completamente!
Los Heraldos del Evangelio piden en este momento de dolor la intercesión de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, para que ampare y socorra la población de Haití víctima de esta horrible catástrofe.
Los Heraldos le invitan a hacer la siguiente oración por las víctimas del terremoto:
"Señora del Perpetuo Socorro, muéstranos que eres verdaderamente nuestra Madre obteniéndonos la siguiente gracia: amparad a nuestros hermanos heridos en Haití, consolad a los que perdieron sus seres queridos, y dad el descanso eterno a los que murieran en esta tragedia.
Alcánzanos la más tierna confianza en vuestra intercesión, Madre del Perpetuo Socorro. Concédenos este favor que reclamamos de su poder y bondad materna. Eterno Padre, en nombre de Jesús y por la intercesión de nuestra Madre del Perpetuo Socorro, te pedimos atiéndenos. Amén. Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ruega por nosotros. (Se rezan 3 Ave Marías).
Haga click aquí si usted desea hacer su contribución para las entidades humanitarias a favor de las víctimas del terremoto.
viernes, 22 de enero de 2010
Luto, lucha y Oraciones por las víctimas de Haití
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