Castel Gandolfo (Miércoles, 12-09-2012, Gaudium Press) "Confíen en el Evangelio, en su fuerza renovadora, en su capacidad de despertar las consciencias y de provocar interiormente el rescate de las personas y la creación de una nueva fraternidad", fue el apelo del Papa Benedicto XVI a los nuevos obispos de las diócesis misioneras en el contexto de las plagas que asolan de los países subdesarrollados y en la proximidad del Año de la Fe. Los prelados que participan del curso de formación promovido por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos fueron recibidos el viernes de mañana por el Santo Padre en audiencia privada en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo donde el Papa permanece todavía durante el mes de septiembre.
El Cardenal Fernando Filoni está al frente de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos |
En el discurso pronunciado en italiano el Papa habló sobre dos temas: "una atención específica para los sacerdotes" y ayudar a las personas a superar las plagas y los sufrimientos en los propios países con la fuerza y la esperanza en el Evangelio. "En vuestro corazón esté siempre firme la confianza en el Señor", porque "es Él quien guía, sea en los momentos difíciles, sea en los de serenidad", alentó el Papa.
Una cuestión que es muy importante para Benedicto XVI es la formación del clero, que en el contexto misionero de las comunidades "vivas y creativas", pero todavía "no radical" e "inestables", es fundamental. Allí los "tria munera" de enseñar, santificar y gobernar del ministerio episcopal, está junto a la "missio ad gente" que precisa de la inculturación de la fe. Una "correcta" inculturación de la fe, observó, es "un proceso largo y difícil que no debe de manera alguna comprometer la especificidad y la integridad de la fe cristiana".
El Papa afirmó a los obispos que habrá con certeza "específicos encuentros de formación" para los sacerdotes. "Haced que la Eucaristía esté siempre en el centro de su existencia y la razón de ser de su ministerio - continuó. Tened, sobre el mundo de hoy, una mirada de fe, para comprenderlo en profundidad y un corazón generoso, listo para entrar en comunión con las mujeres y los hombres de nuestro tiempo".
Benedicto XVI dio una particular atención en el discurso, a las condiciones inestables en las que viven las personas en las zonas misioneras, principalmente "las emergencias alimentarias, sanitarias y educativas". El Papa resaltó los sufrimientos de los países subdesarrollados: además de aquellos naturales, como las calamidades, también las discriminaciones culturales y religiosas, intolerancias y sectarismos, "frutos de fundamentalismos que revelan visiones antropológicas equivocadas y que conducen a subestimar, y hasta desconocer, el derecho a la libertad religiosa, el respeto por los más débiles, principalmente los niños, las mujeres y los deficientes físicos y mentales".
En respuesta a estas injusticias, el Papa dijo que se proclame el Evangelio para ayudar a establecer la situación. "La difusión de la Palabra del Señor hace florecer el don de la reconciliación y favorece la unidad de los pueblos", afirmó el Pontífice recordando que la fe es "un don más importante" que "¡no podemos retener solo con nosotros!".
Los cursos de formación para los nuevos obispos son ofrecidos por dos Congregaciones en el Vaticano la de los Obispos y otra la de la Evangelización de los Pueblos, que se ocupa de los obispos de las zonas misioneras. En la actual edición del curso participaron obispos de 42 países: 63 de África, 16 de Asia, 6 de América y 6 de Oceanía.
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