miércoles, 12 de septiembre de 2012

En el día de la Natividad de la Virgen, en Colombia, hubo un "concierto para realizar un sueño"

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Cortejo inicial - Fotos: Sonia Trujillo
Bogotá (Lunes, 10-09-2012, Gaudium Press) El sábado pasado día de la natividad de la Virgen, en el teatro del Colegio Agustiniano Salitre de la capital colombiana y con la asistencia de más de 1000 personas, el sector femenino de los Heraldos del Evangelio realizó un colorido concierto, con varios objetivos.

El primero era rendir un digno homenaje a la Virgen con ocasión de su ‘cumpleaños', pues ese día se conmemoraba la solemnidad de la Natividad de Nuestra Señora. Asimismo, con el aporte hecho por los asistentes, el sector femenino de los Heraldos del Evangelio en Colombia iniciará en breve la construcción de un monasterio en las afueras de Bogotá: era pues, también, un "concierto para realizar un sueño". El terreno del que sería el primer convento en Colombia de la Orden Segunda de los Heraldos ya fue adquirido, para lo que concurrió la generosidad de diversas personas.

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Acto de coronación de la Virgen
El concierto inició con unas cortas y cálidas palabras de bienvenida del Padre Carlos Tejedor Ricci, EP, superior de los Heraldos del Evangelio en Colombia, quien agradeció la presencia del auditorio e invocó la presencia de la Madre de Dios para el acto que comenzaba. Tras este saludo se dio inicio al cortejo y coronación solemne de la imagen de la Virgen peregrina de Fátima, cuyas andas eran portadas por miembros de la Orden femenina, y acompañadas por hileras de jóvenes señoritas profesas y aspirantes. La imagen de Nuestra Señora acompañó con su presencia en la tarima todo el acto. Después de la coronación fue proyectado un video sobre los Heraldos del Evangelio y las actividades y apostolado del sector femenino.

Polifonía, Handel y Pasodobles

Posteriormente a una breve presentación de las voces masculinas, siguieron las interpretaciones del coro de la Orden femenina, que entonó músicas polifónicas como ‘Ave María, Virgo Serena', ‘Sicut cervus', ‘Ave verum Corpus'; se cantó el ‘Ave Maria' de Schubert, y el bello "Oh Madre del Rey del Cielo", entre otras composiciones. Concluyó su presentación uno de los Coros de los ‘Chandos Anthems' de Handel. Entretanto, una sorpresa de acento infantil estaba reservada para los presentes: las niñas aspirantes de la Orden femenina (algunas de muy tierna edad) hicieron su ingreso para cantar, pues también ellas querían homenajear a la Virgen. Con bastante aprecio el público escuchó la interpretación de populares cantos marianos españoles y uno alemán.

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A las melodías entonadas con timbre femenino, se sucedieron los pasodobles (Gato Montés, España Cañí) tocados por la Banda Sinfónica de los Heraldos en Colombia, que fueron acompañados rítmicamente por las palmas de los asistentes, en suma alegría. Finalmente algunos toques de percusión, ejecutados con precisión y marcialidad, seguidos por un himno muy popular en el país andino -"Es María la Blanca Paloma"- concluyeron el acto musical.

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Los toques de percusión...
Después de la bendición final impartida por el Superior de los Heraldos, la atmósfera sobrenaturalizada aún se mantenía. Muchos de los asistentes permanecieron aún un buen tiempo en el recinto, conversando entre sí, con los religiosos y religiosas, con las familias consagradas. La alegría era manifiesta, una alegría calma, profunda pero serena. Una alegría que no solo era natural, sino impregnada por la gracia de Dios.

Concierto1.jpgEse final de sábado no había sido "perdido", sino muy ganado. Era visible la esperanza que había llegado a los corazones, una certeza de la bondad de Dios y de María Santísima, una confianza de que por más difíciles que sean las vicisitudes, o contratiempos, siempre y a cualquier momento, podemos recurrir al auxilio de Aquella que es la Madre bonísima, solícita, incansable.
Gaudium Press / S.C.

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