Cortejo inicial - Fotos: Sonia Trujillo |
El primero era rendir un digno homenaje a la Virgen con ocasión de su ‘cumpleaños', pues ese día se conmemoraba la solemnidad de la Natividad de Nuestra Señora. Asimismo, con el aporte hecho por los asistentes, el sector femenino de los Heraldos del Evangelio en Colombia iniciará en breve la construcción de un monasterio en las afueras de Bogotá: era pues, también, un "concierto para realizar un sueño". El terreno del que sería el primer convento en Colombia de la Orden Segunda de los Heraldos ya fue adquirido, para lo que concurrió la generosidad de diversas personas.
Acto de coronación de la Virgen |
Polifonía, Handel y Pasodobles
Posteriormente a una breve presentación de las voces masculinas, siguieron las interpretaciones del coro de la Orden femenina, que entonó músicas polifónicas como ‘Ave María, Virgo Serena', ‘Sicut cervus', ‘Ave verum Corpus'; se cantó el ‘Ave Maria' de Schubert, y el bello "Oh Madre del Rey del Cielo", entre otras composiciones. Concluyó su presentación uno de los Coros de los ‘Chandos Anthems' de Handel. Entretanto, una sorpresa de acento infantil estaba reservada para los presentes: las niñas aspirantes de la Orden femenina (algunas de muy tierna edad) hicieron su ingreso para cantar, pues también ellas querían homenajear a la Virgen. Con bastante aprecio el público escuchó la interpretación de populares cantos marianos españoles y uno alemán.
A las melodías entonadas con timbre femenino, se sucedieron los pasodobles (Gato Montés, España Cañí) tocados por la Banda Sinfónica de los Heraldos en Colombia, que fueron acompañados rítmicamente por las palmas de los asistentes, en suma alegría. Finalmente algunos toques de percusión, ejecutados con precisión y marcialidad, seguidos por un himno muy popular en el país andino -"Es María la Blanca Paloma"- concluyeron el acto musical.
Los toques de percusión... |
Ese final de sábado no había sido "perdido", sino muy ganado. Era visible la esperanza que había llegado a los corazones, una certeza de la bondad de Dios y de María Santísima, una confianza de que por más difíciles que sean las vicisitudes, o contratiempos, siempre y a cualquier momento, podemos recurrir al auxilio de Aquella que es la Madre bonísima, solícita, incansable.
Gaudium Press / S.C.
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