martes, 15 de mayo de 2012

Testimonio y educación en la fe pueden superar las lógicas materialistas que ofuscan el sentido de solidaridad y caridad, dijo el Papa en Arezzo

Arezzo (Domingo, 13-05-2012, Gaudium Press) Defender la vida "desde su primer surgimiento hasta su fin natural" a través de "leyes justas y capaces de tutelar también a los más débiles", y estar atentos y solidarios con los más necesitados, contrastando la cultura de lo efímero, fue la invitación del Papa Benedicto XVI a los fieles de la Diócesis de Arezzo, en la primera visita del Pontífice a Toscana, una de las más espléndidas y particulares regiones de Italia, pero que como todo el país, es "fuertemente probada por la crisis económica". La visita de hoy es la primera visita de Benedicto XVI en Italia en el año 2012. Del 1 al 3 de junio el Pontífice irá a Milán para el Encuentro Mundial de las Familias.

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El Papa alentó a "resistir a la tentación de desanimar ante la crisis" a la Iglesia de Arezzo
El Santo Padre dejó la mañana de ayer el Vaticano para ir en visita pastoral a Arezzo, La Verna y Sansepolcro. El lema del viaje "Pedro viene a encontrar a Donato" recuerda al antiguo obispo de la ciudad y la larga y fuerte tradición cristiana de la región. Benedicto XVI, en su homilía, observó la actualidad del testimonio de la vida del Santo Patrono de la Diócesis, así como de otros santos de la región: San Pedro Damián con la gran tradición camaldulense y del beato Papa Gregorio X.

San Donato "evangelizador intrépido" es "todavía actual" por su empeño en "afirmar la dignidad de toda persona y el verdadero sentido de la libertad".

 Mientras el beato Gregorio X "tuvo que enfrentar los grandes problemas de su tiempo: la reforma de la Iglesia; la recomposición de la escisión con el Oriente cristiano, que intentó realizar el Concilio de Lyon; la atención por Tierra Santa; la paz y las relaciones entre los pueblos - él fue el primero en Occidente en tener un intercambio de embajadores con el Kublai Khan de China", observó el Santo Padre en la homilía.

Recordando la universalidad del mensaje cristiano y de la Iglesia, además de la acogida y la apertura hacia toda la humanidad y del amor de Dios que siempre en primer lugar da un paso en dirección al hombre, el Papa alentó a los diocesanos de Arezzo en la propia fe. "Sed fermento en la sociedad, sed cristianos presentes, emprendedores y coherentes", dijo al hacer una invitación para mantener "los tesoros de vuestra tradición": "el orgullo de una identidad cristiana, testimoniada por tantas señales y por devoción radicadas, como aquella por Nuestra Señora de la Consolación".

Los otros valores que distinguen la "cultura de estas tierras" son "la solidaridad, la atención con los más débiles, el respeto de la dignidad de cada uno". En el actual contexto de la crisis económica reviste una "complejidad de la situación presente, que alcanza especialmente a los más débiles y que tanto preocupa a los jóvenes", observó Benedicto XVI alentando el empeño con los más débiles.

"Esta Iglesia diocesana -incentivó el Santo Padre- enriquecida por el testimonio luminoso del Pobre de Asís, continúe estando atenta y solidaria a aquellos que se encuentran en necesidad, pero que sepa también educar visando la superación de lógicas meramente materiales, que frecuentemente marcan nuestro tiempo, y terminan por inhibir el propio sentido de la solidaridad y la caridad".

Los votos y la invitación del Papa fueron repetidos también en la oración del "Regina Coeli". 

Confiado en la intercesión de la Patrona de la región, Nuestra Señora de la Consolación, el Pontífice invocó "para que la comunidad aretina e Italia entera, resistan a la tentación de desanimar delante de la crisis. Fortificados en la tradición humanística, retomen, decididamente, el camino de la renovación espiritual y ética, el único capaz de conducir a un auténtico mejoramiento de la vida social y civil".

La primera visita de Benedicto XVI a Toscana comprendió tres etapas: la Misa en el Prato de Arezzo y la visita a la Catedral de la ciudad; el encuentro con los franciscanos de Toscana en La Verna y el encuentro con la población en la Plaza Torre de Berta en Sansepolcro.

San Donato

San Donato vivió en el siglo IV, fue el segundo obispo de Arezzo, de quien el Papa San Gregorio Magno alaba las virtudes y la eficacia de la oración. Compañero de estudios de Juliano el Apóstata y después condenado a la muerte por él. Fue un gran taumaturgo y exorcista y su día es el 7 de agosto.

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