Ciudad del Vaticano (Lunes, 28-05-2012, Gaudium Press) "¡No cedáis a la tentación de la mediocridad y del hábito!", dijo el Santo Padre alentando a los miembros del movimiento "Renovación en el Espíritu Santo", recibidos en gran número en la Plaza San Pedro por ocasión de su 40º aniversario, el sábado pasado.
Vitral del Espíritu Santo en la Basílica Vaticana |
Adulto no es aquel que no se somete a nadie
"Adulto, según el Evangelio -recordó el Papa- no es aquel que no es sometido a nadie y no precisa de nadie. Adulto, esto es, maduro y responsable, puede ser solamente aquel que se hace pequeño, humilde y siervo delante de Dios, y que no sigue simplemente los vientos del tiempo. Es necesario, por eso, formar las consciencias a la luz de la Palabra de Dios y así dar firmeza y verdadera madurez; Palabra de Dios de la cual extrae sentido y estímulo todo proyecto eclesial y humano, también en lo que dice respecto a la edificación de la ciudad terrenal (cfr Sal 127,1). Se produce renovación del alma de las instituciones y fecundación de la historia con semillas de vida nueva".
"Hoy los creyentes son llamados a un convencido, sincero y creíble testimonio de fe, estrictamente unido al empeño de la caridad". El Santo Padre recordó el valor de la caridad gracias a la cual "también personas distantes o indiferentes al Mensaje del Evangelio consiguen acercarse a la verdad y convertirse al amor misericordioso del Padre celestial". Por eso, el Papa invitó a todos a "difundir una ‘cultura de Pentecostés' en los ambientes sociales".
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