sábado, 10 de marzo de 2012

Mons. Daniel Sturla en su ordenación episcopal:

“Mi primer empeño como obispo será ser con ustedes cristiano y aprender con ustedes y para ustedes a ser obispo”

En una celebración Eucarística, cuya nota predominante fue la emoción y la alegría desbordante, Mons. Daniel Sturla recibió su ordenación episcopal el pasado domingo 4, en la Catedral Metropolitana.

En una Catedral colmada, a partir de las 17 hs, los Obispos, el Nuncio Apostólico, diáconos, seminaristas, sacerdotes, religiosos, laicos, personalidades del mundo político, autoridades y legisladores, se vieron contagiados por la algarabía del sinnúmero de jóvenes que acudieron a acompañar en su día al sacerdote salesiano que durante tantos años los ha guida en su camino de fe.

Ofició de Obispo consagrante el Arzobispo de Montevideo, Mons. Nicolás Cotugno sdb, y como co-ordenantes, Mons. Milton Tróccoli, Obispo Auxiliar de Montevideo, y el Obispo de San José, Mons. Arturo Fajardo. Los Presbíteros asistentes fueron los Padres Guillermo Porras y Daniel Costa sdb.

En su Homilía el Arzobispo de Montevideo se dirigió a Mons. Sturla expresando que “la consagración episcopal te marca con un carácter imborrable de especial filiación que el Padre te dona desde el Resucitado porque te proyecta hacia la semejanza del Sumo y Eterno Sacerdote, cuyo sacerdocio se te entrega en plenitud y te hace Buen Pastor, como Él”.

Le recordó que “la naturaleza sacramental del sacerdocio ministerial de Cristo, del que el Espíritu nos hace a nosotros los Obispos partícipes en su plenitud, por su inescrutable misterio de amor, nos pide que cuanto más fieles seamos a este don y a este servicio, más tengamos que desaparecer nosotros para que aparezca lo más cristalina y transparentemente posible la misma persona de Jesús, el Señor. ÉL EN PERSONA Y REALMENTE se hace presente a través de nosotros, los obispos, como Buen Pastor de su pueblo”.

Mons. Cotugno subrayó que el “sacramento del Orden, cuya plenitud se recibe en el episcopado, es lo que hace la presencia de Cristo Cabeza actual y dinámica en nuestra historia y en nuestra vida para la salvación de toda la humanidad”. El Pastor enfatizó, asimimo, la dimensión de servicio del Obispo: “cuanto más contemplamos la realidad de Cristo Cabeza, más radical se hace la necesidad de subrayar la función de SERVICIO de quienes el Señor llama a ser su sacramento”.

“El ser Obispo, Daniel, será tu nuevo modo de ser discípulo de Jesús, de ser cristiano. De ahora en adelante serás cristiano porque Obispo. Y serás Obispo las 24 horas del día, aunque no lleves mitra y báculo. El Resucitado, el Buen Pastor te regala hoy una nueva relación de amistad, de comunión y de amor”, señaló Mons. Cotugno.

Finalmente expuso cuáles serán sus tareas en su ejercicio pastoral como Obispo Auxiliar de Montevideo, entre ellas, asumir el oficio de Vicario General; acompañar y animar la vida eclesial de las 5 zonas pastorales del sector oeste de Montevideo y atender a la Vida Consagrada de la Arquidiócesis.

El Obispo está llamado a que su vida sea Evangelio

“’Alegría mía, ¡Cristo ha resucitado! Ése era el saludo de un santo ruso que es un amigo: San Serafín de Sarov, a todo el que se le acercaba. Hoy quiero hacerlo mío en este primer saludo a mis hermanos como obispo”, comenzó expresando el flamante Obispo Auxiliar de Montevideo en sus palabras de acción de gracias.

Mons. Sturla aseveró que “el Obispo está llamado a que su vida sea evangelio: buena noticia de salvación, y esta buena noticia no son palabras sino una persona: Jesucristo”.
Asehuró que “el anhelo más grande que hoy siento en mi corazón es que Cristo pueda ser más buscado, más conocido, más amado”. “A nosotros nos toca anunciarlo”, precisó.
Entre tantos agradecimientos fue conmovedor su recuerdo de sus padres y de su hermano Martín fallecidos. Mons. Sturla agradeció especialmente a la Comunidad salesiana: “Un sincero gracias desde lo más profundo de mi corazón a Don Bosco, a la Familia Salesiana, donde he vivido 33 años de mi vida compartiendo todo (…) con tantos hermanos y hermanas, con los jóvenes...puedo resumirlo en una expresión: ¡he sido feliz!

El Obispo Auxiliar de Montevideo sostuvo que “la mitra, el báculo, el anillo, la cruz pectoral… son todos signos, pero el centro de la vida del Obispo está en el Evangelio que le fue impuesto y luego entregado, dando a entender que debe asimilarlo cada día, vivirlo y anunciarlo”.

“Mi primer empeño como obispo será ser con ustedes cristiano y aprender con ustedes y para ustedes a ser obispo”, aseveró.

Mons. Sturla aclaró, no obstante, que “seguir al Señor, quererlo ‘servir con alegría’ como dice mi lema implica también saber llevar su cruz”.

Mons. Pecorari animó a llevar a la humanidad el mensaje liberador de Jesucristo

Por su parte, el Nuncio Apostólico en Uruguay, Mons. Anselmo Pecorari le auguró a Mons. Sturla “que sepa cultivar la comunión fraterna con los otros Obispos de la Iglesia Católica y, en particular, del Uruguay: que sea capaz de ofrecerles su afecto y su colaboración, y se deje tomar de la mano por estos sus hermanos mayores, de forma que el Episcopado de este País sea siempre más rico, dinámico y fervoroso, y ofrezca una imagen de unidad, ‘para que el mundo crea y, creyendo, se salve’”.

Mons. Pecorari deseó, asimismo, al Obispo Auxiliar de Montevideo que “unido al Arzobispo de Montevideo, a sus hermanos Obispos y a la comunidad cristiana de esta Arquidiócesis, tan significativa en el contexto de la Iglesia en el Uruguay, pueda realizar la misión de la Iglesia en estas tierras: la Evangelización de la Sociedad Uruguaya, en la que todos estamos insertos”.

El Nuncio Apostólico animó a los “queridos hermanos Obispos, queridos sacerdotes, religiosos y fieles de Montevideo” a rezar “por el nuevo Obispo Auxiliar, para que sepa realizar con espíritu de total dedicación, y con sacrificio, si fuere necesario, su misión de Pastor en esta querida diócesis”.

“Queridos hermanos todos, presentes en esta celebración: como Nuncio Apostólico les pido que recen por la Iglesia Católica que está presente en Montevideo y por el Santo Padre, Sucesor de los Apóstoles San Pedro y San Pablo y Pastor Universal, para que el Espíritu Santo lo asista en la hermosa y difícil misión de animar y gobernar a la Iglesia Católica, extendida por el mundo, y llevar a toda la humanidad el mensaje liberador de Jesucristo”, concluyó.

Los textos de la homilía de Mons. Cotugno,, las palabras de acción de gracias de Mons. Sturla y las palabras enunciadas por Mons. Anselmo Pecorari, audios y video disponibles en http://www.iglesiacatolica.org.uy/obispo_auxiliar_montevideo_sturla.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario