Publicado 2010/09/20
Autor : Gaudium Press
En la víspera de la beatificación del cardenal Newman, el Pontífice participó de una vigilia, con lecturas y adoración eucarística, realizada en el Hyde Park de Londres, en presencia de un gran número de jóvenes
Londres (Lunes, 20-09-2010, Gaudium Press) El sábado, el Papa Benedicto XVI participó de una vigilia en el Hyde Park de Londres en preparación para la beatificación del cardenal John Henry Newman. Una gran multitud, de la cual formaban parte centenas de jóvenes, acompañó el momento entreverado de lecturas y adoración eucarística.
"El drama de la vida de Newman nos invita a analizar nuestras propias vidas, para verlas contra el vasto horizonte del plan de Dios, y para crecer en comunión con la Iglesia de todos los tiempos y lugar", dijo el Papa en la ocasión. Para Benedicto XVI, en tiempos marcados por el relativismo intelectual y moral, los cristianos son llamados al testimonio de la verdad revelada por su fe.
"El Card. John Henry Newman es un ejemplo de celo para la renovación de la vida eclesial en fidelidad a la tradición apostólica", continuó. El Papa confesó que la figura del purpurado tuvo una influencia "importante" en su vida y pensamiento. "La poderosa experiencia de conversión de Newman fue religiosa e intelectual. Y esta dimensión permaneció el tema de su lucha. Él se opuso a la creciente tendencia de ver la religión como un asunto puramente privado y subjetivo, una cuestión de opinión personal".
El Papa hizo el recuento entonces tres lecciones dejadas por el Cardenal Newman: búsqueda de la verdad, la necesidad del testimonio y coherencia entre la fe y nuestras vidas. "En nuestros días -observó-, cuando un relativismo intelectual y moral amenaza solapar las bases de nuestra sociedad, Newman nos recuerda que fuimos creados para conocer la verdad, para encontrar en esta verdad nuestra libertad final y el colmar de nuestras más profundas aspiraciones humanas", que es Cristo.
Otro aspecto del patrimonio espiritual de Newman de acuerdo con el Papa es la necesidad de basar nuestras vidas en la oración, para tornarnos una "luz gentil" para el mundo.
Benedicto XVI mencionó también la pasión por la verdad, la honestidad intelectual y el costo de la conversión genuina, diciendo que estas exigen un testimonio en la vida cotidiana que no es apenas resultado de la elocuencia humana o de argumentos. "La verdad no puede ser mantenida para nosotros mismos; ella implora para ser oída". Otro aspecto es que no puede haber "ninguna separación entre lo que creemos y el modo cómo vivimos nuestras vidas" y el fino realismo cristiano de Newman enseña que "la fe y la vida, inevitablemente, se cruzan", afirmó.
Para el Papa, Cardenal Newman fue un gran representante de la función profética de los laicos cristianos. A los educadores de su tiempo, él recordó que la verdad no es ni acto puramente intelectual ni educación formal, sino que es expresada por las "vidas vividas en la integridad, fidelidad y santidad", explicó Benedicto XVI, que habló además sobre la "profunda crisis de fe", que marca el cristianismo moderno.
A los fieles, el Santo Padre apeló para que construyan sus vidas en el Evangelio, porque "cada uno de nosotros es llamado a cambiar el mundo, a trabajar para una cultura de vida, una cultura forjada por amor y en el respeto por la dignidad de cada persona humana".
A los jóvenes presentes, el Santo Padre invitó a seguir la propia vocación, para comprender su servicio "definitivo" en la familia, el sacerdocio o la vida consagrada. Benedicto XVI recordó que hay necesidad de familias basadas en el amor y la belleza, así como necesidad de profesores dedicados, consagrados que se dediquen fielmente a la castidad, pobreza y obediencia y de sacerdotes buenos y santos. Al final, el Papa invitó a todos los jóvenes para la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, el año que viene.
Benedicto XVI llegó al Hyde Park en el papamóvil, saludando a la multitud por las calles. Él permaneció sereno y feliz al final del tercer día de la intensa visita de cuatro días al Reino Unido y participó de toda la vigilia.
Autor : Gaudium Press
En la víspera de la beatificación del cardenal Newman, el Pontífice participó de una vigilia, con lecturas y adoración eucarística, realizada en el Hyde Park de Londres, en presencia de un gran número de jóvenes
Londres (Lunes, 20-09-2010, Gaudium Press) El sábado, el Papa Benedicto XVI participó de una vigilia en el Hyde Park de Londres en preparación para la beatificación del cardenal John Henry Newman. Una gran multitud, de la cual formaban parte centenas de jóvenes, acompañó el momento entreverado de lecturas y adoración eucarística.
"El drama de la vida de Newman nos invita a analizar nuestras propias vidas, para verlas contra el vasto horizonte del plan de Dios, y para crecer en comunión con la Iglesia de todos los tiempos y lugar", dijo el Papa en la ocasión. Para Benedicto XVI, en tiempos marcados por el relativismo intelectual y moral, los cristianos son llamados al testimonio de la verdad revelada por su fe.
"El Card. John Henry Newman es un ejemplo de celo para la renovación de la vida eclesial en fidelidad a la tradición apostólica", continuó. El Papa confesó que la figura del purpurado tuvo una influencia "importante" en su vida y pensamiento. "La poderosa experiencia de conversión de Newman fue religiosa e intelectual. Y esta dimensión permaneció el tema de su lucha. Él se opuso a la creciente tendencia de ver la religión como un asunto puramente privado y subjetivo, una cuestión de opinión personal".
El Papa hizo el recuento entonces tres lecciones dejadas por el Cardenal Newman: búsqueda de la verdad, la necesidad del testimonio y coherencia entre la fe y nuestras vidas. "En nuestros días -observó-, cuando un relativismo intelectual y moral amenaza solapar las bases de nuestra sociedad, Newman nos recuerda que fuimos creados para conocer la verdad, para encontrar en esta verdad nuestra libertad final y el colmar de nuestras más profundas aspiraciones humanas", que es Cristo.
Otro aspecto del patrimonio espiritual de Newman de acuerdo con el Papa es la necesidad de basar nuestras vidas en la oración, para tornarnos una "luz gentil" para el mundo.
Benedicto XVI mencionó también la pasión por la verdad, la honestidad intelectual y el costo de la conversión genuina, diciendo que estas exigen un testimonio en la vida cotidiana que no es apenas resultado de la elocuencia humana o de argumentos. "La verdad no puede ser mantenida para nosotros mismos; ella implora para ser oída". Otro aspecto es que no puede haber "ninguna separación entre lo que creemos y el modo cómo vivimos nuestras vidas" y el fino realismo cristiano de Newman enseña que "la fe y la vida, inevitablemente, se cruzan", afirmó.
Para el Papa, Cardenal Newman fue un gran representante de la función profética de los laicos cristianos. A los educadores de su tiempo, él recordó que la verdad no es ni acto puramente intelectual ni educación formal, sino que es expresada por las "vidas vividas en la integridad, fidelidad y santidad", explicó Benedicto XVI, que habló además sobre la "profunda crisis de fe", que marca el cristianismo moderno.
A los fieles, el Santo Padre apeló para que construyan sus vidas en el Evangelio, porque "cada uno de nosotros es llamado a cambiar el mundo, a trabajar para una cultura de vida, una cultura forjada por amor y en el respeto por la dignidad de cada persona humana".
A los jóvenes presentes, el Santo Padre invitó a seguir la propia vocación, para comprender su servicio "definitivo" en la familia, el sacerdocio o la vida consagrada. Benedicto XVI recordó que hay necesidad de familias basadas en el amor y la belleza, así como necesidad de profesores dedicados, consagrados que se dediquen fielmente a la castidad, pobreza y obediencia y de sacerdotes buenos y santos. Al final, el Papa invitó a todos los jóvenes para la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, el año que viene.
Benedicto XVI llegó al Hyde Park en el papamóvil, saludando a la multitud por las calles. Él permaneció sereno y feliz al final del tercer día de la intensa visita de cuatro días al Reino Unido y participó de toda la vigilia.
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