lunes, 6 de septiembre de 2010

"En la era de la globalización, los jóvenes cristianos deben ser testigos de la esperanza en el mundo", pide el Papa


Publicado 2010/09/03
Autor : Gaudium Press

En su mensaje para el Día Mundial de la Juventud de 2011, divulgado hoy por el Vaticano, el Pontífice alienta a los jóvenes con el tema: "Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”

Ciudad del Vaticano (Viernes, 03-09-2010, Gaudium Press) "Cristo no es un bien solamente para nosotros mismos, es el bien más precioso que tenemos para compartir con los otros. Sean testigos de la esperanza cristiana en la era de la globalización en el mundo entero: son muchos los que desean recibir esta esperanza". Fue con esta exhortación que el Papa conclamó a los jóvenes del mundo entero en el mensaje para el Día Mundial de la Juventud de 2011, en Madrid.

La Sala de Prensa del Vaticano publicó hoy en cuatro lenguas (italiano, francés, inglés y español) el texto del mensaje del Santo Padre para la 26º DMJ, con el tema "Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe".

Comentando el tema del mensaje, el Santo Padre explicó que "arraigado" evoca el árbol y las raíces que lo alimentan; "edificados" se refiere a la construcción de una casa; y "firme" remete al crecimiento de la fuerza física o moral. Es Cristo que "toma la iniciativa de arraigar, edificar y tornar firmes a los que creen", dice Benedicto XVI en el mensaje.

No falta el tono personal en las palabras del Papa. Benedicto XVI habla a los jóvenes sobre el camino de su propia vocación sacerdotal y su juventud. "Si pienso en mis años de aquella época... simplemente no queríamos perdernos en la normalidad de la vida burguesa. Queríamos aquello que es grande, nuevo. Queríamos encontrar la propia vida en su inmensidad y belleza", escribe el Santo Padre.

El contexto histórico del próximo DMJ en Madrid es muy diferente. El primer encuentro ocurrió también en España en 1989, como observa el Pontífice "algunos meses antes de la histórica caída del Muro de Berlín". Hoy, "Europa tiene una gran necesidad de encontrar sus raíces cristianas". El Pontífice recuerda a los jóvenes que ellos son "el futuro de la sociedad y la Iglesia".

El Mensaje, dividido en 6 capítulos, es un aliento para la vida arraigada en la fe cristiana. "¡Es vital tener raíces, bases sólidas!", exhorta el Papa. Los tiempos modernos son marcados por el "relativismo difuso, según el cual todo se equivale y no existe ninguna verdad, ni ningún punto de referencia absoluta, no genera la verdadera libertad, sino inestabilidad, perturbación, conformismo a las modas del momento".

El Pontífice advierte que "el mundo sin Dios se torna un infierno donde prevalecen los egoísmos, las divisiones en las familias, el odio entre las personas y entre los pueblos, la falta de amor, alegría y esperanza". Es solamente Cristo que "puede liberar al mundo del mal y hacer crecer el Reino de justicia, paz y amor al cual todos aspiramos".

Al final, el Papa invita a los jóvenes a "aprender a ver" y a "encontrar a Jesús en la Eucaristía", en el Sacramento de la Penitencia, la lectura de la Santa Escritura y del Catequismo de la Iglesia Católica, y también encontrarlo en el servicio a los más necesitados: los pobres, los enfermos, los hermanos que están en dificultad y que necesitan de ayuda.

Seguir a Jesús "no es fácil; creamos obstáculos con nuestras infidelidades personales y por tantas voces que indican caminos más fáciles", observa el Papa, que alienta a todos a dar al mundo un "testimonio vivo de la fuerza de la fe que se expresa en la caridad". El próximo DMJ ocurrirá en Madrid, en el mes de julio de 2011.

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