martes, 4 de diciembre de 2012

Más de un millón de fieles filipinos en histórica Eucaristía en honor de San Pedro Calungsod

Cebú (Sábado, 01-12-2012, Gaudium Press) Una Eucaristía de acción de gracias por la canonización del joven laico filipino San Pedro Calungsod se llevó a cabo el pasado 30 de noviembre en la ciudad de Cebú, Filipinas. Tal como habían anticipado los Obispos del país, más de un millón de fieles de todo el territorio nacional acudieron a la explanada en una gran celebración que se asemejó, por su tamaño y entusiasmo, a las realizadas con motivo de las visitas del Papa a diferentes países. "Que nuestra gratitud de este día sea sostenida por la conducta cotidiana de nuestras vidas", exhortó a la multitud el Cardenal Ricardo Vidal en su homilía.

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Los fieles llegaron al lugar de la Eucaristía, una gran explanada de 27 hectáreas, en una gigantesca procesión a pie por las calles de la ciudad de Cebú.
Cebú era el lugar natural para este acontecimiento, pues se cree que es la población en la cual nació el nuevo Santo. Desde la una de la tarde, los fieles recorrieron a pie las calles de la ciudad hasta la explanada de la Eucaristía, que comenzó a las cinco de la tarde y se extendió hasta las siete de la noche. Tras la celebración, un espectáculo de fuegos artificiales expresó la alegría del pueblo católico por la canonización de su Santo.

El amor verdadero que fluye de Cristo

El mensaje del Card. Vidal a los fieles filipinos fue el del seguimiento del ejemplo de santidad de Pedro Calungsod en todos los aspectos de la vida. "Que nuestra fe nos fortalezca para se seguidores fieles de Jesús y buenos ciudadanos de nuestro país, que no vivamos de forma doble". El prelado recordó que la esencia de la santidad es la coherencia de la vida cristiana en todas sus dimensiones, incluyendo la esfera pública, ya que "cualquier inconsistencia finalmente conducirá al rompimiento de la sociedad humana".

El Cardenal se refirió de forma especial a los jóvenes, quienes a imagen de San Pedro Calungsod deben vivir en la pureza y el amor.  "Este es el amor que debemos enseñar a nuestros jóvenes, no el amor que se busca a sí mismo, no el amor que pone límites al ser, no el amor que le roba el alma a quienes se aman, sino el amor que da dignidad, el amor que edifica,  el amor que ennoblece", exhortó.

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El prelado afirmó que amar con santidad no es una tarea fácil, pero que el ejemplo del Santo enseña que es posible. El amor expresado en el martirio del Santo filipino "nos puede guiar al futuro, porque es eterno". Ese amor está inspirado directamente por Jesucristo. "El amor verdadero, el amor puro, fluye del corazón de Cristo crucificado", afirmó el Card. Vidal.

Los cristianos deben ejercitarse  en la paciencia y la perseverancia para alcanzar esta meta, destacó el Arzobispo emérito: "Tenemos que aprender a esperar, a ser pacientes, a dar lo mejor de nosotros cada día, a tener fe en Dios". Ese testimonio continuo es la única manera de responder al llamado de Dios: "No hay atajos a la santidad".

El Cardenal  Ricardo Vidal, Arzobispo emérito de Cebú,  presidió la Eucaristía concelebrada por numerosos obispos y sacerdotes, entre quienes se contaban el Cardenal Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila, el Cardenal Gaudencio Rosales, Arzobispo emérito de Manila y el Nuncio Apostólico Giuseppe Pinto.

Con información de CBCP News.

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