jueves, 23 de diciembre de 2010

Los tesoros del Cielo

Francisco Abdalá era un próspero comerciante de telas del sur de España.

Era de una antigua estirpe musulmana convertida al cristianismo y se destacaba por ser un hombre piadoso y caritativo.

Como no tenía hijos había adoptado a sus tres sobrinitas huérfanas, de las que cuidaba con cariño y esmero.

Las niñas se adaptaron sin dificultades a su nuevo hogar. Recibían una educación primorosa, estudiaban en un buen colegio y sobre todo se las instruía en la fe. Tan pronto como les fue permitido hicieron la Primera Comunión.

Con el paso de los años la diferencia de carácter entre ellas se fue acentuando.

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