miércoles, 22 de diciembre de 2010

El Papa invita a purificar nuestra consciencia y nuestra vida en Navidad

Publicado 2010/12/22
Autor: Gaudium Press
Sección: Europa


Ciudad del Vaticano (Miércoles, 22-12-2010, Gaudium Press) En la última audiencia general antes de la Navidad, realizada hoy por la mañana en la Sala Pablo VI, el Santo Padre invitó a purificar nuestra consciencia y nuestra vida. En tres días la Iglesia Católica celebrará la fiesta del nacimiento de Jesucristo. A los fieles de lengua portuguesa el Papa manifestó: "Bienvenidos todos, con votos de una santa Navidad, portadora de las consolaciones y gracias del Dios Niño".

La "espera jubilosa" en el tiempo de la preparación a la navidad debe ser también tiempo de renovación espiritual. Debemos estar preparados interiormente, no solamente externamente. "El cuidado -observó el Santo Padre- que tenemos para tornar más resplandecientes nuestras calles y nuestras casas nos estimula todavía más a predisponer nuestro ánimo a encontrar a Aquel que vendrá a visitarnos". El Papa recordó que los cristianos deben purificar del mal la propia consciencia y la propia vida: pensamientos, palabras, comportamientos y acciones.

La Navidad recuerda que el Salvador "viene para reducir a la impotencia la obra del mal y todo aquello que aún puede mantenernos lejos de Dios", convocando a "ser semejantes a Él y buscar la perfección para gozar de la visión de Dios". La fiesta no es solo la celebración de los acontecimientos. El pesebre, presente en diversas formas en toda Roma, como también en la Plaza San Pedro, representa "la belleza del Misterio de Dios que se hizo hombre y colocó su tienda en medio de nosotros" y "es expresión de nuestra espera". Al final de la catequesis el Papa deseó que la Navidad "nos dé un poco de calma y alegría, y nos haga tocar con la mano la bondad de nuestro Dios, que se hace Niño para salvarnos y dar nuevo coraje y nueva luz a nuestro camino".


El siguiente es el texto íntegro del saludo en portugués del Sumo Pontífice:

"Amados peregrinos de lengua portuguesa, mi cordial saludo de bienvenidas para todos, con votos de una santa Navidad, portadora de las consolaciones y gracias del Dios Niño: en vuestros corazones, familias y comunidades, resplandezca la luz del Salvador, que nos revela el rostro tierno y misericordioso del Padre del Cielo. En su Nombre, os bendigo, pidiendo a Dios un Año Nuevo sereno y feliz para todos".

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