viernes, 10 de diciembre de 2010

"Somos todos hijos amados de Dios", dice el Papa en la Plaza España, en Roma, en la solemnidad de la Inmaculada Concepción

Publicado 2010/12/09
Autor : Gaudium Press


Benedicto XVI rindió homenaje a la Virgen María ayer, cuando la Iglesia celebró la Inmaculada Concepción de María, en el tradicional punto turístico de Roma, donde se encuentra una gran imagen de Nuestra Señora

Roma (Jueves, 09-12-2010, Gaudium Press) Un mensaje de confianza y esperanza para la humanidad, a la cual convoca a ser santa e inmaculada. Es lo que aporta la Virgen María, afirmó el Papa Benedicto XVI en la fiesta de la Inmaculada Concepción, ayer, al rendir homenaje a Nuestra Señora delante de la imagen de la Virgen en la Plaza España, en Roma, como es tradición en esta ocasión.

Se volvió tradición que el día 8 de diciembre, cuando la Iglesia Católica recuerda el anuncio del dogma sobre la Virgen María, el Pontífice se traslade como un simple peregrino a la Plaza España, en el centro de Roma, donde está dispuesta una gran estatua de la Inmaculada. En esta ocasión, por las pequeñas calles de la Ciudad Eterna es posible percibir un breve retorno a la atmósfera de la época en que la ciudad era el corazón del Estado Pontificio.

La imagen de Nuestra Señora en la plaza fue decorada para la ocasión con una corona de flores donada por la Asociación de Comerciantes de la Via Condotti, conocida calle de Roma con las más elegantes y caras tiendas de la ciudad.


La parada del Pontífice en la plaza comienza con la oración delante de la Iglesia de la Santísima Trinidad. En seguida, se dirige a la imagen de la Virgen y hace un discurso sobre la plenitud de María. "El mensaje de María es de confianza y esperanza para el mundo entero", dijo el Papa, que fue recibido en el lugar por el Vicario General para la Diócesis de Roma, Cardenal Agostino Vallini, el prefecto de Roma, Gianni Alemanno, y por varios fieles.

Según Benedicto XVI, como hijos amados de Dios, todos los hombres son llamados a formar en los aglomerados anónimos de las ciudades modernas "una gran familia sin fronteras de nacionalidad, color, lengua".

Para el Papa, la humanidad debe seguir el ejemplo de María y buscar librarse del pecado, abriéndose al Espíritu Santo. "María nos dice que somos todos llamados a abrirnos a la acción del Espíritu Santo para llegar a nuestro destino final, a ser inmaculados, plena y definitivamente libres del mal. Ella nos habla con su santidad, con una mirada llena de esperanza y compasión, que evoca palabras como estas: No tengas miedo, hijo, Dios te ama", continuó el Pontífice.

Benedicto XVI recordó que el mensaje de la Virgen es la Palabra de Dios, Jesús: "¡Es un mensaje de confianza para todas las personas de esta ciudad y del mundo! ¡Un mensaje de esperanza que no está hecho de palabras, sino de su propia historia: ella, una mujer de nuestra estirpe, que dio a luz al Hijo de Dios y compartió toda su vida con Él!", concluyó el Santo Padre.

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