viernes, 3 de diciembre de 2010

"Dios conoce nuestros deseos más puros y profundos", dijo el Papa en la audiencia general

Publicado 2010/12/01
Autor : Gaudium Press


Benedicto XVI recibió en audiencia privada a los iraquíes heridos en el ataque a la Catedral sirio-católica de Bagdad, e invitó a los fieles a rezar por la Iglesia Católica en China

Ciudad del Vaticano (Miércoles, 01-12-2010, Gaudium Press) Hoy por la mañana, en la Sala Pablo VI, el Santo Padre dedicó la catequesis de su audiencia general sobre teólogas y grandes religiosas de la Iglesia a una mística inglesa, Juliana de Norwich, famosa por el libro "Revelaciones del Amor Divino".

Recordando su reciente viaje a Inglaterra, el Santo Padre dedicó la catequesis de la serie sobre las grandes teólogas a la mística inglesa, destacando que su obra sobre el amor divino "contiene un mensaje de optimismo fundamentado en la certeza de ser amados por Dios y ser protegidos por su Providencia". Dios nos pide que respondamos a este amor con fe. Sus promesas son "siempre mayores que nuestras expectativas" y Él conoce "los deseos más puros y profundos de nuestro corazón", afirma Benedicto XVI.

"Vivir en compañía de Dios" da la gracia de "un gran sentido de compasión por las penas y debilidades de los otros", da la sabiduría que el mundo, del cual nos alejamos, no posee, explica el Pontífice, para quien "Dios es amor", y la total dedicación a este amor trae paz, alegría y capacidad de difundirlo a nuestro alrededor.

"Da infinidad de cosas -tantas veces duras- de la vida; aprended a elevar el corazón hasta el Padre del Cielo, reposando en el seno de su infinita bondad, y veréis que los dolores y las lecciones de la vida os harán menos mal, dijo el Papa ya en la síntesis de su catequesis, en portugués.

Al final de su catequesis, el Papa hizo un apelo a la situación "particularmente difícil" de la Iglesia Católica de China, después de las ordenaciones ilegales de José Guo Jincai en Changen, el sábado, 20 de noviembre. El Papa confió a la Beata Virgen María Auxilio de los Cristianos los obispos chinos, "para que testimonien su fe con coraje", y para que todos los católicos chinos puedan "realizar una auténtica existencia cristiana en comunión con la Iglesia universal" y en armonía y bien común de todo el pueblo.

Al final de la audiencia general, Benedicto XVI en la Sala Pablo VI, recibió a los heridos del ataque a la Catedral sirio-católica de Bagdad ocurrido el 31 de octubre. Algunos iraquíes fueron llevados a Roma para ser curados en el policlínico Gemelli.

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