viernes, 24 de agosto de 2012

La Comunidad Cenáculo: tal vez el centro de rehabilitación de drogadictos más eficaz del mundo

Madrid (Martes, 21-08-2012, Gaudium Press) En 1983 -tornándose en realidad la intuición inspirada de Sor Elvira Petrozzi- nació la Comunidad Cenáculo, "como respuesta de la ternura de Dios Padre, al grito de desesperación de muchos jóvenes cansados, desilusionados, desesperados, adictos a las drogas y personas en general, que buscaban la alegría y el sentido verdadero de la vida", según señala el sitio web de la comunidad. Los jóvenes drogadictos allí encuentran un camino de salvación. La comunidad tiene su "Casa Madre" en la colina de Saluzzo, una ciudad en la provincia de Cúneo (Piemonte), al noroeste de Italia. Desde ese año, han nacido numerosas Fraternidades del Cenáculo: actualmente son 56 en Italia y en el resto del mundo.

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Madre Elvira Petrozzi
En las Fraternidades-Cenáculos, institución que cuenta con un altísimo índice de rehabilitación de los jóvenes que allí ingresan, se vive a plenitud el lema de la regla de San Benito, ‘ora et labora': Mucha oración, combinada con un trabajo disciplinado. En las Fraternidades se hace adoración eucarística, se reza el rosario, se reza la liturgia de las horas, se estudia bastante la Palabra de Dios, todo con un cuño muy mariano.

"A aquellos que llaman a las puertas de la Comunidad, se les propone un estilo de vida simple, familiar, el descubrimiento del trabajo vivido como un Don de Dios, de la amistad verdadera y de la fe en la Palabra de Dios, hecha carne en Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros", resalta la Comunidad.

Parte fundamental del proceso de rehabilitación de los muchachos, es el acompañamiento entendido como amistad. Cada persona tiene un Ángel de la Guarda, normalmente un joven, que le acompaña de forma constante. Hay profesionales y voluntarios que ayudan también en estas labores, algunos de los cuales ya han pasado por un proceso de rehabilitación. Además hay familias que por entero se dedican a los trabajos de la Comunidad, siempre en espíritu de gratuidad.

"Somos nosotros los primeros en sorprendernos de aquello que el Señor está obrando ante de nuestros ojos y en darle las gracias porque nos hace espectadores cotidianos de su Resurrección, resultado de la cual cada día vemos la vida sonreír en los rostros de quienes habían perdido toda esperanza", afirma la Comunidad.

El Cenáculo es hoy una institución canónica. El 30 de mayo de 1998, en la solemnidad de Pentecostés, el obispo de Saluzzo, entonces monseñor Diego Bona, reconoció la "Comunidad Cenácolo" como "Asociación Privada de Fieles". En enero de 2001 fue ordenado el primer sacerdote de la Comunidad. Y en la solemnidad de Pentecostés del mismo año el obispo renovó la Aprobación Eclesial para el Cenáculo como "Asociación Pública de Fieles".

Testimonios
Un apostolado bastante significativo y benéfico de la Comunidad son los testimonios, por los cuáles se quiere hacer partícipes al mundo del éxito operado por la Providencia en sus labores, y con los que también quieren darse a conocer para multiplicar su apostolado. "Desde el inicio sor Elvira y los chicos se han dedicado en varios lugares a proclamar la resurrección a través de encuentros, catequesis y testimonios en iglesias, teatros, plazas...".

Testimonios como el de Silvio, un rubio croata, quien ya rehabilitado, reconoce que "el sacramento de la Confesión me ayudó a reconocer mi pobreza y a encontrar el perdón de Dios. Hoy los valores preciosos que elegí para vivir son el amar a los demás, el amar incluso en la dificultad, el saber perdonar y pedir perdón al Señor y a los hermanos cada vez que en mi pobreza humana los lastimo. Mi vida cambió y también la de mi familia: nos hemos reconciliado, perdonado y ahora estoy muy feliz de haber podido reconstruir nuestra relación. Gracias Señor Jesús por muestra gran familia del Cenacolo, y por todas nuestras vidas en un tiempo muertas y ahora resucitadas".

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Matea
O testimonios como el de Matea, una joven croata, quien a muy temprana edad empezó a transitar el siniestro mundo de la adicción. "A los doce años comencé a destruir mi vida con la droga. Por fuera crecía, pero la vida dentro de mí moría, se apagaba. Cuanto más débil y necesitada estaba, más me mostraba fuerte e independiente, aplastando y comprimiendo lo que tenía adentro, ilusa de que podría salir de aquel infierno en cualquier momento ¡como si una mañana me hubiera podido despertar sana y feliz!".

Entretanto, para Matea, con la Comunidad Cenáculo, se abrió la salvación. "Gracias a Dios comencé a experimentar que ser pobre me acercaba a Él y regeneraba en mí algo que había perdido hacía años: ¡la esperanza! Empezaba a creer que todo había encontrado un sentido, que algún día lo lograría, y puedo testimoniar que ese día ha llegado. Hoy conozco mucho más mi fragilidad pero estoy feliz de ser como soy, porque al dejar pasar a Dios por mis debilidades, ¡se transforman en más humanidad y más capacidad de amar! ¡Qué bello: con Dios en el corazón, todo es un regalo!", relata. Las comunidades de chicos y de chicas funcionan de manera separada.

Quien desee conocer más de esta comunidad, puede acceder al link (http://www.comunitacenacolo.it/index.asp?idlingua=6)

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