Hiroshima (Miércoles, 08-08-2012, Gaudium Press) Este lunes, 06 de agosto, ocurrió el 67º aniversario del ataque de la bomba atómica en la ciudad de Hiroshima, Japón. En memoria de las víctimas de este lamentable acontecimiento histórico y en nombre de la paz, fue concelebrada ese día en la Catedral de Hiroshima una Santa Misa por el secretario emérito del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, Mons. Pier Luigi Celata y el arzobispo local Mons. Thomas Aquino Maeda.
En la homilía, el secretario emérito del Pontificio Consejo habló sobre el coraje y la determinación de los habitantes de Hiroshima, destacando que estas dos cualidades fueron determinantes para transformar esta página "profundamente oscura de la historia humana" y hacer de ella "un luminoso punto de referencia en el cual se nutren la confianza y la esperanza de un mundo mejor".
Recordando los motivos que ocasionaron un suceso tan trágico como el de Hiroshima, Mons. Celata explicó que en el corazón de cada ser humano "se esconde la tentación del egoísmo, dominio, abusos y acumulación de bienes, frecuentemente por medio de engaños, violencia y guerra". En este sentido, el secretario hizo un apelo a todos los fieles y personas de buena voluntad para que reaccionen a tal riesgo, colocándose al servicio de la paz, "basados en los valores espirituales de nuestras tradiciones".
La bomba atómica fue lanzada por los Estados Unidos en la ciudad de Hiroshima el día 6 de agosto de 1945, durante la 2º Guerra Mundial y dejó más de 250 mil muertos y heridos.
Con informaciones de la Radio Vaticana.
En la homilía, el secretario emérito del Pontificio Consejo habló sobre el coraje y la determinación de los habitantes de Hiroshima, destacando que estas dos cualidades fueron determinantes para transformar esta página "profundamente oscura de la historia humana" y hacer de ella "un luminoso punto de referencia en el cual se nutren la confianza y la esperanza de un mundo mejor".
Recordando los motivos que ocasionaron un suceso tan trágico como el de Hiroshima, Mons. Celata explicó que en el corazón de cada ser humano "se esconde la tentación del egoísmo, dominio, abusos y acumulación de bienes, frecuentemente por medio de engaños, violencia y guerra". En este sentido, el secretario hizo un apelo a todos los fieles y personas de buena voluntad para que reaccionen a tal riesgo, colocándose al servicio de la paz, "basados en los valores espirituales de nuestras tradiciones".
La bomba atómica fue lanzada por los Estados Unidos en la ciudad de Hiroshima el día 6 de agosto de 1945, durante la 2º Guerra Mundial y dejó más de 250 mil muertos y heridos.
Con informaciones de la Radio Vaticana.
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