jueves, 7 de abril de 2011

"La santidad es la ciencia más alta", resaltó el Papa en la audiencia general de hoy

Publicado 2011/04/06
Autor: Gaudium Press
Sección: Europa

Ciudad del Vaticano (Miércoles, 06-04-2011, Gaudium Press) La ciencia de los santos, inseparable del Evangelio y de la Eucaristía, es la ciencia más alta, afirmó hoy el Papa Benedicto XVI en la audiencia general de la semana, dedicada a Santa Teresa de Lisieux, que ocurrió hoy en la Plaza de San Pedro con la presencia de 10 mil fieles de todo el mundo.

La "pequeña Teresa" fue una francesa del final del siglo XIX y una gran carmelita que vivió solamente 24 años, pero que consiguió conducir una vida muy simple y reservada", explicó el Pontífice, resaltando que la mística francesa muestra a los teólogos modernos la necesidad de la humildad y la caridad, la fe y la esperanza en su ministerio. "Con el permiso del Papa León XIII realizó su sueño y entró al Carmelo y se convirtió en monja, de fe profunda y dedicada a Jesús".

"Nunca cesó de ayudar a las almas más simples: los niños, los pobres y quienes sufren, que rezan a ella, pero iluminó también toda la Iglesia con su profunda doctrina espiritual", afirmó Benedicto XVI.

En 1997, fue proclamada por Juan Pablo II Doctora de la Iglesia y Patrona de las Misiones. El Papa Wojtyla también la denominó "especialista de la ‘scientia amoris' ", la ciencia que "ve resplandecer en el amor toda la verdad de la fe", dijo el Papa. Santa Teresa contó su vida en la "Historia de un alma".

Según el Santo Padre, la santa experimentó diversos sufrimientos en su breve vida, pero consiguió, a través del amor de Jesús, encontrar alegría y fuerza para superarlos. "Su caridad amable y sonriente -observó Benedicto XVI- es la expresión de la alegría profunda de la cual revela el secreto: ‘Jesús, mi alegría es amarte'. En el contexto del sufrimiento, viviendo el mayor amor en las menores cosas de la vida cotidiana, la Santa cumple su vocación de ser el Amor en el corazón de la Iglesia".

Los cristianos de hoy, por el ejemplo de la "pequeña Teresa" pueden aprender a "amar de forma auténtica y total". Ella es "uno de los "pequeños" del Evangelio que se dejan conducir por Dios en las profundidades de su Misterio. Una guía para todos, principalmente para aquellos que, en el Pueblo de Dios, ejercen el ministerio de teólogos. Con la humildad y la caridad, la fe y la esperanza, Teresa entra continuamente en el corazón de la Sagrada Escritura que encierra el Misterio de Cristo", enalteció Benedicto XVI.

Tal lectura la ayudó a descubrir principalmente la Misericordia de Jesús. "Así -finalizó el Papa- Teresa indica a todos nosotros que la vida cristiana consiste en vivir plenamente la gracia del Bautismo en donación total de sí al Amor del Padre, para vivir como Cristo, en el fuego del Espíritu Santo, Su propio amor por los otros".

Entre los grupos de peregrinos presentes hoy de mañana en la Plaza San Pedro, había un grupo de Divinópolis, Brasil; de Río Cuarto, Argentina, y de la Parroquia de María Auxiliadora de México.

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