Un periodista colombiano se salvó de morir cuando la bala que le dispararon en un asalto pegó contra el crucifijo de madera que llevaba en su pecho, narró el propio afectado a sus colegas en la ciudad de Manizales (278 kilómetros al oeste de Bogotá).
El periodista Hugo Cuartas y su compañero Carlos Mesa acababan de salir de presentar un programa de televisión local y abordaban un taxi cuando fueron asaltados por dos hombres armados.
"Yo me subo al carro y observo que Carlos Mesa está forcejeando con un joven. En ese momento pasó un vehículo con unos conocidos, a quienes les hice señas para que se dieran cuenta de lo que sucedía y es ahí cuando el hombre se sube al automóvil y me dispara a quemarropa", precisó Cuartas.
"Yo sentía como un ardor en el pecho y cuando me quitaron la ropa observé que tenía el Cristo que siempre me acompañaba pegado a mi cuerpo y destrozado", agregó el periodista asegurando que su devoción lo salvó de morir.
Cuartas fue intervenido quirúrgicamente, puesto que el disparo le atravesó inicialmente el brazo izquierdo y le causó fracturas que deberán ser atendidas, dijo por su parte un portavoz del centro clínico en donde está internado.
El periodista Hugo Cuartas, a sus 54 años, no necesita más pruebas para asegurar que sigue con vida por un milagro. Un disparo a quemarropa, un Cristo astillado en su pecho y su corazón aún latiendo son suficiente evidencia.
La bala le fracturó el antebrazo y continuó su trayectoria directo al corazón. Pero allí el proyectil pegó en el Cristo del rosario, lo destrozó y detuvo su marcha. En el esternón quedó un hermatoma, justo donde paró la bala.
El periodista Hugo Cuartas y su compañero Carlos Mesa acababan de salir de presentar un programa de televisión local y abordaban un taxi cuando fueron asaltados por dos hombres armados.
"Yo me subo al carro y observo que Carlos Mesa está forcejeando con un joven. En ese momento pasó un vehículo con unos conocidos, a quienes les hice señas para que se dieran cuenta de lo que sucedía y es ahí cuando el hombre se sube al automóvil y me dispara a quemarropa", precisó Cuartas.
"Yo sentía como un ardor en el pecho y cuando me quitaron la ropa observé que tenía el Cristo que siempre me acompañaba pegado a mi cuerpo y destrozado", agregó el periodista asegurando que su devoción lo salvó de morir.
Cuartas fue intervenido quirúrgicamente, puesto que el disparo le atravesó inicialmente el brazo izquierdo y le causó fracturas que deberán ser atendidas, dijo por su parte un portavoz del centro clínico en donde está internado.
El periodista Hugo Cuartas, a sus 54 años, no necesita más pruebas para asegurar que sigue con vida por un milagro. Un disparo a quemarropa, un Cristo astillado en su pecho y su corazón aún latiendo son suficiente evidencia.
La bala le fracturó el antebrazo y continuó su trayectoria directo al corazón. Pero allí el proyectil pegó en el Cristo del rosario, lo destrozó y detuvo su marcha. En el esternón quedó un hermatoma, justo donde paró la bala.
Fuente: http://www.gaudiumpress.org/