jueves, 10 de noviembre de 2011

La Ley divina es fuente de vida, libertad y felicidad, afirma el Papa en la audiencia general

Publicado 2011/11/09
Autor : Gaudium Press

Benedicto XVI, en el ciclo dedicado a la oración de los salmos, presentó hoy una reflexión sobre el Salmo 118

Ciudad del Vaticano (Miércoles, 09-11-2011, Gaudium Press) "La Ley divina no es un yugo pesado de esclavitud, sino don de gracia que torna libres y lleva a la felicidad", afirmó hoy de mañana el Santo Padre en la audiencia general dedicada al Salmo 118. Hoy, en presencia de 9 mil fieles en la Plaza San Pedro, Benedicto XVI habló sobre el papel de la Ley divina que se expresa en la Palabra de Dios. Al final de la audiencia el Pontífice recibió a un grupo de Natz-Schabs, una pequeña ciudad alemana donde su bisabuela y abuela nacieron.

Hoy de mañana en el ciclo sobre las oraciones de los salmos, el Papa hizo una reflexión sobre la "Palabra de Dios que cuestiona al hombre y provoca en él la respuesta de obediencia confiada y de amor generoso". De una respuesta que, de hecho, responde al amor de Dios. En su Palabra el hombre encuentra, como observa el Salmista, "todo el vocabulario de la relación confiada del creyente con Dios": el consuelo, la meditación, pero también motivos de alabanza, agradecimiento, confianza y la súplica y el lamento, dijo el Papa.

El Santo Padre recordó que fue la Virgen María quien realmente respondió a la Palabra de Dios, porque su respuesta nace del oír esta Palabra. El propio Jesús -continuó el Papa- lo afirmó cuando, "a la mujer que había gritado « Feliz el vientre que te trajo», responde: "¡Felices, sobre todo, son los que oyen la Palabra de Dios y la ponen en práctica!" (Lc 11,27-28). Cierto, María es feliz porque su vientre trajo al Salvador, pero sobre todo porque escuchó el anuncio de Dios, porque fue atenta y amorosa guardiana de su Palabra".

La Ley de Dios es "fuente de vida" y el "deseo de comprenderla, observarla, dirigir a ésta todo el propio ser es la característica del hombre justo y fiel al Señor, que la "medita día y noche"". La Palabra necesita de la "escucha del corazón", afirmó el Papa, que no sea "servil, sino filial, confiado, consciente". Porque "la escucha de la Palabra es el encuentro personal con el Señor de la vida, un encuentro que debe traducirse en elecciones concretas y convertirse en camino y sucesión de hechos".

Benedicto XVI resaltó que "el cumplimiento de la Ley es seguir a Jesús, ir por el camino de Jesús, en compañía de Jesús". El llamado para vivir "solamente del Señor y de su Palabra" es antes que nada dirigido a los sacerdotes. El Papa recordó que solamente Jesús para ellos es la única seguridad, bien y fuente de vida verdadera. También los fieles en las palabras del Salmo puedan encontrar el llamado a la "radicalidad del Evangelio", y ser "testigos de la vida traída por el Cristo" a través del "vivir en la comunión y la alegría".

Durante los tradicionales saludos el Santo Padre dirigió palabras en español y portugués a los fieles de América Latina, particularmente de Argentina, Brasil y México.

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