Todos en algún momento, sentimos ganas de tener algún objeto que nos recuerde la presencia de un amigo, un familiar, un ser querido. Guardamos una foto, un anillo, una medalla, un premio, un rulo, un dientito de leche... Ciertamente, lo que importa es la presencia del ser querido en nuestro corazón; pero conservamos con cariño esa "cosa" que nos ha quedado de él (que llamamos "reliquia"), porque nos permite sentirlo cerca.
En la historia de la Iglesia, la veneración de las reliquias ha calado hondo en el corazón del pueblo cristiano, que a través de ellas recuerda a los santos más queridos, a los mártires que con amor entregaron la vida por su fe, a los santos que fueron modelo de vida cristiana. La comunidad eclesial ha guardado siempre con mucho amor los recuerdos de los santos, y en particular sus sepulcros, que conservan sus restos e incluso, a veces, sus cuerpos incorruptos. Sobre ellos se han construido las iglesias más famosas de la cristiandad, como la de San Pedro y la de San Pablo en Roma.
En muchos templos es común hallar algunas reliquias de santos, como un trozo de su vestido o una parte de su cuerpo. Casi todos los altares tienen en su centro una piedra (llamada "ara") dentro de la cual se guardan las reliquias de los santos y, en particular, de los mártires. Los primeros cristianos asociaban el sacrificio de sus familiares y amigos al de Cristo, que se renueva en cada Eucaristía. De ellos hemos heredado esta tradición.
Los cristianos conservamos estos recuerdos de nuestros queridos santos, como una afirmación que esa persona que murió y que vive ya con Dios, va a resucitar un día con un cuerpo glorificado. La reliquia, esa parte suya que nosostros conservamos, nos permite unirnos a su gloria actual en el cielo.
La Familia Salesiana venera las reliquias de sus santos. La Basílica de María Auxiliadora de Turín conserva las reliquias de Don Bosco, de Madre Mazzarello, de Domingo Savio, y de otros santos salesianos.
Este año, con motivo de los 150 años del inicio de la Congregación Salesiana, veneran con particular afecto las reliquias de Don Bosco, su Padre y Fundador.
Por esto para celebrar este aniversario e iniciar el camino hacia los 200 años del nacimiento de Don Bosco, el Padre Pascual Chávez, su noveno sucesor, ha resuelto que la reliquia de su cuerpo visitara todas las presencias salesianas del mundo entero.
En la historia de la Iglesia, la veneración de las reliquias ha calado hondo en el corazón del pueblo cristiano, que a través de ellas recuerda a los santos más queridos, a los mártires que con amor entregaron la vida por su fe, a los santos que fueron modelo de vida cristiana. La comunidad eclesial ha guardado siempre con mucho amor los recuerdos de los santos, y en particular sus sepulcros, que conservan sus restos e incluso, a veces, sus cuerpos incorruptos. Sobre ellos se han construido las iglesias más famosas de la cristiandad, como la de San Pedro y la de San Pablo en Roma.
En muchos templos es común hallar algunas reliquias de santos, como un trozo de su vestido o una parte de su cuerpo. Casi todos los altares tienen en su centro una piedra (llamada "ara") dentro de la cual se guardan las reliquias de los santos y, en particular, de los mártires. Los primeros cristianos asociaban el sacrificio de sus familiares y amigos al de Cristo, que se renueva en cada Eucaristía. De ellos hemos heredado esta tradición.
Los cristianos conservamos estos recuerdos de nuestros queridos santos, como una afirmación que esa persona que murió y que vive ya con Dios, va a resucitar un día con un cuerpo glorificado. La reliquia, esa parte suya que nosostros conservamos, nos permite unirnos a su gloria actual en el cielo.
La Familia Salesiana venera las reliquias de sus santos. La Basílica de María Auxiliadora de Turín conserva las reliquias de Don Bosco, de Madre Mazzarello, de Domingo Savio, y de otros santos salesianos.
Este año, con motivo de los 150 años del inicio de la Congregación Salesiana, veneran con particular afecto las reliquias de Don Bosco, su Padre y Fundador.
Por esto para celebrar este aniversario e iniciar el camino hacia los 200 años del nacimiento de Don Bosco, el Padre Pascual Chávez, su noveno sucesor, ha resuelto que la reliquia de su cuerpo visitara todas las presencias salesianas del mundo entero.
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