ORACIÓN A LA DULCÍSIMA VIRGEN NIÑA
Dulcísima María Niña, radiante Aurora
del Astro Rey, Jesús, oculta por Dios
desde toda la eternidad para ser la Reina
de los Cielos, el consuelo de la tierra, la alegría
de los Ángeles, el templo y el sagrario de la adorable
Trinidad, la Madre de un Dios humanado:
aquí me tienes a tus pies, oh Princesa Infante,
contemplando los encantos de tu santa infancia.
En tu hermosísimo rostro se refleja la sonrisa de
la Divina Bondad, tus dulces labios se entreabren
para decirme: “Confianza, paz y amor…”
¿Cómo no amarte María, luz y consuelo de
mi alma, ya que te complaces en verte homenajeada
y honrada en tu encantadora imagen de
Reina pequeña?
Me consagro a tu servicio de todo corazón.
Te entrego, amable Reina, mi ser, mis bienes
temporales y eternos. Bendíceme, Niña Inmaculada;
bendice y protege también a todos
los seres queridos de mi familia. Que seas tú,
Infante Soberana, la alegría, la dulce Reina de
mi hogar, a fin de que por tu intercesión y tus
encantos, reine e impere en mi corazón y en el
de todos los que amo, el dulcísimo Corazón de
Jesús Sacramentado.
Así sea.
Dulcísima María Niña, radiante Aurora
del Astro Rey, Jesús, oculta por Dios
desde toda la eternidad para ser la Reina
de los Cielos, el consuelo de la tierra, la alegría
de los Ángeles, el templo y el sagrario de la adorable
Trinidad, la Madre de un Dios humanado:
aquí me tienes a tus pies, oh Princesa Infante,
contemplando los encantos de tu santa infancia.
En tu hermosísimo rostro se refleja la sonrisa de
la Divina Bondad, tus dulces labios se entreabren
para decirme: “Confianza, paz y amor…”
¿Cómo no amarte María, luz y consuelo de
mi alma, ya que te complaces en verte homenajeada
y honrada en tu encantadora imagen de
Reina pequeña?
Me consagro a tu servicio de todo corazón.
Te entrego, amable Reina, mi ser, mis bienes
temporales y eternos. Bendíceme, Niña Inmaculada;
bendice y protege también a todos
los seres queridos de mi familia. Que seas tú,
Infante Soberana, la alegría, la dulce Reina de
mi hogar, a fin de que por tu intercesión y tus
encantos, reine e impere en mi corazón y en el
de todos los que amo, el dulcísimo Corazón de
Jesús Sacramentado.
Así sea.