jueves, 17 de marzo de 2011

Volver a poner a Dios en el centro de las reflexiones

Publicado 2011/03/17
Autor : P. Gonzalo Raymundo Esteban, EP

La Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI acaba de cumplir un año de existencia. Sobre la importante tarea de esta institución su presidente, Mons. Giuseppe Antonio Scotti, habla para nuestros lectores.

¿Cuál es el objetivo de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI?

Su objetivo, de carácter general, la inversión sobre el futuro que la fundación desea hacer, es el de poner en el centro de la actividad misma a la teología. Esto porque —como bien le dice Benedicto XVI a Peter Seewald en el libro entrevista Luz del mundo — “creo que nuestra gran tarea ahora […] consiste, ante todo, en sacar nuevamente a la luz la prioridad de Dios”, porque sólo así se puede llegar de nuevo a tener la experiencia de que “ser hombre es algo grande”.

Tras siglos de dominio del pensamiento humanista, ¿no parece que se está volviendo a tener interés por la teología? ¿Usted tendría algún indicio sobre esto?

Más que un siglo de pensamiento humanista, en el sentido más noble del término, se podría decir que vivimos en una época de pensamiento débil, en la que el hombre se ha puesto en el centro de la reflexión, considerándose el único punto de referencia.

Precisamente por eso, quizá se haya excluido a Dios del horizonte de la vida, por ser visto como un rival del hombre. La verdad es que ahora, de una forma cada vez más explícita, se está tomando conciencia de que tal modo de raciocinar es vacío, falso, no conduce a nada. En la entrevista mencionada más arriba, Benedicto XVI cita el pensamiento de un no creyente, Jürgen Habermas, con quien sustenta que “es importante que haya teólogos que puedan traducir el tesoro que se conserva en su Fe de tal modo que, en el mundo secular, sea una palabra para este mundo”.

El Espíritu Santo da a la Iglesia el Papa más adecuado a cada época. ¿Por qué, en el 2005, fue escogido para subir al trono de San Pedro uno de los pensadores más destacados a nivel mundial, por tanto, no sólo en lo eclesial?

Esa es una buena pregunta. En este caso, el único realmente autorizado a responderla es el Espíritu Santo… Por mi parte, no obstante, quiero recordar que Dios actúa en la Historia de la humanidad implicando a los hombres en ella.

Por eso precisamente si Él le ha dado a un hombre inteligencia y ciencia, y ese hombre —con humildad y simplicidad—, desarrolla su inteligencia y su conocimiento en colaboración con Dios, entonces sí, Dios puede hacer grandes cosas por medio de él. De esto, concretamente, se dieron cuenta todos los estudiosos más atentos, empezando por los del mundo francés.

¿Cuál es la contribución específica de un “Papa teólogo” para el enriquecimiento de la Iglesia?

Tiene razón, es un Papa teólogo. Pero primero hemos de reconocer que es un estudioso, un maestro y un testimonio de aquello que estudió. Aquí está la riqueza de su presencia para la Iglesia. Citando la primera Carta de Juan, podemos decir que juntos con él vamos al encuentro de aquel que vio con sus propios ojos, que tocó con sus manos, aquel Verbo de la vida que encontró (cf.1 Jn 1, 1).

Ésta es la verdadera riqueza para toda la Iglesia, porque le dice a la Iglesia —laicos y sacerdotes— que no tenemos otra cosa que ofrecerle, sino a Jesucristo. Acuérdese de Pedro, en los Hechos de los Apóstoles, cuando le dice a un paralítico que estaba junto a la puerta Hermosa del Templo: “No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y camina” (Hch 3, 6). He ahí lo que Benedicto XVI nos está ofreciendo, incluso a través de esta Fundación.

¿A qué atribuiría el hecho de que todas las obras de Benedicto XVI se hayan convertido en “best-sellers”?

Los best-sellers no surgen por que sí. Incluso puede existir un buen esfuerzo publicitario, pero si el libro no responde a las preguntas del hombre de hoy, se queda en la estantería. Me parece que los libros de Benedicto XVI son best-sellers precisamente porque tocan los corazones y las mentes de las personas que los buscan y los ofrecen de regalo. Éstas se convierten en promotoras de los libros de Benedicto XVI, porque dan a sus amigos lo que les proporcionó alegría a su corazón y luz a sus mentes.

¿Nos podría hablar un poco, para terminar, sobre la “Opera Omnia” del Cardenal Ratzinger? ¿En qué fase se encuentra su publicación?

Es un emprendimiento monumental que está siendo dirigido por el obispo Müller. Al ser el primer responsable por la Opera Omnia del Cardenal Ratzinger, se encuentra empeñado en publicar cada año, en lengua alemana, dos volúmenes de los dieciséis previstos. En cuanto a la edición italiana, que sirve de base para las traducciones, ha salido el primero, sobre la Liturgia, y este año será lanzado el segundo. Se está avanzando algo más lento porque se decidió hacer una nueva traducción de los textos que ya estaban traducidos. Por una parte, esto aumenta el tiempo de trabajo, pero por otra hará posible que exista un lenguaje unitario.

(Para más información sobre la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger ver: http://www.fondazioneratzinger.va/)

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Mons. Giuseppe Antonio Scotti, Prelado de Honor de Su Santidad, nació en 1952 y recibió la ordenación presbiteral en 1977. Prestó servicios en la Secretaría de Estado, en la Sección para los Asuntos Religiosos. Además de presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, es secretario adjunto del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y presidente del Consejo de Administración de la Librería Editrice Vaticana.

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