sábado, 29 de octubre de 2011

Madre Teresa de Calcuta

Enseñarás a volar

Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida. Sin embargo, en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño, perdurara siempre la huella del camino enseñado.

Siempre ten presente que...

La piel se arruga, El pelo se vuelve blanco, Los días se convierten en años... Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad. Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña. Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida Detrás de cada logro, hay otro desafío. Mientras estés vivo, siéntete vivo. Si extrañas lo que hacías vuelve a hacerlo. No vivas de fotos amarillas... Sigue aunque todos esperen que abandones. No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que en vez de lástima, te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón. Pero nunca te detengas!!!

Evangelio del día

2011-10-29 - Evangelio según San Lucas 14,1.7-11
Publicado 2011/10/29
Autor : Sagrada Biblia

Porque el Señor no rechaza a su pueblo ni abandona su heredad: el justo obtendrá su derecho, y un porvenir los rectos de corazón.

Carta de San Pablo a los Romanos 11,1-2a.11-12.25-29

Hermanos: ¿Habrá Dios desechado a su pueblo? De ningún modo. También yo soy israelita, descendiente de Abrahán, de la tribu de Benjamín. Dios no ha desechado al pueblo que él eligió. Pregunto ahora: ¿Han caído para no levantarse? Por supuesto que no. Por haber caído ellos, la salvación ha pasado a los gentiles, para dar envidia a Israel. Por otra parte, si su caída es riqueza para el mundo, es decir, si su devaluación es la riqueza de los gentiles, ¿qué será cuando alcancen su pleno valor?

Hay aquí una profunda verdad, hermanos, y, para evitar pretensiones entre vosotros, no quiero que la ignoréis: el endurecimiento de una parte de Israel durará hasta que entren de todos los pueblos; entonces todo Israel se salvará, según el texto de la Escritura: "Llegará de Sión el Libertador, para alejar los crímenes de Jacob; así será la alianza que haré con ellos cuando perdone sus pecados."

Considerando el Evangelio, son enemigos, y ha sido para vuestro bien; pero considerando la elección, Dios los ama en atención a los patriarcas, pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables.

Salmo 93

Dichoso el hombre a quien tú educas, al que enseñas tu ley, dándole descanso tras los años duros.

Porque el Señor no rechaza a su pueblo ni abandona su heredad: el justo obtendrá su derecho, y un porvenir los rectos de corazón.

Si el Señor no me hubiera auxiliado, ya estaría yo habitando en el silencio. Cuando me parece que voy a tropezar, tu misericordia, Señor, me sostiene.

Evangelio según San Lucas 14,1.7-11

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: "Cuando te conviden a una boda, no te sientes en puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a éste."

Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."

Frase

En medio de tus peligros, de tus angustias, de tus dudas, piensa en María, invoca a María.

Sacrificios por Jesús - Cuentos para niños

Anita y Pedro eran gemelos. Su nacimiento había sido un regalo de Dios para Procopio y Gabriela, pues sus hijos no trajeron sino bendiciones a su hogar, que había sido constituido hacía algunos años ya.

Los niños fueron bautizados enseguida y crecían saludables; eran tranquilos y muy alegres. Su extremosa madre les había enseñado, desde pequeñitos, a
reconocer a Jesús y a la Virgen en las hermosas imágenes del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María entronizadas en su casa. Y siempre los llevaba a Misa con ella, en su carrito doble, donde permanecían silenciosos y comportados, prestando atención en todo, como si fueran capaces de comprender la profundidad del misterio eucarístico.

Dado que la familia tenía ciertas posesiones, los niños no conocían lo que era pasar por dificultades y en aquella tierna edad aún no se les había presentado ninguna ocasión para demostrar la generosidad de alma necesaria al enfrentarse a un sufrimiento.

Había llegado el tiempo de prepararse para la Primera Comunión.

A su regreso a casa después del trabajo, y tras haber rezado el Rosario en familia, don Procopio le tomaba la lección de Catecismo a sus hijos.


De esta forma, cuando llegaba el sábado, sabían responder de memoria todas las preguntas que el catequista les hacía, con lo que se ganaban innumerables estampitas como premio, que coleccionaban con verdadera piedad.

Ahora bien, más que memorizar la doctrina, los dos niños procuraban vivir según aquello que aprendían.


La fe crecía en sus corazoncitos y el deseo de recibir a Jesús, en el Santísimo Sacramento, aumentaba en ellos cada vez más.

En una de las clases de catequesis, Pedro ganó una estampita donde estaba representado el Niño Jesús crucificado, con una frase: “No pude hacer más por ti, para demostrarte mi amor”. Cuando la profesora se la entregó le explicó que Cristo, desde muy corta edad, conocía y aceptaba todo lo que tendría que sufrir en la Pasión por amor a nosotros. Y le exhortó a consolarlo en sus dolores, ofreciendo pequeños sacrificios por amor a Él.
El niño se quedó muy impresionado, pues siempre había visto a Jesús crucificado como un hombre maduro, nunca como un niño. Entonces, pensó, ¿el dolor también puede estar presente en la vida de los niños? Y si Cristo, siendo un niño, sufrió tanto por mí, ¿qué puedo hacer para consolarlo?

Durante el camino de vuelta a casa, le contó a su hermanita lo que llevaba en su corazón. También se quedó impresionada y juntos decidieron ofrecer algún sacrificio para aliviar los dolores del pequeño Jesús. Ya en su casa, Pedro le preguntó a su madre:


Los dos niños se fueron corriendo hacia donde estaba la limpiadora y le dijeron



contentos: Sra. Adelaida, hoy le hemos traído un regalo. ¡Mire!

— Mamá, ¿qué es lo que sería un sacrificio para un niño como nosotros?

La buena señora, sorprendida por la pregunta, pensó un poco y le respondió:

— Ser obedientes y portarse bien.


Los dos hermanitos se extrañaron con la respuesta, pues ya eran obedientes y se portaban correctamente, y eso no les suponía ningún esfuerzo...

Anita dijo entonces:

— No, mamá, algo difícil, que nos cueste...

Doña Gabriela pensó un poco más y dijo:

— Pues entonces, podría ser que no gastaseis el dinero que la abuela os da para comprar helados y chocolates, y ofrecerla como limosna a algún necesitado.

Eso les pareció un poco más difícil...

Un día, antes de ir a la escuela, le llevaron el dinero a una señora inválida que se ponía en la puerta de la iglesia, viviendo de la caridad de los fieles. La alegría de la pobre mujer al recibir de los infantiles donantes aquella módica cantidad les llenó el alma de entusiasmo.

Sin embargo... cuando llegaron a casa, se encontraron con que había helado y chocolate de postre.
Los dos, decepcionados, pensaron: “¿Adónde ha ido a parar nuestro sacrificio, si no quedamos privados de comer lo que tanto nos gusta?”.

A la mañana siguiente, antes de ir a la escuela, su madre les preparó un sándwich caliente de jamón y queso, que era la delicia de los niños. Ese aroma de queso derretido impregnaba toda la casa. A pesar de ello, mientras se estaban arreglando, Pedro y Anita decidieron abstenerse del sabroso emparedado y llevárselo a la limpiadora de la escuela, que trabajaba mucho y nunca tenía nada que comer a la hora del recreo. Seguramente que pasaría hambre.


La alegría de la pobre mujer les llenó el alma de entusiasmo.

En la mesa, los niños se sirvieron el habitual chocolate con leche, pero limitándose a acompañarlo sólo con galletas. La madre estaba un poco decepcionada, sin entender el rechazo del manjar que había preparado con tanto cariño.

Entonces, Anita le pidió que envolviera los sándwiches y le explicó lo que habían pensado. Doña Gabriela, emocionada con esa generosidad de alma de sus pequeños, les dijo que con mucho gusto prepararía otros para la limpiadora de la escuela.

Y se podrían comer los suyos sin recelo.

— ¿Y dónde quedaría nuestro sacrificio para consolar al Niño Jesús?, preguntó Pedro.

Su madre, muy tocada con la respuesta, tuvo que contenerse para que no se le cayeran las lágrimas.

Cuando llegó el recreo, los dos niños se fueron corriendo hacia donde estaba la limpiadora y le dijeron contentos:

— Sra. Adelaida, hoy le hemos traído un regalo. ¡Mire!

Y le presentaron el paquete con los dos suculentos sándwiches.

Anita añadió:

— Como hemos visto que usted nunca come en la hora de nuestro almuerzo, pensábamos que se debe quedar con hambre...

La alegría de ver la gratitud de aquella señora tan sencilla y el apetito con el que apreciaba el obsequio, compensaba el pequeño vacío que sentían en el estómago por el frugal desayuno. Pero el hecho de estar demostrando con ese gesto su amor a Cristo, que se entregó por nosotros en la Cruz, los consolaba aún más.

Pasaron los meses y llegó, por fin, el gran día de la Primera Comunión.

Con estos y otros pequeños sacrificios, los niños se habían fortalecido para enfrentar las luchas de la vida, y sus almas inocentes, sin darse cuenta, se habían unido estrechamente a Jesús.

Así pues, cuando los acordes del órgano indicaban el comienzo de la ceremonia, los piadosos corazones de Anita y Pedro empezaron a latir con más fuerza: ardían en el deseo de recibirlo en cuerpo, sangre, alma y divinidad en el sacramento de la Eucaristía.

Durante la Misa se sintieron inundados de gracias, y éstas fueron in crescendo hasta alcanzar el auge en el momento de la Comunión.

Jesús, al entrar en esas almas puras y generosas, quería que este primer encuentro eucarístico con ellas fuera inolvidable, para que sintieran cómo le habían agradado sus sacrificios, pequeños en apariencia, pero de gran valor para Dios.

jueves, 27 de octubre de 2011

El hombre: ese loco que no reza

Publicado 2011/10/26
Autor: Gaudium Press
Sección: Opinión

Bogotá (Miércoles, 26-10-2011, Gaudium Press)
La oración. El hombre no es plenamente consciente de la potencia de ese instrumento al alcance de sus manos; y decimos con seguridad de que no la conoce porque si no la usaría con profusión.

"Por la oración hablamos a Dios y Dios nos habla a nosotros, aspiramos a él y respiramos en él, y él nos inspira y respira sobre nosotros" dice San Francisco de Sales en su Tratado del Amor de Dios. Es por tanto la oración un vivir en Dios. Ahí se entiende el que se hable que la oración, con las debidas condiciones, mueve el corazón de Dios. Y quien tiene la capacidad de mover a Dios, pues se une a su capacidad omnipotente.

Entretanto, decimos que el problema de los cristianos no es que no tengan un conocimiento -implícito o explícito- del altísimo poder de la oración. Sino que con frecuencia el trajín agitado de la vida diaria, o lo que llamaríamos un "naturalismo vivencial" ocasionado por la impregnación de los criterios del mundo, nos alejan del necesario recurso a hablar con Dios, nos hace olvidar su importancia trascendental.
Las preocupaciones de la cotidianidad, el trabajo, la atención a la familia, las exigencias de la vida social, parecerían servirnos de excusa para quitarle a nuestro tiempo esos minutos necesarios para reunirnos con el Creador.

Pero creemos que el problema de fondo es que el naturalismo del mundo va penetrando de forma imperceptible en nuestras almas y nos va haciendo olvidar que necesitamos recurrir constantemente a Dios, y confiar menos en nuestras fuerzas meramente humanas.

Abierta o veladamente, el mundo nos ‘grita' que las cosas ocurren meramente por causa de aquellas fuerzas naturales que podemos percibir con nuestros sentidos. Y eso es mentira. Muy por encima de lo que el mero hombre es capaz de hacer, está la acción de Dios y sus santos, por medio de su gracia, y la actividad de los ángeles buenos y malos. Esos son los elementos que primordialmente dirigen la historia, también nuestra historia personal, y a todos ellos se accede o se contrapone por medios de la oración.

¿De cuántas calamidades no nos habremos visto libres porque nuestro ángel de la guarda nos protegió, o porque a ruegos de María La Virgen Cristo intervino en un momento decisivo? ¿Cuántos son los beneficios que hemos recibido, no porque los hayamos obtenido con nuestro esfuerzo o merecido de alguna manera, sino que se nos han dado gratuitamente por manos divinas, porque alguien rezó por nosotros? Muchos, ciertamente. Lo sabremos en el día de nuestro juicio. Entretanto, si bien es cierto que Dios puede auxiliarnos sin que se lo pidamos, él normalmente exige esta imprecación, que además nos une a él. Y hay algo que en definitiva no se consigue sino es con el recurso a la oración: la práctica de la virtud, requisito necesario para alcanzar la vida eterna.

No podemos vivir como debemos vivir sin la gracia obtenida de la oración. No podemos, es necesario repetirlo. "Nuestras meras fuerzas naturales son insuficientes": Eso es algo que hay que grabar con letras de bronce fundido en el espíritu. Aunque nuestro orgullo y autosuficiencia busquen velar esta verdad, ella siempre será confirmada por el fracaso de una vida que no recurrió a la oración.

Entonces, para contradecir esa voz tenue o fuerte -externa e interna- que repite sin cesar que no requerimos de la oración, debemos encontrar y recordar constantemente las razones para orar, para rezar, sea participando de la oración litúrgica (v. gr. Misa) y realizando la necesaria oración privada.

Y para ello reproduciremos dos textos escogidos de santos, del elenco que presenta el ilustre dominico Fray Antonio Royo Marín en su muy importante obra Teología de la Perfección Cristiana:

- San Buenaventura: Si quieres sufrir con paciencia las adversidades y miserias de esta vida, seas hombre de oración. Si quieres alcanzar virtud y fortaleza para vencer las tentaciones del enemigo, seas hombre de oración. (...) Si quieres vivir alegremente y caminar con suavidad por el camino de la penitencia y del trabajo, seas hombre de oración. (...) Si quieres fortalecer y confirmar tu corazón en el camino de Dios, seas hombre de oración. Finalmente, si quieres desarraigar de tu ánima todos los vicios y plantar en su lugar las virtudes, seas hombre de oración: porque en ella se recibe la unión y gracia del Espíritu Sancto, la cual enseña todas las cosas. Y demás desto, si quieres subir a la alteza de la contemplación y gozar de los dulces abrazos del esposo, ejercítate en la oración, porque éste es el camino por do sube el ánima a la contemplación y gusto de las cosas celestiales.

- San Pedro de Alcántara: En la oración se alimpia el ánima de los pecados, apaciéntase la caridad, certifícase la fe, fortaléscese la esperanza, alégrase el espíritu, derrítense las entrañas, pacifícase el corazón, descúbrese la verdad, véncese la tentación, huye la tristeza, renuévanse los sentidos, repárase la virtud enflaquecida, despídese la tibieza, consúmese el orín de los vicios, y en ella saltan centellas vivas de deseos de cielo, entre las cuales arde la llama del divino amor. Grandes son las excelencias de la oración, grandes son sus privilegios. A ella están abiertos los cielos, a ella, se descubren los secretos, y a ella están siempre atentos los oídos de Dios".

Por Saúl Castiblanco

Dios tiene debilidad por quienes son considerados perdidos

Intervención de Benedicto XVI al rezar el domingo la oración mariana del Ángelus junto a miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.


Queridos hermanos y hermanas:

El evangelista san Lucas presta una atención particular al tema de la misericordia de Jesús. En su narración, encontramos algunos episodios que destacan el amor misericordioso de Dios y de Cristo, quien afirma que no vino a llamar a los justos, sino a los pecadores (Cf. Lucas 5,32). Entre las narraciones de Lucas, se encuentra la de la conversión de Zaqueo, que presenta la liturgia de este domingo. Zaqueo es un "publicano", es más, el jefe de los publicanos de Jericó, importante ciudad en el río Jordán. Los publicanos eran los recaudadores de los impuestos que los judíos debían pagar al emperador romano, y por este motivo eran considerados pecadores públicos. Además, aprovechaban con frecuencia su posición para hacer chantaje y sacar dinero a la gente. Por este motivo, Zaqueo era muy rico, pero despreciado por sus conciudadanos. Por tato, cuando Jesús, al atravesar Jericó, se detuvo precisamente en casa de Zaqueo, suscitó un escándalo general. El Señor, sin embargo, sabía muy bien lo que hacía. Por así decir quiso arriesgar y ganó la apuesta: Zaqueo, profundamente impresionado por la visita de Jesús, decide cambiar de vida, y promete restituir el cuádruple de lo que ha robado. "Hoy ha llegado la salvación a esta casa", dice Jesús y concluye: "el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido".

Dios no excluye a nadie, ni a pobres y ni a ricos. Dios no se deja condicionar por nuestros prejuicios humanos, sino que ve en cada uno un alma que hay que salvar, y le atraen especialmente aquellas almas que son consideradas perdidas y que así lo creen ellas mismas. Jesucristo, encarnación de Dios, ha demostrado esta inmensa misericordia, que no le quita nada a la gravedad del pecado, sino que busca siempre salvar al pecador, ofrecerle la posibilidad de rescate, de volver a comenzar, de convertirse. En otro pasaje del Evangelio, Jesús afirma que es muy difícil para un rico entrar en el Reino de los cielos (Cf. Mateo 19, 23). En el caso de Zaqueo, vemos precisamente que lo que parece imposible se realiza: "Él entregó su riqueza e inmediatamente quedó sustituida por la riqueza del Reino de los cielos", comenta san Jerónimo (Homilía sobre el Salmo 83, 3). Y san Máximo de Turín añade: "Las riquezas son un alimento para los necios para la deshonestidad; sin embargo, para los sabios son una ayuda para la virtud; a éstos se les ofrece una oportunidad para la salvación, en el caso de los otros provoca un traspiés que les arruina" (Sermones, 95).

Queridos amigos, ¡Zaqueo acogió Jesús y convirtió, pues Jesús había sido el primero en acogerle! No le había condenado, sino que le había respondido a su deseo de salvación. Pidamos a la Virgen María, modelo perfecto de comunión con Jesús, que experimentemos la alegría de recibir la visita del Hijo de Dios, de quedar renovados por su amor, y transmitir a los demás su misericordia.

Evangelio del día

2011-10-27 - Evangelio según San Lucas 13,31-35
Publicado 2011/10/27
Autor : Sagrada Biblia

Socórreme, Señor, Dios mío, sálvame por tu bondad. Reconozcan que aquí está tu mano, que eres tú, Señor, quien lo ha hecho.

Carta de San Pablo a los Romanos 8,31b-39

Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?, como dice la Escritura: "Por tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como a ovejas de matanza."

Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Salmo 108

Tú, Señor, trátame bien, por tu nombre, líbrame con la ternura de tu bondad; que yo soy un pobre desvalido, y llevo dentro el corazón traspasado.

Socórreme, Señor, Dios mío, sálvame por tu bondad. Reconozcan que aquí está tu mano, que eres tú, Señor, quien lo ha hecho.

Yo daré gracias al Señor con voz potente, lo alabaré en medio de la multitud: porque se puso a la derecha del pobre, para salvar su vida de los jueces.

Evangelio según San Lucas 13,31-35

En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: "Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte." Él contestó: "Id a decirle a ese zorro: "Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término." Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos baja las alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os quedará vacía. Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: "Bendito el que viene en nombre del Señor.""

Frase

El alma que está verdaderamente enamorada de Dios es gentil, humilde, paciente y misericordioso.

lunes, 24 de octubre de 2011

España: Misión Mariana en Oria (Almería)





El 9 de octubre pasado, los Heraldos del Evangelio llevaron la Imagen del Inmaculado Corazón de María de Fátima, al pueblo de Oria en Almería.
Durante una semana recorrieron casa por casa, la villa y sus alrededores.
La Imagen fue acogida con cariño y devoción.

Perú: Procesión del Señor de los Milagros.



El mes de octubre es conocido en Lima como "la Cuaresma limeña", por ser el mes dedicado al Señor de los Milagros, devoción que está muy arraigada en Perú y en todos los paises donde hay colonias peruanas.
Durante el mes es muy común ver en las calles damas vestidas de morado con un cordón blanco a la cintura. Los hombres también usan corbatas moradas.
En el Santuario hay Misas desde las 7 de la mañana hasta las 9 de la noche. Se sacan los bancos para que puedan entrar más personas.
Las colas para las confesiones son larguísimas a pesar de que hay numerosos Padres impartiendo el sacramento de la Penitencia.
La principal procesión, que se realiza desde hace 360 años, se inicia el día 18 de octubre con una Misa a la 6 de la mañana, en las afueras del Santuario. A pesar de ser día laborable y de lo temprano del horario, se juntan unas 100.000 personas para esa Eucaristía. El recorrido procesional dura dos días.
Desde hace unos años, los sacerdotes Heraldos del Evangelio son invitados a llevar el Lignun Crucis, detrás del anda del Señor de los Milagros.

sábado, 22 de octubre de 2011

La fiebre del "no es esto"

Cuenta la tradición que, en cierta ocasión, un bandido llamado Angulimal fue a matar a Buda. Y Buda le dijo: "Antes de matarme, ayúdame a cumplir un último deseo: corta, por favor, una rama de ese árbol."

Angulimal le miró con asombro, pero resolvió concederle aquel extraño último deseo, y de un tajo hizo lo que Buda le había pedido.

Pero luego Buda añadió: "Ahora, por favor, vuelve a pegar la rama al árbol, para que siga floreciendo."

"Debes estar loco —contestó Angulimal— si piensas que eso es posible."

"Al contrario —repuso Buda—, el loco eres tú, que piensas que eres poderoso porque puedes herir, matar y destruir. Eso es cosa fácil, de niños. El verdaderamente poderoso es el que sabe crear y curar."

Para destruir, para arrasar, para gritar de forma estéril, para estar diciendo siempre que todo esta mal, que no es esto...; para todo eso no hace falta arte, ni ciencia, ni esfuerzo, ni cualidades.

Es verdad que siempre es mejor la rebeldía que el conformismo burgués, porque pienso que no estar satisfecho del mundo en el que se vive y querer cambiarlo es algo digno de alabanza. Pero la rebeldía, que es necesaria, debe reunir ciertas condiciones, y quizá la primera sea saber contra qué nos rebelamos. Y es bueno, lógicamente, rebelarse contra el mal, contra la injusticia, contra la mediocridad..., sí, pero primero contra el mal, la injusticia y la mediocridad que haya en uno mismo. No podemos ser como esos rebeldes de pacotilla que ni estudian, ni dan ni golpe, ni pueden ponerse a nadie como ejemplo de nada. Lo suyo más que rebeldía son ganas de incordiar.

La historia está llena de ejemplos de rebeldes que cuando llegaron al poder se volvieron burgueses. Y de rebeldes que, al fracasar, se convirtieron en resentidos que sólo sabían hacer crítica destructiva. Es muy fácil decir que algo está mal y que hay que cambiarlo. Lo difícil —y lo que hace falta— es aportar ideas positivas y conseguir cambiarlo realmente.

Debemos negarnos a nosotros mismos

JESUCRISTO:

1. Hijo, cuanto puedes salir de ti, tanto puedes pasarte a Mí. Así como no desear nada exteriormente, produce la paz interior; así el negarse interiormente, causa la unión con Dios. Quiero que aprendas la perfecta renuncia de ti mismo en mi voluntad, sin replica ni queja. Sígueme: YO SOY CAMINO, VERDAD Y VIDA. Sin camino no hay por donde andar; sin verdad no podemos conocer;sin vida no hay quien pueda vivir. Yo soy el camino que debes seguir, la verdad que debes creer, la vida que debes esperar. Yo soy camino inviolable, verdad infalible, vida interminable. Yo soy camino muy derecho, verdad suma, vida verdadera, vida bienaventurada, vida increada. Si permanecieres en mi camino, conocerás la verdad, y la verdad te librará y alcanzarás la vida eterna.

2. Si quieres entrar en la vida, guarda mis mandamientos. Si quieres conocer la verdad, créeme a Mí. Si quieres ser mi discípulo, niégate a ti mismo. Si quieres poseer la vida bienaventurada, desprecia la presente. Si quieres ser ensalzado en el cielo, humíllate en el mundo. Si quieres reinar conmigo, lleva la cruz conmigo. Porque sólo los siervos de la cruz hallan el camino de la bienaventuranza y de la luz verdadera.


EL ALMA:

3. Señor, pues tu camino es estrecho y despreciado en el mundo, concédeme que te imite en despreciar el mundo. Pues no es mejor el siervo que su señor, ni el discípulo es superior al maestro. Ejercitase tu siervo en tu vida, pues en ella esta mi salud, y la santidad verdadera. Cualquier cosa que fuera de ella oigo o no me recrea ni satisface cumplidamente.


JESUCRISTO:

4. Hijo, pues sabes esto y lo has leído todo, si lo hicieres, serás bienaventurado. El que abraza mis mandamientos y los guarda,ese es el que me ama, y Yo le amaré, y le manifestaré a él,y le haré sentar conmigo en el reino de mi Padre.


EL ALMA:

5. Señor, Jesús, como lo dijiste y prometiste, así se haga, y pueda yo merecerlo. Recibí de tu mano la cruz; yo la llevaré hasta la muerte, así como Tú me la pusiste. Verdaderamente la vida de l buen religioso es cruz, pero guía al paraíso. Ya hemos comenzado; no se debe volver atrás, ni conviene dejarla.

6. Ea, hermanos, vamos juntos, Jesús será con nosotros. Por Jesús tomamos esta cruz, por Jesús perseveremos en ella. Será nuestro auxiliador el que es nuestro capitán, y fue nuestro ejemplo Mirad a nuestro Rey que va delante de nosotros y peleará por nosotros. Sigámosle varonilmente, nadie tema los terrores estemos preparados a morir con animo en la batalla, y no demos tal afrenta a nuestra gloria, que huyamos de la cruz.

Evangelio del día

2011-10-22 - Evangelio según San Lucas 13,1-9
Publicado 2011/10/22
Autor : Sagrada Biblia

Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

Carta de San Pablo a los Romanos 8,1-11

Hermanos: Ahora no pesa condena alguna sobre los que están unidos a Cristo Jesús, pues, por la unión con Cristo Jesús, la ley del Espíritu de vida me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Lo que no pudo hacer la Ley, reducida a la impotencia por la carne, lo ha hecho Dios: envió a su Hijo encarnado en una carne pecadora como la nuestra, haciéndolo víctima por el pecado, y en su carne condenó el pecado.

Así, la justicia que proponía la Ley puede realizarse en nosotros, que ya no procedemos dirigidos por la carne, sino por el Espíritu. Porque los que se dejan dirigir por la carne tienden a lo carnal; en cambio, los que se dejan dirigir por el Espíritu tienden a lo espiritual.

Nuestra carne tiende a la muerte; el Espíritu, a la vida y a la paz. Porque la tendencia de la carne es rebelarse contra Dios; no sólo no se somete a la ley de Dios, ni siquiera lo puede. Los que viven sujetos a la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Pues bien, si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justicia obtenida.

Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.

Salmo 23

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos.

¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos.

Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

Evangelio según San Lucas 13,1-9

En aquella ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: "¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera."

Y les dijo esta parábola: "Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas.""

Frase

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

viernes, 21 de octubre de 2011

50 razones para rezar el Santo Rosario

¡Que Jesús me dé... a Jesús!

El orfanato “María de Nazaret”, de las Hijas de la Caridad, era una casa de aspecto muy acogedor. Pobre, pero limpia y bien ordenada, la residencia llamaba la atención a los que transitaban por la calle de las Acacias. Por cierto, el nombre de esta travesía estaba en consonancia con su entorno, pues todo su recorrido estaba adornado con estos frondosos árboles. En primavera producían abundantes racimos y las frágiles florecillas que se iban desprendiendo con el viento formaban una dorada alfombra en el suelo.

A las dedicadas religiosas responsables del orfanato también les gustaban las flores. Y el jardín de la casa era digno de estar en aquella calle tan alegre y bonita, porque había margaritas, lirios, rosas, jazmines y violetas en abundancia; además, mariposas, abejas y colibríes iban a deleitarse con el néctar de las flores, tal vez más sabroso por la gracia y lozanía del ambiente.

En la casa vivían treinta niños huérfanos. Sin embargo, aunque habían perdido a sus verdaderos padres, tenían muchas “madres”, pues ninguna de las monjas ahorraba esfuerzos en ayudar a los pobres niños abandonados, a quienes cuidaban con todo amor y desvelo.

Era muy común, conocida la fama de la institución, que algún matrimonio idóneo quisiera adoptar a un niño. Las buenas religiosas rezaban mucho por el escogido, y le pedían a la Providencia que lo guiara en el camino del bien. Tampoco era raro que apareciera algún bebé abandonado en la puerta del orfanato.

Eso es lo que ocurrió una fría mañana de otoño. Cuando la ayudanta de cocina salió a buscar el pan, vio en el umbral de la puerta una manta que se movía y de la que provenían unos débiles gemidos. Al coger el singular objeto sintió unas manitas heladas y húmedas bajo las suyas y cuando abrió el tejido se encontró con un bebé, de fisonomía oriental, que lloraba muy bajito. Era una niña, y tan pequeñita que cabía en sus dos manos.

Llevó a la pobrecita adentro, la calentó, le puso ropas limpias y secas e intentó darle algo de comer. La niña estaba casi muerta por el frío y por la humedad, y apenas podía mover los labios. Estuvo atendida en la enfermería y el cariño y celo de la hermana enfermera fueron más saludables que los propios medicamentos. En pocos días la pequeña ya abría los ojos, tomaba el biberón y conseguía esbozar una sonrisa.

Los meses pasaron y había crecido bastante, desenvolviéndose como una niña normal. Con todo, no se sabía de dónde venía, quién era su familia, ni tampoco si era china, japonesa o filipina, pues en esa ciudad no había familias orientales.

Los años iban pasando y la chiquilla, bautizada con el nombre de Talita —que significa “niña” y fue el nombre que Jesús le dio a la hija de Jairo al resucitarla—, crecía alegre y vivaz. No obstante, no tenía mucha facilidad para aprender las cosas.

Era muy solícita y piadosa, prestaba auxilio a los niños más pequeños, se ponía a disposición de las monjas para ayudarlas, era obediente y disciplinada, siempre estaba en la capilla poniéndole flores a Jesús y a María o rezando, pero no conseguía aprender más allá del Avemaría y del Padrenuestro.


Cuando llegó la época de la Primera Comunión empezó a asistir a la catequesis que era impartida por el capellán del orfanato, el P. Vicente.

A Talita le gustaba participar en la Misa, cantaba como un ángel, y soñaba con poder recibir a Jesús en su corazón. Sin embargo, cuando el sacerdote le hacía las preguntas del catecismo, no se acordaba de lo que tenía que responder. A pesar de percibir su tristeza, el buen sacerdote se vio en la contingencia de hacer que cursara un año más de catecismo.

Tal vez con el tiempo maduraría un poco más y podría prepararse mejor para ese augusto momento.

Cuando supo la noticia, Talita cambió completamente su comportamiento.

En lugar de jugar con las otras niñas en el recreo, se escapaba a la capilla y se ponía a rezar. Sobre todo le gustaba estar junto al Santísimo, expuesto los jueves.

Un día el P. Vicente entró en la capilla y escuchó suaves sollozos de una voz infantil. Al darse cuenta de que una cabecita sobresalía en el presbiterio se acercó muy despacio para ver quién estaba detrás del altar. Era Talita. ¿Qué hacía allí la pequeña, de rodillas y con lágrimas en los ojos? La niña, con las manos sobre el pecho, miraba fijamente al Santísimo Sacramento, lloraba y rezaba bajito.

El sacerdote se arrodilló a su lado y le preguntó:

— ¿Qué haces aquí, Talita?

— Estoy haciéndole una visita al Santísimo Sacramento.

El sacerdote se quedó perplejo porque en las clases de catecismo la niña era incapaz de

responderle eso... Para ponerle a prueba, le interrogó una vez más:

— ¿Y qué es el Santísimo Sacramento?

— ¡Caramba! ¡Es Jesús!, respondió extrañada con la pregunta.

— Y, ¿qué le pides a Jesús?

— Le pido a Jesús que me dé... a Jesús.

En efecto, ¡de los inocentes es el Reino de los Cielos! Talita no conseguía responder a las intrincadas preguntas de la doctrina, pero su corazón no le engañaba: allí estaba Jesús, ¡a quien tanto deseaba recibir!

Ahora eran los ojos del P. Vicente los que se llenaron de lágrimas... ¿Cómo podía negarle la Comunión a un alma tan pura?
Habiendo llegado el día esperado, las monjas vistieron pobremente a los niños, pero con tanta dignidad y modestia que parecían pequeños príncipes y princesas. Talita no cabía en sí de contenta. Recogida, no hablaba mucho, sin embargo, no podía dejar de sonreír. Cuando terminó la inolvidable ceremonia ofrecieron un desayuno especial y la niña, después de estar un rato con todos, huyó otra vez hacia la capilla. Quería agradecerle a Jesús que hubiera ido a visitar su corazón.

Vivió aún muchos años en el orfanato, dando siempre buen ejemplo de piedad y dedicación con todos, fruto de las visitas a su querido Jesús.

Santo del día

San Hilarión de Gaza

Publicado 2011/10/21
Autor : Catholic.net

Eremita, Octubre 21

Martirologio Romano: En la isla de Chipre, san Hilarión, abad, que, siguiendo las huellas de san Antonio, primero llevó vida solitaria cerca de la ciudad de Gaza y después fue fundador y ejemplo de la vida eremítica en esta región (c. 371).

Etimología: Hilarión = Aquel que sonríe, viene de la lengua latina.

Conocemos su vida por el testimonio de muy antiguos escritores, sobre todo por San Jerónimo, en su Vita Patrum.

Nació en Tabatha, cerca de Gaza, en Palestina, de familia pagana y rica. Como había muchos bienes, fue a estudiar a Alejandría, emporio del saber humano del tiempo. Allí, entre la vida blanda pagana, el eclecticismo en las doctrinas, el lujo de los palacios, las diatribas en el foro y el bullicio de los mercados, conoció a los cristianos de la comunidad fundada por San Marcos, cuna del gran orador San Atanasio, su contemporáneo. Recibió el don de la fe y se bautizó, sin duda ayudado por la influencia y ejemplo de los buenos discípulos de Jesucristo.

Toma la fe recibida con todas las consecuencias. Esta es la diferencia entre los mediocres y los santos. Cuando oyó hablar del abad Antonio, lo busca en el delta del Nilo, en la Arcadia, convive un tiempo con él y se siente llamado por Dios a imitarle en la vida de oración, cabalgando con la soledad y la penitencia por amor a Jesucristo. Por eso, a su vuelta al hogar paterno, cuando sus padres han muerto y es dueño de una pingüe herencia, nada dificulta el arranque de su nuevo proyecto de vida.

Es la hora de «vender» lo que se tiene y de «darlo» a los pobres para tener un «tesoro en el cielo». Pobreza extrema en el retiro de Majuma, oración profunda, penitencia grande, ayunos, consejos a quien lo pide y servicio amplio al necesitado hasta el milagro.
Tiene deseos de huir del aura popular que lo rodea, ansía la soledad y la busca, embarcándose para Sicilia; pero allí también sus milagros le delatan.

El retorno a Alejandría es inútil porque la persecución de Juliano el Apóstata ha destruido, en el año 362, el monasterio de Majuma. Se traslada a Dalmacia donde se le une Hesiquio. Vivió sus últimos cinco años en Chipre entre paganos que no le facilitan en nada la existencia, pero le respetan por su virtud y por curar al jefe con un milagro. Sintiéndose morir, deja escrito al discípulo Hesiquio que le entrega sus bienes en herencia: el Evangelio, su túnica, su cogulla y un pequeño manto.

jueves, 20 de octubre de 2011

Evangelio del día

2011-10-20 - Evangelio según San Lucas 12,49-53
Publicado 2011/10/20
Autor : Sagrada Biblia

Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin.

Carta de San Pablo a los Romanos 6,19-23

Hermanos: Uso un lenguaje corriente, adaptándome a vuestra debilidad, propia de hombres; quiero decir esto: si antes cedisteis vuestros miembros como esclavos a la inmoralidad y al desorden, para el desorden total, ponedlos ahora al servicio de la justicia para vuestra santificación.

Cuando erais esclavos del pecado, la justicia no os gobernaba. ¿Qué frutos dabais entonces? Frutos de los que ahora os avergonzáis, porque acaban en la muerte. Ahora, en cambio, emancipados del pecado y hechos esclavos de Dios, producís frutos que llevan a la santidad y acaban en vida eterna. Porque el pecado paga con muerte, mientras que Dios regala vida eterna por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.

Salmo 1

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.

Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin.

No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal.

Evangelio según San Lucas 12,49-53

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra."

Frase

El Señor es mi Pastor, nada me falta. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.

lunes, 17 de octubre de 2011

Los Obispos convocan a peregrinar al Santuario de la Virgen de los Treinta y Tres “Madre contigo coronamos las esperanzas de nuestro pueblo”

· Domingo 13 de noviembre, en Santuario Nacional de Florida

El Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal del Uruguay y el Obispo de Florida reiteran la convocatoria efectuada por la CEU en el mes de agosto a peregrinar el próximo 13 de noviembre, al Santuario Nacional de la Virgen de los Treinta y Tres, en Florida.

En su carta los Obispos destacan las particularidades de esta peregrinación, puesto que será la culminación de los eventos que a nivel nacional y local se desarrollaron por parte de la Iglesia en el Año del Bicentenario del Proceso de Emancipación de la Nación Oriental y se celebrará el 50 aniversario de la Coronación Pontificia de la imagen de la Virgen de los Treinta y Tres, que un año más tarde, recibiera la advocación de “Patrona del Uruguay”.

A las 10 hs tendrá lugar la solemne Concelebración Eucarística en el Santuario Nacional de la Virgen de los Treinta y Tres.

Montevideo, 3 de octubre de 2011

PEREGRINACIÓN AL
SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LOS TREINTA Y TRES


Los Obispos del Uruguay hemos convocado al pueblo cristiano a la Peregrinación al Santuario Nacional de la Virgen de los Treinta y Tres en Florida el próximo 13 de noviembre. Con el correr del tiempo el segundo domingo de ese mes se ha ido convirtiendo en una fecha emblemática.

En una jornada de fe que ya es familiar a las comunidades venidas de todas partes, dos motivaciones se agregan esta vez al fervor habitual. En este año Bicentenario del Proceso de Emancipación de la Nación Oriental, como culminación en la Fe de los eventos a nivel nacional y local que hemos celebrado, nos dirigirnos al encuentro de nuestra Madre en el lugar donde se proclamó la Patria libre.

Un nuevo motivo de gozo y compromiso se agrega a esta motivación. El hecho de la Coronación Pontificia de la entrañable Imagen, en esta fecha hace 50 años, es un signo inolvidable de un aprecio eclesial que trasciende nuestras fronteras. Una “coronación” es una veneración festiva y tradicional en que la Iglesia reconoce la trascendencia histórica que recibe una imagen, y a través de ella, de María que es valorada en su importancia y cercanía. El 8 de marzo de 1961 el Papa Juan XXIII concedió esa gracia y en el mes de noviembre, con la asistencia de los obispos, autoridades y pueblo, se realizó la coronación. Al año siguiente el Papa también concedió la advocación como “Patrona del Uruguay”.

Recordemos que a las 10 hs. será la solemne Concelebración, seguida por la programación habitual que se detallará oportunamente.

Esperamos encontrarnos junto al Señor y a su Madre en esta nueva Peregrinación que integra tantos caminos de la vida.

Con todo nuestro afecto y bendición,

+ Carlos Ma. Collazzi
Obispo de Mercedes
Presidente de la CEU

+ Rodolfo Wirz
Obispo de Maldonado- Punta del Este
Vicepresidente de la CEU

+ Heriberto Bodeant
Obispo de Melo
Secretario General de la CEU

+ Martín Pérez
Obispo de Florida

Corpus Christi en la Arquidiócesis de Montevideo “Jesús, pan de vida, ayer, hoy y siempre”

El próximo 30 de octubre, la Arquidiócesis de Montevideo celebrará la fiesta de Corpus Christi, con una procesión que partirá a las 16 hs, desde la Iglesia del Cordón hasta la Catedral Metropolitana, presidida por el Arzobispo de Montevideo, Mons. Nicolás Cotugno.

El Papa celebrará una Misa con motivo del Bicentenario

· Será el 12 de diciembre

La Pontificia Comisión para América Latina (CAL) anunció que el Santo Padre Benedicto XVI presidirá el 12 de octubre, Festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América Latina, una solemne celebración eucarística en la Basílica de San Pedro con motivo del Bicentenario de los paises latinoamericanos.

La CAL informó que a “esta celebración están invitados de forma especial toda la Curia Romana, el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede y ante el Gobiemo Italiano, los sacerdotes latinoamericanos que estudian en Roma, las religiosas y religiosos latinoamericanos residentes en Roma de las distintas Ordenes y Congregaciones, las comunidades argentinas, brasileñas, mexicanas y de todos los demás países latinoamericanos que por motivos familiares, laborales u otros habitan en Roma. Para este importante evento se prevé también la presencia de significativas personalidades públicas procedentes expresamente de América Latina”.

En su anuncio, la CAL, destaca que “esta iniciativa representa un gesto de exquisita atención, afecto y solidaridad de parte del Santo Padre hacia el pueblo y las naciones del ‘Continente de la esperanza’".

La Santa Misa se celebrará a las 17:30 horas.

ANUNCIO DE LA CAL

Las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia de los países latinoamericanos han adquirido gran importancia y resonancia. Las celebraciones que se han desarrollado hasta el momento y que seguirán realizándose en los próximos años, comprometen a los Estados, las administraciones públicas nacionales y locales, los diversos organismos intergubemamentales regionales, las universidades e instituciones educativas, organizaciones no gubemamentales y muchas otras instancias civiles, culturales y militares.

Tambien están involucrados los Episcopados de America Latina y el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Se han publicado numerosos documentos y declaraciones de las Conferencias Episcopales y de los Obispos en particular, y ha habido diversos programas eclesiales de celebraciones en los ámbitos litúrgicos, academicos y editoriales. Todas estas conmemoraciones se concentran en un lapso de tiempo que comprende del año 2010 al 2014, a excepción de Perú y Brasil que conmemoraran el Bicentenario de su independencia en los años 2020-2021. De hecho, el proceso de emancipación de los paises latinoamericanos en "tierra firme" se desarrolla del 1808 al 1824, aunque sería necesario también incluir la independencia de Haití (1804), aquella posterior de Cuba (1898) y las más recientes del Caribe.

La Santa Sede desea unirse a estas celebraciones con una iniciativa de especial relevancia.

El Santo Padre Benedicto XVI acogió, con vivo beneplácito, la propuesta realizada por la Pontificia Comisión para América Latina para presidir una solemne celebración eucarística en la Basílica de San Pedro con motivo del Bicentenario de los paises latinoamericanos. Dicha celebración tendrá lugar en una fecha muy significativa, el 12 de diciembre próximo, Festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América Latina, pedagoga de la inculturación de la fe, madre y protectora de sus pueblos, cuya imagen ha estado muy presente en los ejercitos patrióticos.

La Santa Misa se celebrará a las 17:30 horas.

A esta celebración están invitados de forma especial toda la Curia Romana, el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede y ante el Gobiemo Italiano, los sacerdotes latinoamericanos que estudian en Roma, las religiosas y religiosos latinoamericanos residentes en Roma de las distintas Ordenes y Congregaciones, las comunidades argentinas, brasileñas, mexicanas y de todos los demás países latinoamericanos que por motivos familiares, laborales u otros habitan en Roma. Para este importante evento se prevé también la presencia de significativas personalidades públicas procedentes expresamente de América Latina.

La invitación a participar en la Santa Misa, presidida por el Santo Padre en la Basílica de San Pedro, no está reservada sólo a los latinoamericanos sino que está abierta a todos los romanos y peregrinos, interesados en unirse a esta celebración.

Esta iniciativa representa un gesto de exquisita atención, afecto y solidaridad de parte del Santo Padre hacia el pueblo y las naciones del "Continente de la esperanza" -como ha sido denominado por los Pontifices, desde SS. Paulo VI hasta Benedicto XVI-. Es, sin duda, expresión de la solicitud pastoral con la que el Santo Padre Benedicto XVI abraza a los pueblos en los que ha sido sembrado el Evangelio de Jesucristo, en los que ha madurado sus preciosos frutos, donde está presente el 40% de los bautizados en la Iglesia Católica del mundo entero, unidos en filial devoción a la Santísima Virgen María y en fiel comunión de sus iglesias locales con la Sede de Pedro. Por último, esta iniciativa es signo de la contribución original que la Iglesia Católica ofrece para conmemorar, a la luz de la verdad histórica, este "Bicentenario", a fin de iluminar la actual situación de América Latina y alimentar la esperanza de un futuro de paz y justicia.

Los respectivos billetes de entrada para esta celebración eucarística son gratuitos; se podrán solicitar, con anticipación, a la Prefectura de la Casa Pontificia y ser retirados en los dias previos a la Santa Misa, en el Portón de Bronce.

Pontificia Comisión para América Latina (CAL)

sábado, 15 de octubre de 2011

Autoestima y afán por mejorar

El mundo exterior podrá hacerte sufrir,

pero sólo tú podrás avinagrarte a ti mismo.


Georges Bernanos


El hombre puede y debe aspirar a mejorar cada día a lo largo de su vida.

Y una buena forma
de progresar en autoestima
es avanzar en la propia mejora personal.

Una tarea que siempre enriquece nuestra vida y la de quienes nos rodean.

—Pero nunca se llega a ser perfecto, y entonces ese intento tiene que acabar produciendo frustración...

No debe confundirse el ideal de buscar la propia mejora con un enfermizo y frustrante perfeccionismo. Querer aproximarse lo más posible a un ideal de perfección es muy distinto de ser perfeccionista, o de embarcarse en la utópica pretensión de llegar a no tener defecto alguno (o en la más peligrosa aún, de querer que los demás tampoco los tengan).

El hombre ha de enfrentarse a sus defectos de modo humilde e inteligente, aprendiendo de cada error, procurando evitar que sucedan de nuevo, conociendo sus limitaciones para evitar exponerse innecesariamente a situaciones que superen su resistencia. Así, además, comprenderá mejor los defectos de los demás y sabrá ayudarles mejor. Su corazón tendrá, como escribió Hugo Wast, la inexpugnable fortaleza de los humildes.

La tarea de mejorarse a uno mismo no debe afrontarse como algo crispado, angustioso o estresante. Ha de ser un empeño continuo, que se aborda en el día a día, de modo cordial, con espíritu deportivo, conscientes de que habrá dificultades, y conscientes también de la decisiva importancia de ser constantes. Esa actitud hace al hombre más sereno, con más temple personal. Las contrariedades ordinarias le afectarán, pero habitualmente serán turbulencias superficiales y pasajeras. Y las posibles desgracias, de las que no se ve libre ninguna vida, no producirán en él heridas profundas.

—Antes decías que la excesiva exigencia puede afectar a la autoestima. Pero no sé si será peor la excesiva indulgencia con uno mismo.

En efecto. Por ejemplo, la enseñanza básica de algunos países occidentales se esforzó durante las dos o tres décadas pasadas en fortalecer la autoestima de los alumnos prodigando alabanzas incluso cuando los resultados eran desoladores. Se trataba, ante todo, de no desanimar, con idea de que, educando así, esas personas tendrían en el futuro muchos menos problemas, porque su elevada autoestima les impediría tener un comportamiento antisocial.

Los resultados –la terca realidad– está haciendo que sean cada vez menos los especialistas que creen que ése sea un buen método pedagógico. Es más, la falsa autoestima puede causar mucho más daño. Una educación empeñada en no culpabilizar nunca a nadie, y empeñada en que cualquier opción puede ser buena, hace que las personas acaben parapetándose tras sus opiniones y sus actos y se hagan impermeables al consejo o a cualquier crítica constructiva, puesto que toda observación que no sea de alabanza la recibirán negativamente.

El exceso de autoindulgencia,
el alabarlo todo,
o relativizarlo todo,
suele conducir a más patologías
de las que evita.

Decir a los hijos o a los alumnos que nos parece bien lo que es dudoso que esté bien, o que hagan lo que les parezca mientras lo hagan con convicción, o cosas por el estilo, acaba por dejarles en una posición muy vulnerable, pues se sentirán tremendamente defraudados cuando al final choquen con la dura y terca realidad de la vida.

Como ha señalado Laura Schlessinger, es mejor basar la autoestima en logros reales, en hacerles pensar en los demás y procurar ayudarles, en hacer cosas que sean verdaderamente útiles. No se trata de hacerles cavar zanjas, alabar ese trabajo, y luego volver a taparlas.

Se trata de avanzar
en el camino de la virtud,
de dejar de lamentarse tanto
de los propios problemas,
y tomar ocasión de ellos
para forjar el propio carácter.

Evangelio del día

2011-10-15 - Evangelio según San Lucas 12,8-12
Publicado 2011/10/15
Autor : Sagrada Biblia

Porque se acordaba de la palabra sagrada que había dado a su siervo Abrahán, sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos con gritos de triunfo.

Carta de San Pablo a los Romanos 4,13.16-18

Hermanos: No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: "Te hago padre de muchos pueblos."

Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe, Abrahán creyó. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: "Así será tu descendencia."

Salmo 104


¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra.

Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac.

Porque se acordaba de la palabra sagrada que había dado a su siervo Abrahán, sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos con gritos de triunfo.

Evangelio según San Lucas 12,8-12


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

"Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.

Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir."

viernes, 14 de octubre de 2011

Una correcta relación con uno mismo

Una personalidad psicológicamente sana precisa en primer lugar un buen conocimiento propio y un equilibrado aprecio hacia sí mismo. No puede amar a otro el que a sí mismo no se ama, ni amarse a sí mismo el que no se conoce, decía Quevedo. Es preciso cultivar un ponderado sentimiento de valía personal, de lo que con mayor o menor fortuna muchos denominan autoestima.

—Pero eso de autoestima suena un poco a amor propio...

Quizá la palabra autoestima no sea un muy afortunada, pero no es fácil encontrar otra mejor. Conviene resaltar que no se trata de amor propio, en su acepción castellana más común, de orgullo altivo o arrogante; ni se trata tampoco de narcisismo ni de nada parecido. La autoestima se refiere a un sano y equilibrado sentimiento de aprecio y estimación por uno mismo.

Igual que toda persona
siente una inevitable necesidad
de estimación ajena,
tiene también necesidad de
una cierta estimación de sí misma

Las personas que se autojuzgan siempre negativamente, y que tienen por tanto un mal concepto de sí mismas, suelen ser personas que sufren y hacen sufrir. Y que, además, contribuyen con su actitud a que sus negras estimaciones acaben por cumplirse, pues quien se valora mal a sí mismo acaba transmitiendo a los demás esa mala impresión, y entra así fácilmente en un círculo vicioso en el que su autodiagnóstico negativo se confirma con el eco que revierte de los demás la mala impresión que él mismo transmite.

—Supongo que es una actitud que se va forjando ya con la primera educación.

Sin duda. Cuando, por ejemplo, unos padres tienen una personalidad obsesiva o asediante, y tienden a comportarse de modo excesivamente severo, crítico o exigente, es fácil que esa actitud induzca en sus hijos una baja autoestima. El hijo ve que si hace las cosas bien, le dicen que es lo normal, sin dar muestra alguna de alegría y afecto; y si no las hace perfectamente bien, se lo recriminan de modo áspero, o le insisten con frialdad en que podría haberlo hecho aún mejor.

Y tanto si el hijo reacciona de modo hostil hacia sus padres, como si se esfuerza de continuo por obtener su difícil aprobación, en ambos casos su autoestima se encontrará habitualmente en crisis, oscilando entre la frustración de nunca contentar a sus padres y la de no poder apenas decidir sobre su vida. Una persona educada en un entorno en el que ha sido poco valorada, o que ha resaltado en exceso sus defectos, tenderá a ser medrosa e insegura: se teme a sí misma porque durante tiempo ha temido, y con razón, a otros.

—Antes hablabas de crecer en conocimiento propio y autoestima. Pero cuanto más se conozca una persona a sí misma, más defectos descubrirá, y más patentes, y por tanto sentirá cada vez menos estima hacia sí misma.

Conocer bien los propios defectos y limitaciones no tiene por qué implicar ningún desprecio hacia uno mismo. Sucede como con en el amor a otra persona: hay que conocerla bien, y amarla con sus defectos y sus limitaciones, que no ignoramos; si sólo se amara lo bueno de esa otra persona, no se trataría de un amor verdadero sino de un amor posesivo e interesado. El amor auténtico supone amar a la totalidad de la persona. Sabe que hay parcelas de esa persona más valiosas que otras, y desea que mejore en todas ellas, pero ha de ser capaz de quererla tal como es globalmente, incluyendo lo más valioso y lo que no lo es tanto. En el amor a uno mismo sucede algo parecido. Es preciso apreciarse a uno mismo en la globalidad de la persona. Si sólo admitimos nuestras características más positivas, o si sólo nos fijamos en las negativas, en ambos casos nuestra autoestima será frágil y quebradiza.

Conoce los medios que te ayudarán a actuar siempre con rectitud, veracidad y discreción.

Con toda seguridad, una de las cualidades que más buscamos y exigimos de las personas es la honestidad. Este valor es indispensable para que las relaciones humanas se desenvuelvan en un ambiente de confianza y armonía, pues garantiza respaldo, seguridad y credibilidad en las personas.
No debemos olvidar que los valores deben primero vivirse personalmente, antes de exigir que los demás cumplan con nuestras expectativas.

Recordemos que el valor de la honestidad:

Es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo, que junto a la justicia, exige en dar a cada quien lo que le es debido.


La persona que es honesta puede reconocerse por:

- Ser siempre sincero en su comportamiento, palabras y afectos.

- Cumplir con sus compromisos y obligaciones al pie de la letra, sin trampas, engaños o retrasos voluntarios.

- Evitar la murmuración y la crítica que afectan negativamente a las personalidad de los demás.

- Guardar discreción y seriedad ante las confidencias personales y secretos profesionales.

- Tener especial cuidado en el manejo de los bienes económicos y materiales.


Parte importante de nuestra esfuerzo personal para mejorar este valor, es reflexionar en nuestra actitud habitual hacia la honestidad:

- ¿Aprovecho el tiempo trabajando con intensidad y profesionalmente? ¿Evito aparentar ocupación para no recibir llamadas de atención?

- ¿Cumplo con la promesa de no revelar confidencias recibidas, sean personales o profesionales?

- ¿Evito aprovecharme de la ignorancia, el descuido, las debilidades o el exceso de confianza de los demás?
- ¿Devuelvo con oportunidad y en buen estado, todo lo que he recibido en préstamo?

- ¿Reparo el daño causado a los bienes ajenos por mi descuido o pereza?

- ¿Rechazo toda murmuración o comentarios que afecten a la reputación de los demás? ¿Procuro hablar siempre bien de las personas?

- ¿Es mi comportamiento igual con todas las personas y en todo lugar?


Para vivir con más cuidado y esmero el valor de la honestidad, es de gran utilidad poner en práctica las siguientes acciones:

- Debes ser fiel a tus promesas y compromisos por pequeños que puedan parecer.

- Lleva con claridad el manejo que haces del dinero, sin buscar quedarte con una parte alterando las cuentas, inventando gastos o argumentando extravíos.

- Si adquieres una deuda págala con oportunidad. No te escondas ni te molestes por el cobro, pues en justicia debes cumplir con ese compromiso.

- Aléjate de la pereza y cumple con tus deberes, así no tendrás necesidad de dar pretextos o mentir para encubrir tu falta de responsabilidad.

- Habla siempre con la verdad. No inventes ni exageres cosas sobre tu persona o sobre los demás. Lo mismo ocurre ante los problemas, situaciones laborales o de la vida cotidiana.

- No reveles aspectos negativos de la personalidad de los demás, aunque no te hayan pedido guardar el secreto, pues podrías caer en la murmuración, calumnia o difamación.

- Acepta serenamente los errores y fallas que has cometido, así como sus consecuencias; rectifica, y si es necesario, pide disculpas.

- Evita criticar negativamente las normas que existen en tu trabajo, la escuela o cualquier lugar, con personas ajenas y con poco conocimiento de las circunstancias. Dirígete al encargado, directivo o autoridad correspondiente.

- No tomes ni utilices los bienes ajenos sin la aprobación del legítimo propietario, aunque exista mucha confianza.

- Utiliza con propiedad los instrumentos de trabajo que están bajo tu responsabilidad.

- Demuestra respeto y fidelidad a tu cónyuge, evitando cualquier forma de coquetería o excesiva confianza con personas del sexo opuesto. El engaño también es incorrecto en el noviazgo.

La persona honesta, por sí misma, es garantía de fidelidad, discreción, trabajo profesional y seguridad en el uso y manejo de los bienes materiales.

Por el comportamiento serio, correcto, justo, desinteresado y con espíritu de servicio que adquirimos mediante la honestidad, esta se convierte en uno de los valores más importantes para el perfeccionamiento de nuestra personalidad.

Evangelio del día

2011-10-14 - Evangelio según San Lucas 12,1-7
Publicado 2011/10/14
Autor : Sagrada Biblia

Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse

Carta de San Pablo a los Romanos 4,1-8

Hermanos: Veamos el caso de Abrahán, nuestro progenitor según la carne. ¿Quedó Abrahán justificado por sus obras? Si es así, tiene de qué estar orgulloso; pero, de hecho, delante de Dios no tiene de qué. A ver, ¿qué dice la Escritura?: "Abrahán creyó a Dios, y esto le valió la justificación." Pues bien, a uno que hace un trabajo el jornal no se le cuenta como un favor, sino como algo debido; en cambio, a éste que no hace ningún tabajo, pero tiene fe en que Dios hace justo al impío, esa fe se le cuenta en su haber.

También David llama dichoso al hombre a quien Dios otorga la justificación, prescindiendo de sus obras: "Dichoso el hombre que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le cuenta el pecado."

Salmo 31

Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: "Confesaré al Señor mi culpa", y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero.

Evangelio según San Lucas 12,1-7

En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: "Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digáis de noche se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el sótano se pregonará desde la azotea.

A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Os voy a decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después echar al infierno. A éste tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones."

Frase

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?

domingo, 9 de octubre de 2011

"El silencio no dará nunca a Dios, pero Dios se da en el silencio", dijo el prior de la Cartuja de la Serra San Bruno


Publicado 2011/10/07
Autor: Gaudium Press
Sección: Europa

Ciudad del Vaticano (Viernes, 07-10-2011, Gaudium Press) El 5 de octubre pasado, la Iglesia Católica celebraba la festividad de San Bruno, fundador de los Cartujos, una de las órdenes de vida monástica más rigurosas que existen. Domingo por la tarde, el Papa visitará el monasterio de los cartujos ubicado en la Sierra San Bruno, al sur de Italia. Con ocasión de la visita de Benedicto XVI, ha salido a luz en estos días un libro-entrevista fruto de las conversaciones del vaticanista Luigi Accattoli con el prior del Monasterio de la Sierra San Bruno, padre Jacques Dupont, bajo el título de "Solo ante del Único" (Solo dinanzi all'Unico).

"Solus cum solo" es el lema de los cartujos, elegido por el mismo santo fundador, que en su propia vida buscaba la soledad como un modo de alabar al Señor. Así, creó una comunidad monástica primero en la "Gran Cartuja" en Francia, de donde toma su nombre la Cartuja, y después la
llamada "del Papa Urbano II", en Calabria en el sur de Italia. Hoy en día, el carisma y la regla de vida ha sido continuada por sus sucesores, que también en nuestra era de las comunicaciones, del rápido y dinámico estilo de vida, quieren dedicar la propia vida al silencio y a la oración de noche y de día. Porque "el ministerio del monje es nocturno ‘ministerio de gestación' a la espera del amanecer y del mañana", como observa el Prior.

Las cartujas están cerradas a los visitantes como se dice en un simple cartel a la puerta de entrada del monasterio. "Al igual que Bruno, los cartujos -explica el padre Jacques- están fuera del mundo y están estrechamente ligados al mundo. Ellos no tienen nada de propio que decir al mundo, no son modelos de vida para los demás, pero son una señal". Los monjes, al mismo tiempo realizan su propia vocación y carisma en la soledad y el silencio, permaneciendo abiertos a la realidad que los circunda. El signo más "moderno" es su propia página web, en la que todos pueden descubrir en qué consiste la vida de un monje cartujo.

La iniciativa web también tiene el valor que se podría decir providencial, ya que las vocaciones notadas en los últimos años han llegado gracias a este sitio en Internet. El sitio es sencillo y modesto como la vida de los propios monjes cartujos.

Algunas adaptaciones ha tenido el régimen de los cartujos, pero no significan facilitar la vida del

monje, ni tornársela más placentera. Sin particular razón o previa autorización del prior, los cartujos no tienen acceso a Internet, ni a la radio, ni a la televisión; llega tan solo una copia de "L'Osservatore Romano" y del diario italiano "Avvenire". Sólo unos pocos pueden utilizar el correo electrónico en su cuarto, para ponerse en contacto con sus familias cuando son de lejanos países donde el correo tradicional llega con dificultad.

El cartujo es eremita y cenobita al mismo tiempo. Comúnmente, pasa los días en silencio desarrollando su trabajo para la comunidad y comiendo en su propia celda. "Rezar es hacer silencio -explica el prior de Sierra San Bruno- dejar hablar al silencio, dejar que el silencio sea silencio. Por supuesto, el silencio no dará nunca a Dios, pero Dios se da en el silencio. Análogamente, no es el desierto el que da a Dios, pero Dios se concede en el desierto". Incluso la celebración de las misas de los cartujos las realizan solos. En cambio, durante las oraciones y el domingo el estilo ermitaño se trasforma en cenobita. También hay unas pocas ocasiones en el año que salen de la cartuja a la naturaleza, en un tiempo dedicado a la meditación, caminatas largas, comidas comunes y a conocerse más".


El día del cartujo comienza 30 minutos después de la medianoche, con 3 horas de oración con recitaciones y canto gregoriano. Luego, van a dormir de nuevo para despertar después a las 7, para un nuevo momento de oración. El padre Jacques explica en el libro que el verdadero significado de la oración en la noche no es el de una "penitencia", sino el de "la elección de una hora más favorable y propicia para la oración y la alabanza del Señor". Él ve a un monje cartujo como el "guardia" a la espera del Señor. "No somos nosotros -dice- que hacemos surgir el sol, pero debemos estar despiertos para verlo surgir. No somos nosotros quienes conquistamos la gracia que viene del Señor, pero no debemos dormir cuando el Señor la envía".

El ritmo regular y riguroso se refiere también al trabajo y a las comidas. Los monjes son vegetarianos. La comida es modesta pero abundante. "La privación en el alimento y en el vestido sólo tienen una función pedagógica o propedéutica, esto es de premisa y de futuro: sirven para mantener diestra a la persona para que se avance por el camino del amor".

Benedicto XVI será el segundo pontífice a visitar la cartuja de la Sierra San Bruno. Juan Pablo II estuvo allí el día de la fiesta del fundador, el 5 de octubre.

Santo del día

San Dionisio de París
Publicado 2011/10/09
Autor : Catholic.net

Primer obispo de París, Octubre 9

Martirologio Romano: San Dionisio, obispo, y compañeros, mártires, de los cuales la tradición quiere que el primero, enviado por el Romano Pontífice a la Galia, fuese el primer obispo de París, y que junto con el presbítero Rústico y el diácono Eleuterio, padeciesen en las afueras de la ciudad (s. III).

Etimología: Dionisio = Aquel que mantiene la fe en Dios, viene del griego

Dionisio legó a Francia hacia el 250 ó 270 desde Italia con seis compañeros con el fin de evangelizarla. Fue el primer obispo de París, y apóstol de las Galias.

Dionisio fundó en Francia muchas iglesias y fue martirizado en el 272, junto con Rústico y Eleuterio, durante la persecución de Valeriano. Según creen algunos es en Montmartre (mons Martyrum), o en el sur de la Isla de la Cité, según otros, donde se eleva, en la actualidad, la ciudad de Saint-Denis lugar en el que fueron condenados a muerte.

Según las Vidas de San Dionisio, escritas en la época carolingia, tras ser decapitado, Dionisio anduvo durante seis kilómetros con su cabeza bajo el brazo, atravesando Montmartre, por el camino que, más tarde, sería conocido como calle de los Mártires. Al término de su trayecto, entregó su cabeza a una piadosa mujer descendiente de la nobleza romana, llamada Casulla, y después se desplomó. En ese punto exacto se edificó una basílica en su honor. La ciudad se llama actualmente Saint-Denis.

La tradición del culto a San Dionisio de París, fue creciendo poco a poco, dándole a conocer, llegando a confundirlo con Dionisio Areopagita (obispo de Atenas) o con Dionisio el Místico. Esta confusión proviene del siglo XII cuando el abad Suger falsificó unos documentos por razones políticas, haciendo creer que San Dionisio había asistido a los sermones de Pablo de Tarso.

Frase

Bendito el Señor, que escuchó mi voz suplicante.

Evangelio del día

2011-10-09 - Evangelio según San Mateo 22,1-14
Publicado 2011/10/09
Autor : Sagrada Biblia

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.

Libro del profeta Isaías 25,6-10ª

Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país. -Lo ha dicho el Señor-.

Aquel día se dirá: "Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte."

Salmo 22

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.

Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.

Carta de San Pablo a los Filipenses 4,12-14.19-20

Hermanos: Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación. En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su espléndida riqueza en Cristo Jesús. A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Evangelio según San Mateo 22,1-14

En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto.

Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales.

Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos."

jueves, 6 de octubre de 2011

Mientras dos estudiantes rezan el rosario por las calles, un juez los observa…

Publicado 2011/10/05
Autor : Gaudium Press

"Para dos jóvenes estudiantes, rezar el rosario en el trayecto de su casa a la Escuela, era un acto cotidiano en sus vidas. Entretanto, no sabían ellos que en una de estas caminatas, estaban siendo seguidos por un juez..."

Redacción (Miércoles, 05-10-2011, Gaudium Press) Para dos jóvenes estudiantes, rezar el rosari
o en el trayecto de su casa a la Escuela, era un acto cotidiano en sus vidas. Entretanto, no sabían ellos que en una de estas caminatas, estaban siendo seguidos por un juez de Derecho que los observaba atentamente. Este Magistrado, dotado de un elevado sentido psicológico y de una profunda capacidad de descripción, relató lo ocurrido en un artículo periodístico "El joven y el rosario", en la ciudad de Belén de Pará, Brasil.

Transcribimos esta noticia en su íntegra, que aunque publicada en el 2002 conserva enteramente su frescor.

En cuanto a los dos jóvenes, estos resolvieron seguir una vocación religiosa. Hoy son miembros de los Heraldos del Evangelio, uno en San Pablo, otro en Portugal.

Diario O Liberal 03 de enero de 2002


El Jóven y el Rosario

Autor: Dr. Nélio Fernandes Gonçalves (Juez y escritor)

Siempre me consideré un caminante compulsivo. Solo que mis caminatas no son propiamente caminatas como estas que se ven algunos esforzados emprender diariamente por las playas y calles de la ciudad, constituidas de un trotar rápido y constante. Yo camino a pie. No sé si cometo redundancia en la afirmación.


Transformo el caminar en un paseo agradable, a través del cual busco aliar la ganancia física al placer estético de la contemplación sobre el mundo que pasa veloz a mi lado. Casi nada escapa a la observación; personas, objetos, hechos son la materia prima par
a el diario impreso en la imaginación.

Era un miércoles soleado. Hacía mi caminata matinal por la sinuosa y arborizada Avenida 25 de Septiembre hasta alcanzar el área verde del Bosque Rodrigues Alves. En el retorno, en virtud del cansancio natural que redunda en un todavía más lento caminar, fácilmente soy sobrepasado por otras personas.

Uno de estos adelantamientos, sin embargo, llama mi atención: Dos jóvenes, caminando en pareja casi perfecta, pasan rápidamente por mí. Además del vigor de las pisadas, algo más redobló mi atención en aquellos jóvenes que andaban con pasos sincronizados: ellos hablaban o balbuceaban alguna cosa, también (como sus pasos) de forma perfectamente sintonizada.
Curioso, de aquellas curiosidades momentáneas que por nada se dejan pasar, apuré el paso en su seguimiento, buscando acompañarlos, a fin de escuchar lo que hablaban. Al acercarme bien a ellos, la sorpresa fue mayor: de la mano derecha de cada uno colgaba un largo rosario.

Eso mismo. Un rosario. Los dos jóvenes rezaban la oración del rosario. Estaba explicado porque, en un primer instante, yo había percibido una casi perfecta sintonía entre el habla de uno y otro. Delante de lo inusitado de la escena, mi primera reacción fue seguirlos, acompañarlos. Qué se yo. Conversar con ellos, quizá. Saber quiénes eran, dónde vivían, porqué rezaban. Pero terminé por no hacer nada de eso. Cuando los perdí de vista, al doblar una esquina, volví al paso normal.

Siguiendo mi rumbo, dejé la imaginación alzar vuelo. Reví la escena varias veces a fin de fijar algunos pormenores. Los dos jóvenes debían tener entre quince y diecisiete años. Estaban con el uniforme de colegio y, a juzgar por la hora, más o menos once y media, habían acabado de salir de la escuela.

Mientras que la mano izquierda de cada cual se ocupaba en atajar los libros, en la derecha, pendiente a lado del cuerpo, envolvía el instrumento-guía de la oración que compartían unidos. Juzgando por la forma como conducían la oración, no hay equívoco en afirmar que la bella y ejemplar actitud debía ser rutinaria en sus vidas.

Y un bello ejemplo joven. Un bello y corajudo ejemplo. ¿O no es coraje, en el mundo actual, dos jóvenes tomar aquella actitud, francamente malévola a los ojos de los demás vivientes? ¿Cuánta broma, cuánto chiste, cuánta "vergüenza" (para usar un lenguaje joven bien actual) no oyeron de los demás colegas de colegio
? Rezar debía ser la actitud más normal. Bien que debería ser así. Pero, no es. Parece hasta que el mundo tiene vergüenza de rezar.

Es indudable que estos jóvenes pertenecen a familias fervorosas y equilibradas, donde pontifica el amor. En el mundo tan problemático en que vivimos, actitudes como esa merecen ser difundidas, repetidas millares de veces. En vez de entregarse a la violencia, la droga y la prostitución, aquellos bendecidos jóvenes ocupaban el tiempo disponible gastado en el trayecto casa/escuela/casa orando. No se quedaban, como ocurre hoy con la gran mayoría estudiantil, reunidos en las esquinas, los bares y las casas de juegos, donde no resulta nada bueno.

Aquellos jóvenes aprendieron desde temprano en sus vidas que la oración da fuerza y consuela, equilibra y serena el espíritu. Recupera al desequilibrado, realimenta la esperanza, reconduce a la generosidad de la alegría, apacigua el dolor. Aprendieron que la oración es un acto de amor. Amor que se eleva a los cielos y se interioriza en lo más hondo recóndito de nuestro ser.

Por todo esto, es muy importante saber dar amor. De modo especial, a nuestro joven contemporáneo que más que nadie precisa de apoyo y consideración. No olvidemos la enseñanza de Jesús que dijo que es dando que se recibe. Quien da amor, recibe amor, quien planta luz, recoge el sol en profusión radiante... No se conoce mayor dolor que no poder dar amor a quien se ama.