domingo, 30 de abril de 2017

San José: Ordenaron nuevo sacerdote en la Catedral

El diáocono Andrés Paredes recibió este sábado la ordenación sacerdotal. Fue en el marco de una ceremonia cumplida en la Basílica Catedral.

Fue presidida por el Obispo de San José de Mayo, Mons. Arturo Fajardo y el Obispo Auxiliar de Montevideo, Mons. Milton Tróccoli.

Para la ocasión, Paredes decidió mantener la misma frase que eligió para su ordenación diaconal tomada del Evangelio según San Juan: “Es necesario que Él crezca y que yo disminuya”.

El 13 de febrero de 2009, Paredes ingresó al Seminario Mayor Interdiocesano “Cristo Rey” con el objetivo de formarse para el sacerdocio.

El 29 de abril de 2015, Paredes el ministerio de lector. El ministerio del acolitado le fue conferido el 3 de abril de 2016; el 6 de noviembre del 2016 realizó su promesa de celibato y su profesión de fe.

El sábado 19 de noviembre, recibió la ordenación diaconal, y este sábado 29, la sacerdotal.

Paredes presidirá su primera misa en la Basílica Catedral este domingo 30 de abril a las 19 horas. (fuente: diocesisdesanjosedemayo.org)

sábado, 29 de abril de 2017

Una pequeña barca en medio de la tormenta

Juan 6, 16-21. II Sábado de Pascua.

Por: H. Balam Loza, LC | Fuente: www.missionkits.org

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
"Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava (…) porque ha hecho en mi favor cosas grandes el poderoso". Con María quiero alabarte, Señor. Todo lo que tengo y todo lo que soy te lo debo a Ti y por eso vengo a agradecerte y te bendigo con todo mi corazón en este rato de oración.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Juan 6, 16-21
Al atardecer del día de la multiplicación de los panes, los discípulos de Jesús bajaron al lago, se embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafarnaúm. Ya había caído la noche y Jesús todavía no los había alcanzado. Soplaba un viento fuerte y las aguas del lago se iban encrespando.

Cuando habían avanzado unos cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús caminando sobre las aguas, acercándose a la barca, y se asustaron. Pero él les dijo: "Soy yo, no tengan miedo". Ellos quisieron recogerlo a bordo y rápidamente la barca tocó tierra en el lugar a donde se dirigían.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Pensemos en una pequeña barca, en la noche, en medio de una tormenta, con pescadores que remaban con todas sus fuerza, aun estando el viento en su contra. Y pensemos que vamos nosotros dentro. En ello va nuestra vida, en dejarnos llevar o en luchar. ¡Qué impotencia! Qué ganas tendríamos de hacer las cosas rápido y llegar al otro lado sin problemas y con un sol primaveral. Pero no, la vida del cristiano se caracteriza por dos cosas, la lucha y el dejarse llevar. Tal vez contradictorias pero no del todo.

Veamos a María. Su vida fue una muestra de estas dos actitudes. Por un lado la lucha. No me puedo imaginar a la Virgen indiferente, a una mujer que ante los problemas quedaba inmóvil. Más bien pienso que María ponía todo su esfuerzo en cumplir la voluntad de Dios, aunque a veces fuese difícil, e incluso el viento y la tormenta fuesen contrarias. Pienso, por ejemplo, en María yendo a Egipto, en la madrugada, con un pequeño entre sus brazos y sin comprender nada ¡Qué fortaleza! O al pie de la cruz, cuando todo era oscuro y no veía nada ¡Qué fidelidad y perseverancia!

Por otro lado, María se sabía pequeña y reconocía que era débil. Conocía su pequeña barca y por eso sabía ser dócil a la Voluntad de Dios. Sabía que no podía sola y que necesitaba del auxilio divino. Y Dios era su fortaleza, fue Él quien la sostuvo al pie de la cruz y quien la condujo en medio de la oscuridad. Fue Él quien la llevó a puerto y la sostuvo.

El cristiano no va solo. A veces puede pensar que rema a contra corriente y que, por más que luche, el mantenerse en el camino parece un reto imposible. Pero no es así. Si por un lado tenemos que poner todo lo que está de nuestra parte, tenemos que aprender a dejarnos llevar por Espíritu Santo que nos indica el camino que hay que seguir en medio de la noche. Si bien somos débiles, pequeños y frágiles es justo eso el testimonio del poder de Dios. Porque llevamos un "tesoro en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros" (2 Corintios 4, 7).

"El gran anuncio de la Resurrección infunde en el corazón de los creyentes una íntima alegría y una esperanza invencibles. ¡Cristo ha verdaderamente resucitado! También hoy la Iglesia sigue haciendo resonar este anuncio gozoso: la alegría y la esperanza siguen reflejándose en los corazones, en los rostros, en los gestos, en las palabras. Todos nosotros cristianos estamos llamados a comunicar este mensaje de resurrección a quienes encontramos, especialmente a quien sufre, a quien está solo, a quien se encuentra en condiciones precarias, a los enfermos, los refugiados, los marginados. A todos hagamos llegar un rayo de la luz de Cristo resucitado, un signo de su poder misericordioso."
(Homilía de S.S. Francisco, 10 de abril de 2016).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy, Señor, voy rezar un rosario con mi familia para agradecer tu ayuda a lo largo de este mes.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Jóvenes en Singapur celebran la "Crucis Singapura", peregrinación a pie descalzo

Singapur (Miércoles, 26-04-2017, Gaudium Press) La organización católica Jesus Youth Singapore convocó a los jóvenes de la Arquidiócesis de Singapur a su séptima "Crucis Singapura", una peregrinación a pie descalzo llevada a cabo el pasado 08 de abril. Más de 200 fieles siguieron el llamado que desafió la incomodidad y el dolor para reflexionar sobre su vida y su seguimiento de Cristo.

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La peregrinación a pie desclazo es una oportunidad de reflexionar sobre el valor del sacrificio redentor de Cristo. Foto: Jesus Youth Singapore.
Los participantes rezaron el Vía Crucis durante el recorrido, seguido del Santo Rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia, con estaciones donde desarrollaron actividades que los invitaban a meditar sobre su testimonio cristiano y el sentido de sus relaciones personales.
Para la actividad se prepararon siete rutas diferentes que confluían en el templo del Espíritu Santo, con diferentes longitudes de acuerdo a la capacidad de cada devoto. La ruta más corta medía cuatro kilómetros y partía del templo de Cristo Resucitado, mientras que la más larga medía siete kilómetros y comenzaba en el templo de San Francisco de Asís.

Para auxiliar a los peregrinos se dispusieron equipos de voluntarios en bicicleta y una estación de atención médica en el punto de destino. Los devotos llegaron al templo del Espíritu Santo cerca de las tres de la tarde y participaron en un encuentro de oración, testimonios y una bendición especial a cargo del P. Fredrick Quek, Director Espiritual de Jesus Youth.

Con información de Catholic News Singapur.

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Brasil ocupa primer lugar con mayor número de católicos bautizados

Aparecida (Miércoles, 25-04-2017, Gaudium Press) De acuerdo con un estudio hecho por el Anuario Pontificio 2017 y el Anuarium Statisticum Ecclesiae 2015, del Departamento Central de Estadística de la Iglesia del Vaticano, Brasil ocupa el primer lugar en el mundo de católicos bautizados, con 172,2 millones, lo que representa 26,4% de católicos en el continente americano. El país quedó al frente de México (110,9 millones), Filipinas (83,6 millones), Estados Unidos (72,3 millones), entre otros.

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Es cierto también que los obispos brasileños se mantienen preocupados con la calidad de la actuación y con el compromiso de los cristianos al elegir la "Iniciación a la vida cristiana" como tema central de su 55ª Asamblea General de la CNBB, que ocurre del 26 de abril al 5 de mayo, en el Centro Padre Vitor Coelho de Almeida, en Aparecida.

Conforme el documento nº 43 del CELAM, "se entiende como iniciación a la vida cristiana el proceso por el cual una persona es introducida al misterio de Jesucristo y en la vida de la Iglesia, a través de la Palabra de Dios y la mediación sacramental y litúrgica, que acompañe los cambios de actitudes fundamentales de ser y existir con los otros y con el mundo, en una nueva identidad como persona cristiana que testifica el evangelio inserido en una comunidad eclesial viva y testimonial".

55ª Asamblea General
Para producir el texto que será discutido por los obispos del Brasil durante la asamblea, una comisión presidida por el Arzobispo de Curitiba, Mons. José Antônio Peruzzo, fue designada para la elaboración del mismo, que después de discusión, será publicado como documento de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB).

Además del tema central, los obispos brasileños también profundizarán temas de la actualidad de la coyuntura eclesial después de los diez años de la conferencia de Aparecida.
En sintonía con el Año Nacional Mariano, los 300 años de la Imagen de Aparecida y el centenario de las apariciones de Nuestra Señora de Fátima, diversas actividades serán realizadas a lo largo de la 55ª edición de la reunión.

El próximo sábado, 29 de abril, la Santa Misa marcada para las 7:30 horas será dedicada a Nuestra Señora, con entronización de la Imagen de la Virgen Santísima, acompañada de cánticos y homilía especial.

A la noche, a las 20:00 horas, en el cierre del Retiro de los Obispos, habrá la peregrinación, procesión y celebración Mariana.

El 4 de mayo próximo, a las 18:00 horas, ocurrirá una Sesión Mariana que encerrará las conmemoraciones de la 55ª Asamblea de los Obispos del Brasil. (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la CNBB.

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El Salvador: Heraldos del Evangelio colocan primera piedra de santuario en honra a la Virgen de Fátima

Centro de espiritualidad contempla una iglesia, un colegio, un seminario y un centro de formación para jóvenes. Está ubicado en Apopa, a corta distancia, al norte de San Salvador.  El terreno, de una extensión de 11 manzanas, fue donado por el empresario Gerardo Borja, que materializó la voluntad de sus padres.

Durante un multitudinario acto religioso fue bendecida ayer la primera piedra del Iglesia de Nuestra Señora de Fátima y San Pablo Apóstol, que será administrada por los Heraldos del Evangelio, una asociación religiosa con presencia en El Salvador desde 1998. El proyecto es un centro de espiritualidad que contempla una capacidad para 600 fieles, un colegio, un seminario y un centro de formación de jóvenes.

“Será un santuario. Resaltamos Nuestra señora de Fátima por su mensaje que nos dice mucho en el corazón y que nos va anunciar muchas cosas en este centenario. Acontecimientos, bendiciones”, dijo Fernando Gioia, Superior de los Heraldos del Evangelio en El Salvador y Centroamérica. El próximo 13 de mayo, se cumplirán cien años de las apariciones de la Virgen, en Fátima, Portugal, y eso reviste mayor simbolismo para los Heraldos del Evangelio.

​El centro de espiritualidad estará ubicado sobre el Bulevar Constitución, cercano al redondel Integración, en la jurisdicción de Apopa, San Salvador. Las obras serán construidas en un terreno de 11 manzanas donado por la familia Borja. “Hace unos ochos años mi papá (Guillemo Borja Nathan de grata recordación) pensó en dedicar esta tierra para un proyecto dedicado a la Virgen. Él falleció hace tres años y hoy se ve realizado su proyecto”, expresó Gerardo Borja hijo. También fue voluntad de su madre Gloria Ferguson de Borja y Guillermo Borja hijo.

Durante una misa solemne, presidida por el sacerdote Edgardo Reyes, rector del Seminario San José de la Montaña, se realizó el acto de bendición de la primera piedra del templo. “Son bien conocidas las palabras del Salmo: si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles, somos en cierto modo cooperadores de Dios, siempre que con nuestro trabajo atendemos y servimos a la comunidad”, dijo Reyes.

Gioia entregó placas de reconocimiento al alcalde en funciones de Apopa, José Santiago Zelaya, por haber facilitado los permisos de construcción, al Arzobispo de San Salvador José Luis Escobar Alas, quien por problemas de salud envió como representante al sacerdote Edgardo Reyes. También, agradeció a familia Borja por la donación del terreno.

​La prensa de la capital salvadoreña le dio gran cobertura al acontecimiento, dándole importante destaque.

Trinidad (Flores): 21ª Peregrinación a la Cruz de los Cerros de Ojosmín

Este domingo 23 de abril fieles católicos de todas edades, de la ciudad de Trinidad, realizaron la “21ª Caminata de la Fe” a la histórica Cruz de los Cerros de Ojosmín, que está localizada a 30 kms. junto a la Ruta 57.

La jornada comenzó a las 2 de la fría madrugada,  desde la Parroquia Nuestra Señora del Luján, pasando por la Parroquia de la Santísima Trinidad y la Capilla Sagrado Corazón para dirigirse por la ruta 57, hasta los Cerros de Ojosmín. A las 11 de la mañana fue celebrada la santa Misa por el Padre Gabriel Rainusso,  a la cual asistieron los peregrinos, rodeados por un  ameno paisaje rural tan característico de nuestros campos.

Estos eventos de fe cristina que se desarrollan, como tantos otros,  a lo largo del país son una manifestación de la religiosidad y piedad populares, arraigadas en el alma nacional por generaciones.

Un poco de historia

Fue el capitán Pedro Millán quien en 1726 tomó los cerros de Ojosmín como referencia para marcar el límite de la jurisdicción de Montevideo. Como de costumbre, se trataba de poner freno al avance portugués en la zona, reflejado en la construcción de Colonia en 1680 y en la penetración de los "bandeirantes" (bandoleros - colonos). Una cruz de hierro fue puesta en la cima del cerro en 1917.

Cruz  que, este año será remplazada por una de mayor tamaño e iluminada para darle una mayor y permanente visibilidad desde la ruta. La actual, deteriorada por los años, será restaurada e instalada en la capilla de Estancia “Santa Virginia”, a las faldas de los Cerros de Ojosmín.

Según lo anunciado por el Padre Gabriel, en este último lugar se colocará una placa con todo el historial que tiene esta Cruz. Adelantó también que la Dirección de Turismo está colocando unos postes, que van a ser como la orientación del camino, en la subida al Cerro. ”En estos postes después con el tiempo, vamos a tratar de ir poniendo lo que se le llama el ‘Vía Lucis’, que es distinto al ‘Vía Crucis’. En el ‘Vía Crucis’ hacemos el camino de la Cruz, antes de Semana Santa, el ‘Vía Lucis’ es el camino de la Luz, o sea el camino de la Resurrección, el camino hacia Pentecostés”, expresó el presbítero.

lunes, 24 de abril de 2017

Cardenal Sturla es calurosamente acogido por la ciudad de Trinidad (Flores)

El viernes 21 de abril, el Cardenal Daniel Sturla SDB, arzobispo de Montevideo fue recibido calurosamente por la comunidad de la ciudad de Trinidad, capital del departamento de Flores. Invitado por Monseñor Arturo Fajardo, obispo de la diócesis de San José de Mayo a cuya jurisdicción corresponde Flores, desarrolló una intensa y variada agenda de actividades, en medio de demostraciones de cariño de los trinitarios y sus autoridades.

Primeramente visitó el Colegio y Liceo San José, con más de 120 años de historia, perteneciente a las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José y luego se reunió con las diversas instituciones católicas presentes en la ciudad,  en un almuerzo en la Parroquia Nuestra Señora de Luján.

Al inicio de la tarde, el intendente departamental de Flores, Sr. Fernando Echeverría lo recibió en la sede de la intendencia, haciéndole entrega de un recuerdo por ocasión de su visita a la ciudad. Posteriormente, fue entrevistado por los medios de prensa local y dio la charla titulada “Convivencia Ciudadana” ante un atento y nutrido público en el Cine Teatro Plaza. De esta disertación destacamos algunas frases: “El tema laicidad no está del todo bien resuelto en nuestro país. [...] La sociedad es plural y democrática y debe estar abierta a todas las expresiones. [...]Nadie se tendría que ofender porque haya una expresión cultural, social, política o religiosa en cualquier espacio”.

Sin duda, el principal y más importante acto fue la solemne Eucaristía presidida por el Cardenal Sturla, y concelebrada por  Mons. Fajardo y los párrocos de la ciudad, en la parroquia Santísima Trinidad. El templo estuvo repleto y asistieron las autoridades civiles y militares, que acompañaron con recogimiento y unción los misterios de la fe cristiana.

Finalizada la santa Misa, el Cardenal Sturla participó del acto protocolar con autoridades del gobierno departamental, donde se abrió al público el baptisterio, donde será emplazada la pila bautismal original.

La pila bautismal fue dada en “comodato” al Gobierno de Flores, se trata de “uno de los vestigios de la etapa fundacional de la ciudad de Trinidad, lo que tiene un alto valor simbólico también, no solo por el reencuentro de la sociedad con un bien que lo invita a recuperar su historia”, según lo expresó el Director Nacional de Cultura, Sergio Mautone.

La pila bautismal se encontraba en el Museo Histórico Nacional desde 1900. “El hecho de generar desde la Dirección Nacional de Cultura una preocupación por hacer de la cultura un derecho al que todo el mundo acceda, se refuerza también con la recuperación de las identidades, que le da a nuestro país esos anclajes que hacen que tengamos que venir a Flores a disfrutar lo que Flores tiene, y no tiene otro departamento”, expresó Mautone.

Se trata de la pila bautismal que utilizó fray Manuel Ubeda, quien en 1802 fue nombrado párroco de la capilla de Porongos, hoy parroquia de la Santísima Trinidad confiada a Fray Ubeda de la orden religiosa de los Trinitarios Calzados. Fray Manuel  es considerado uno de los pilares de la fundación de la actual capital de Flores, junto a Francisco Fondar e Inés Durán.

Tras mis huellas y a mi lado

Tras mis huellas, a mi lado, Dios me sigue. Con respeto a mi libertad, con misericordia y ayuda.

Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net

Estoy en camino. Con mis decisiones escojo la meta y el modo de alcanzarla. El futuro avanza entre seguridades y misterios. La vida continúa sin descanso.

Cada paso marca el camino. Parece que mucho depende de mí, aunque también mucho está en las manos de otros.

Tras mis huellas, a mi lado, Dios me sigue. Con respeto a mi libertad. Con deseos de mi cariño. Con ofrecimientos de misericordia y de ayuda.

¿Por qué insiste en Su Amor? ¿Por qué no deja al hombre decidir su presente y su futuro? Porque un Padre lo es siempre: no puede abandonar a cada uno de sus hijos.

Me sorprende este Dios tan humilde y tan potente. Podría obligarme a amar, pero prefiere mis opciones libres. Así arriesga mucho, pero consigue mucho más: amor.

Porque sólo una creatura llega a amar si vive libremente. Y Dios no quiere esclavos, sino hijos que aman y se dejan abrazar por Su cariño.

Tengo ante mí un nuevo día. Pienso en tantas cosas que debo hacer o que me gustaría llevar a cabo. El tiempo no es elástico. Hay que ponerse a trabajar.

Entre mis pensamientos, Dios se asoma con respeto. Llama a la puerta. Desea que le mire, que descubra su pasión de enamorado.

Si le abro, entrará, y habrá cena y fiesta (cf. Ap 3,20). Entonces mi jornada tendrá una luz maravillosa, brillará ya ahora con una belleza y una frescura que salta hasta la vida eterna (cf. Jn 4,14).

sábado, 22 de abril de 2017

Minas: millares acuden al cerro Verdún para venerar a la Virgen

El día 19 de abril, y enfrentando las inclemencias del tiempo,  católicos de todo el Uruguay, e incluso del exterior acudieron al cerro del Verdún (Minas) a rendir homenaje  a la Santísima Virgen. en su advocación de la Inmaculada Concepción.

Este lugar de devoción mariana, al haberse transformado en un creciente y sostenido punto de afluencia, a partir de 1901, ha sido declarado Santuario Nacional de Nuestra Señora del Verdún.
La celebración principal de esta jornada fue la  santa Misa presidida por el obispo de la diócesis de Minas,  Monseñor Jaime Fuentes quien durante la homilía destacó, entre otros,  que: “dentro de un mes en el mundo entero recordaremos con agradecimiento a la Madre de Jesús, que hace cien años se apareció a tres niños, en Portugal, para darles un encargo: ‘que los hombres dejen de ofender a Dios, a mi Hijo, que ya está demasiado ofendido’.  Les pidió que rezaran el Rosario todos los días para obtener el fin de la guerra, la primera guerra mundial. Y les mostró un instante el infierno, al que van quienes mueren en el pecado. Y les advirtió que, si los hombres no dejaban de ofender a Dios, vendría otra guerra peor que esa. Todo se cumplió, tremendamente”.

Más adelante el obispo de Minas recordó: “En Fátima, la Virgen nos advirtió que rezáramos el Rosario,  también nos pidió que sepamos hacer de las pequeñas contrariedades de cada día un ofrecimiento a Jesucristo, en desagravio por los pecados, y hoy renovamos este propósito”.

Y para finalizar estas reflexiones Monseñor Fuentes afirmó: “Tenemos que llenarnos de esperanza porque María Santísima nos dejó también estas palabras: Al final mi  Corazón Inmaculado triunfará. [...] El Inmaculado Corazón de María es refugio nuestro y, al mismo tiempo, es una conquista que cada uno tiene que hacer en su propia vida: para aprender a querer más y mejor; para hacer realidad el dicho ‘obras son amores y no buenas razones’; para saber ofrecer un corazón limpio a Dios y a los demás. Todo esto lo encomendamos esta tarde a nuestra Madre Santísima, depositando en Ella nuestra esperanza y llamándola, Esperanza Nuestra. María nos sonríe desde su imagen del Verdún”.

En entrevista para la prensa el obispo de Minas comentó que “me emociona el hecho de que vengan muchas familias. Y quinceañeras, y gente que viene a cumplir promesas. Aquí la gente no sabe nada de laicidad o laicismo, esto es el pueblo uruguayo”, declaró, en atención al debate que se está dando en la sociedad. “Aquí vivimos con naturalidad lo sobrenatural”, agregó.

Durante la jornada acompañaron a los peregrinos las hermanas de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y de María, que hace unos meses llegaron al país para centrar su labor en el cerro del Verdún. La hermana Emma, de Nicaragua, confesó que no esperaba tanta concurrencia. “La gente se deja llevar por lo que siente en el alma. Tal vez no tienen formación pero se mueven por el amor innato a la Madre. Capaz que no saben las oraciones básicas, pero tienen amor a María”, contó emocionada.

viernes, 21 de abril de 2017

Hostias consagradas quedan intactas tras choque de auto con tren en Argentina

Mendoza (Jueves, 20-04-2017, Gaudium Press) Un sacerdote argentino, el P. Alejandro Béjar, vivió lo que él califica como un suceso milagroso cuando sobrevivió a un aparatoso choque de un tren contra su vehículo. Si bien el presbítero pudo ponerse a salvo en el momento de la colisión, abandonó las Hostias consagradas que llevaba dentro del vehículo y luego constató que de forma inexplicable éstas quedaron intactas tras el choque.

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El vehículo del sacerdote fue arrollado por el tren en Mendoza, Argentina. Foto: Minsiterio de Seguridad.
El accidente fue producto de la escasa señalización y baja visibilidad en un cruce ferroviario de la localidad de San Roque en Mendoza, Argentina. El sacerdote se dirigía a celebrar tres Eucaristías y visitar varios enfermos el pasado Jueves Santo, razón por la cual llevaba varias Hostias consagradas. Sin que hubiese barreras para cerrar la vía en el momento del paso del tren, el P. Béjar se encontró atascado en las vías justo cuando la locomotora se aproximada. El impulso del sacerdote fue salir inmediatamente del vehículo, que fue arrastrado 25 metros por el tren en marcha.


Al regresar al automóvil, el sacerdote constató un hecho inexplicable: el bolso que contenía la Eucaristía continuaba intacto en el asiento del pasajero. "El bolso no se movió del asiento. Quedó en el mismo lugar donde lo había puesto", afirmó a la agencia ACI. "Y eso que el asiento del acompañante quedó aplastado porque recibió todo el golpe. El bolso no se movió". En la parte trasera el padre llevaba una bolsa de harina, la cual en contraste se rompió y derramó su contenido, mientras que la Eucaristía fue preservada.

Reflexionando sobre el hecho, el P. Béjar indicó que se sentía avergonzado por no proteger instintivamente la Eucaristía, pero reconoció que el hecho resulta providencial y que fue Dios mismo quien permitió que continuara con vida. "Doy gracias a Dios porque estuve calmo y no me desesperé", declaró. "Fue una señal de Dios que estaba presente en ese momento y me ayudó a tener esos reflejos".

Con información de ACI.

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jueves, 20 de abril de 2017

La Resurrección: artículo de Fe

Redacción (Miércoles, 19-04-2017, Gaudium Press) Muy raras son las personas que no hayan pasado por la dolorosa experiencia de perder un ser querido. Los ceremoniales fúnebres, marcados por el color púrpura o negro, aunque dirigidos al respeto y a la memoria de aquel que se fue, inevitablemente tornan aún más pungentes los momentos de la suprema despedida.

El drama de un fallecimiento y la incerteza que el mismo trae, hacen surgir la inquietante pregunta: "¿Qué hay después de la muerte?"

En efecto, todos los pueblos, desde los inicios de la Humanidad, alimentaron la creencia de que habría algo más allá de la tumba. Las dolorosas separaciones serían momentáneas, y en un futuro misterioso, en cierto lugar desconocido, los hombres habrían de reencontrarse.

Soluciones falsas o equivocadas de los antiguos y paganos

A lo largo de la Historia, las más diversas civilizaciones y culturas buscaron solución para este enigma. Los antiguos egipcios creyeron que el alma quedaría peregrinando por un tiempo indefinido, después del cual retornaría al cuerpo, y éste, por tanto, debería ser conservado. Con este fin, ellos perfeccionaron la técnica del embalsamamiento, y hasta hoy sus momias, en perfecto estado de conservación, pueden ser vistas en museos.

La rica imaginación griega creó el orfismo. Según éste, como punición de un crimen primordial, el alma era encerrada en el cuerpo tal cual en una prisión, y la muerte podía ser el comienzo de una verdadera vida. Después del fallecimiento, las almas se dirigían al Hades, donde bebían de las aguas del río Lete, a fin de olvidar sus existencias terrenales. El alma que no quitase sus culpas regresaba al mundo para reencarnarse. El orfismo llegó, aún con mucha vitalidad, hasta los primeros siglos de la Era Cristiana. Luego, se fue apagando lentamente.

Además de estas, surgieron muchas otras explicaciones, como el panteísmo y el espiritismo. Por último, el materialismo, negando pura y simplemente la vida sobrenatural, deja un vacío de respuesta a una de las más antiguas cuestiones humanas.

La respuesta cristiana nos es bien conocida, con los destinos eternos del alma bien definidos, ya sea en el Cielo, contemplando al Creador, ya sea en el infierno, sufriendo los castigos inherentes a la condición de enemigo de Dios.

Pero con relación al cuerpo, compañero del alma en su jornada terrestre, ¿que será hecho de él?

La resurrección y la doctrina cristiana

San Agustín defiende que "no hay doctrina de la fe cristiana combatida con tanta vehemencia como la de la resurrección de la carne". Entretanto, pocas verdades de nuestra fe son tan claramente afirmadas tanto en las Sagradas Escrituras como por los autores de los primeros siglos. La enseñanza sobre la resurrección de los cuerpos tiene la condición de dogma, o sea, artículo de fe respecto al cual no puede caber ninguna duda.

Con todo, no faltó quien se haya atrevido a negarla. Las gentes la rechazaban como una fábula nueva e increíble.

La contestaron también los saduceos y, entre los primeros cristianos, Himeneo y Fileto, los cuales San Pablo refuta en su primera Epístola a Timoteo (cap. II). A estos pueden sumarse los gnósticos, maniqueos y priscilianistas, que tuvieron por secuaces, en la Edad Media, a los albigenses y valdenses. En nuestros días los protestantes liberales y los racionalistas se empeñan en negar este dogma católico, por considerarlo incompatible con ciertas razones filosóficas.

Contra toda esta corriente de herejías, la Iglesia presenta el depósito precioso de la Revelación y la segura voz de sus concilios.
Podemos apoyarnos en declaraciones históricas, como por ejemplo, el Credo de los Apóstoles, también llamado de Nicea; el Credo del XI Concilio de Toledo; el Credo de León IX, todavía usado en las consagraciones de los obispos; la profesión de fe del II Concilio de Lyon; el Decreto del IV Concilio de Letrán, contra los albigenses. Además, este artículo de fe toma por base la creencia ya existente en el Antiguo Testamento y las enseñanzas del Nuevo Testamento, más allá de la Tradición Cristiana.

La resurrección en las Escrituras

Las Sagradas Escrituras traen abundantes y claras referencias a la resurrección final de los cuerpos. El profeta Daniel afirma: "Muchos de aquellos que duermen en el polvo de la tierra despertarán, unos para una vida eterna, otros para la ignominia, la infamia eterna" (Dn 12, 2). La palabra "muchos", aquí, no significa que algunos no resucitarán. Ella debe ser entendida a la luz de su sentido en otros pasajes (como en Is 53, 11-12; Mt 26, 28; Rm 5, 18-19).

La visión de Ezequiel sobre la planicie cubierta de huesos secos que fueron reordenados y revivificados (Ez 37) se refiere directamente a la restauración de Israel, pero muestra como tal figura solo podría ser inteligible para oyentes familiarizados con la creencia en la resurrección. El profeta Isaías triunfante proclama: "¡Qué vuestros muertos revivan! ¡Qué sus cadáveres resuciten! Que despierten y canten aquellos que yacen sepultados, porque vuestro rocío es un rocío de luz y la tierra restituirá el día a las sombras" (Is 26, 19).
Finalmente, Job, reducido a la extrema desolación, se siente fortalecido por su fe en la resurrección: "Yo lo sé: mi vengador está vivo, y aparecerá, finalmente, sobre la tierra. Por detrás de mi piel, que envolverá esto, en mi propia carne, veré a Dios. Yo mismo lo contemplaré, mis ojos lo verán, y no los ojos de otro" (Job 19, 25-27).

Ya en el Nuevo Testamento, después de la muerte de Lázaro, Marta manifiesta su creencia: "Sé que [él] ha de resurgir en la resurrección en el último día" (Job 11, 24). Contundente, San Pablo no duda en poner la resurrección final al mismo nivel de certeza de la resurrección de Cristo: "Ahora, si se predica que Jesús resucitó de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de vosotros que no hay resurrección de muertos? Si no hay resurrección de los muertos, ni Cristo resucitó. Si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación, y también es vana vuestra fe" (1Cor 15, 12-14).

Y por último, supremo testimonio, el propio Cristo Nuestro Señor no solo supone la resurrección de la carne como cosa bien sabida, sino también la defiende contra los ataques de los saduceos: "En la resurrección de los muertos, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres, maridos, sino serán como los ángeles de Dios en el Cielo. Pero, en cuanto a la resurrección de los muertos, no leísteis en el libro de Moisés cómo Dios le habló de la zarza, diciendo: ‘¿Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?' Él no es Dios de muertos, sino de vivos" (Mc 12, 25-27; Mt 22, 30-32). El Mesías también declararía esta verdad en otros pasajes (Jn 5, 28-29; 6,39-40; 11, 25; Lc 14,14).

La doctrina de la resurrección en la Tradición cristiana

Los Padres, Doctores e insignes teólogos siguieron con firmeza el recto camino trazado por el Divino Maestro. En el siglo II, San Policarpo dio el apodo de primogénito de Satanás, al que niegue la resurrección y el juicio. Arístides afirma que los cristianos guardan los mandamientos porque esperan la resurrección de los muertos. Atenágoras escribió un tratado entero sobre la resurrección de los muertos, en el cual demuestra primero la posibilidad de la resurrección, su conveniencia y necesidad; después prueba que el hombre es inmortal, ya que es racional; y como, por otra parte, está compuesto de alma y cuerpo, él no puede conseguir con perfección su fin y su bienaventuranza si el cuerpo no vuelve a unirse con el alma.

San Irineo enseña que nuestros cuerpos, nutridos con el manjar eucarístico, reciben la semilla de la resurrección. En el siglo III quien con más brillo defendió la resurrección futura fue Tertuliano. Esta carne que Dios formó con sus manos y según su propia imagen, que animó con su soplo a semejanza de su vida (...) ¿esta carne no resucitará? ¿Esta carne que es de Dios a tantos títulos?

Un testimonio de San Agustín: Resucitará esta carne, la misma que es sepultada, la misma que muere, esta misma que vemos, que palpamos, que tiene necesidad de comer y de beber para conservar la vida; esta carne que sufre enfermedades y dolores, esta misma tiene que resucitar, los malos para siempre penar, y los buenos para que sean transformados.

Si bien respaldada por tantos y tan serios testimonios, no deja de ser una maravilla imaginar que, en un día conocido solo por el Altísimo, al toque de las trompetas angélicas, millones de cuerpos emergerán de las profundidades de los océanos, surgirán de las entrañas de la tierra, y juntos, elevarán los ojos hacia el Creador, que entonces separará los suyos (cf. Mt 25, 31-33).

Por Emílio Portugal Coutinho

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Las hostias que se conservan milagrosamente desde hace siglos

Siena (Miércoles, 19-04-2017, Gaudium Press) Entre los cientos de milagros Eucarísticos que han ocurrido a lo largo de la historia hay uno que llama la atención: el ocurrido en Siena en el año 1730, luego de que unos ladrones robaran 351 formas consagradas.

El hecho ocurrió el 14 de agosto de ese año en la Basílica de San Francisco de la ciudad italiana. De acuerdo con las memorias un tal Macchi, quien es citado por el sitio web miracolieucaristici.org, del Siervo de Dios Carlo Acutis, luego de tres días, es decir, el 17 de agosto, todas las 351 hostias fueron halladas intactas, y de manera milagrosa, al interior de una caja de limosnas en el Santuario de Santa María en Provegnano.

Fue tan significativo el hallazgo que todo el pueblo se congregó para celebrar el milagro que Dios había permitido. Las formas fueron de inmediato portadas de nuevo a la Basílica de San Francisco en una solemne procesión en la que se dio fe de la gracia otorgada desde el cielo.

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Las Hostias permanecen en un ostensorio especial. Pese al paso de los años, las formas no han sufrido alteración alguna / Foto: Gaudium Press.

Pero el verdadero acontecimiento llegó con el paso de los años, pues se observó que las hostias no habían sufrido ninguna alteración, como suele ocurrir naturalmente con el tiempo.

Así lo corroboró Fray Carlo Vipera, Superior General de la Orden Franciscana, el 14 de abril de 1780, quien decidió consumir una de las hostias y vio como ella permanecía fresca e incorrupta. Fue él quien ordenó que las 230 que quedaban -ya que las otras ya habían sido distribuidas para la comunión-, se guardasen en un nuevo sagrario, como testimonio del milagro.

Tratando de darle una explicación al fenómeno, en 1789 el entonces Arzobispo de Siena, Mons. Tiberio Borghese, pidió guardar por diez años algunas formas no consagradas en una caja de lata, que fue sellada. Al pasar la década, la comisión científica encargada de abrirla encontró gusanos y fragmentos podridos de las mismas.

Años después las hostias consagradas fueron examinadas de manera minuciosa y con instrumentos variados. Investigaciones que dieron siempre las mismas conclusiones: "Las sagradas Partículas se encuentran aún frescas, intactas, físicamente incorruptas, químicamente puras y no presentan ningún principio de corrupción", tal como se destaca en miracolieucaristici.org.

Entre los numerosos estudios practicados, llamó la atención el que realizó en 1914 Siro Grimaldi, profesor de la Universidad de Siena y director del Laboratorio Químico Municipal, con la autorización del Papa San Pío X. El investigador constató con gran asombro que la conservación singular de las hostias "constituyen un fenómeno singular, palpitante de actualidad que invierte las leyes naturales de la conservación de la materia orgánica (...) Es extraño, sorprendente, es anormal: las leyes de la naturaleza se han invertido, el vidrio se ha convertido en la sede de hongos, el pan ázimo, en cambio, ha sido más refractario que el cristal (...) Es un hecho único consagrado en los anales de la ciencia", según quedó escrito en el informe de la indagación.

San Juan Pablo II, en su visita pastoral a Siena el 14 de septiembre de 1980, fue testigo ocular del fenómeno. Al estar en devota oración frente a las hostias exclamó: "¡Es la Presencia!".

Varias son las festividades que se viven en Siena en torno a las sagradas hostias, entre ellas, la solemnidad de Corpus Christi, el septiembre Eucarístico, la adoración Eucarística los 17 de cada mes, la ofrenda de los niños que hacen la Primera Comunión, y el recuerdo de la recuperación de las formas cada 17 de agosto.

En verano las sagradas hostias son veneradas en la capilla Piccolomini, y en invierno en la capilla Martinozzi.

Con información de miracolieucaristici.org y Aleteia.

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miércoles, 19 de abril de 2017

Tradicional Vía Crucis recorre centro de San José de Mayo


Al igual que los católicos de todo el mundo y también del Uruguay, los fieles de San José de Mayo realizaron el tradicional Vía Crucis. El pasado Viernes Santo, presididos por el obispo diocesano Monseñor Arturo Fajardo, recorrieron las calles céntricas para culminar en la Basílica Catedral.

Llegando al templo -cuyo interior fue iluminado de manera acorde a la ocasión- los fieles participaron de una oración frente a la cruz que se ubicó en el altar. Este momento –según la liturgia- es designada como la Adoración de la Santa Cruz. Posteriormente, Monseñor Arturo Fajardo, se dirigió a los asistentes y tras una breve reflexión les agradeció su participación. Por su parte la Hermana Liliane Habamenshi –perteneciente a la comunidad Familia Myriam- señaló que “es una forma de recordar el Viernes Santo, el día que Jesús murió, es hacer un sacrificio y unirse al sacrificio de Jesús por nosotros”.

Con información de Diario San José Ahora. Fotos de José Gutiérrez.

En Artigas, Vía Crucis viviente por tercer año consecutivo

En Artigas, por tercer año consecutivo se realizó el Vía Crucis viviente a lo largo de Avenida Lecueder, desde Plaza Artigas a Plaza Batlle. A la recreación de este Vía Crucis asistieron miles de artiguenses que acompañaron el trayecto hasta plaza Batlle donde se hizo la dramatización de la crucifixión, muerte y resurrección. Esta actividad es coordinada por la Intendencia Departamental de Artigas y, en esta ocasión contó con la presencia del obispo de Salto, Monseñor Pablo Galimbertti, quien dirigió unas palabras de reflexión a los asistentes.

Fuente Facebook:  intendenciadepartamentalde.ar tigas  y  www.artigasnoticias.com.uy
También video en:  https://youtu.be/VlF3ZC_OUpQ

martes, 18 de abril de 2017

El Salvador: consagración a la Santísima Virgen según el método de San Luis María Grignon de Montfort

El pasado sábado 25 de marzo, fiesta de la Anunciación de la Virgen María,  se vivieron momentos de mucha emoción y gracia sobrenatural en los Heraldos del Evangelio de República de El Salvador, donde  un numeroso grupo de personas, incluidos jóvenes,  en una solemne Eucaristía, presidida por el P. Gonzalo Raymundo Esteban EP, se consagraron a Nuestro Señor Jesucristo como Esclavos de Amor por las manos de María, según el método de San Luis Maria Grignon de Monfort.

Después de un profundo y serio estudio del Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, de San Luis, y de haber cumplido con las prescripciones de las oraciones y meditaciones durante los 33 días de preparación, realizaron la tan esperada consagración y con esto servir a Dios de una manera más perfecta, es decir, haciéndose todo dependientes de Aquella que es la Medianera de todas las Gracias, la Virgen Inmaculada.

Más información sobre el método de la Consagración  a la Santísima Virgen según el método de San Luis María Grignon de Montfort: http://es.arautos.org/view/ show/46257-algunos-elementos- de-la-consagracion-a-la- virgen-propuesta-por-san-luis- maria-grignion-de-montfort

La ermita de la Virgen de los Treinta y Tres, en la localidad de Ismael Cortinas

A 8 kilómetros de la localidad de Ismael Cortinas, más precisamente en la zona de Carolina Vieja (Departamento de Flores)  se ubica una ermita de la Virgen de los Treinta y Tres.

Esta ermita en honra a la Patrona de Uruguay, fue erigida gracias a la iniciativa del entonces párroco de la región el Padre Jorge Scalzotto, los gauchos de La Casilla y vecinos, y bendecida en 2008 por Monseñor Arturo Fajardo  obispo de San José.

La presencia de este oratorio en honra a la Madre de Dios, bajo la advocación de Virgen de los Treinta y Tres, es un eficaz instrumento para difundir la devoción mariana entre los lugareños  y fieles de otros lugares.

Además se desarrollan anualmente, peregrinaciones organizadas por la diócesis de San José de Mayo.

Esta ermita, como tantas otras esparcidas por todo el país –ya sea en honor a la Virgen o a diversos santos- es ejemplo, entre otros, de la piedad popular arraigada en los uruguayos.

A su vez, se puede verificar un discreto pero constante florecimiento de estos puntos de devoción, como también de una mayor afluencia a los mismos.

En este sentido, el papa San Juan Pablo II fue un gran impulsor de los santuarios y puntos de devoción popular, como potentes centros misioneros y de evangelización.

Con información y fotos de P. Federico Bragonzi, Delia Díaz y Yeffrei Rodríguez.

sábado, 8 de abril de 2017

"El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre"

Meditaciones para toda la Cuaresma

Sábado quinta semana de Cuaresma. Dios promete, pero Dios también pide. Y pide que por nuestra parte le seamos fieles en todo momento.

Por: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net

La cercanía a la Semana Santa va haciendo que la Iglesia nos vaya presentando a Jesucristo en contraposición con sus enemigos. En el Evangelio de hoy se nos presenta la auténtica razón, la razón profunda que lleva a los enemigos de Cristo a buscar su muerte. Esta razón es que Cristo se presenta ante los judíos como el Enviado, el Hijo de Dios. Este conflicto permanente entre los dirigentes judíos y nuestro Señor, se convierte también para nosotros en una interrogación, para ver si somos o no capaces de corresponder a la llamada que Cristo hace a nuestra vida.

Cristo llega a nosotros, y llega exigiendo su verdad; queriendo mostrarnos la verdad y exigiéndonos que nos comportemos con Él como corresponde a la verdad. La verdad de Cristo es su dignidad, y nosotros tenemos que reflexionar si estamos aceptando o no esta dignidad de nuestro Señor. Tenemos que llegar a reflexionar si en nuestra vida estamos realizando, acogiendo, teniendo o no, esta verdad de nuestro Señor.

Cristo es el que nos muestra, por encima de todo, el camino de la verdad. Cristo es el que, por encima de todo, exige de los cristianos, de los que queremos seguirle, de los que hemos sido redimidos por su sangre, el camino de la verdad.

Nuestro comportamiento hacia Cristo tiene que respetar esa exigencia del Señor; no podemos tergiversar a Cristo. No podemos modificar a Cristo según nuestros criterios, según nuestros juicios. Tenemos necesariamente que aceptar a Cristo.

Pero, a la alternativa de aceptar a Cristo, se presenta otra alternativa -la que tomaron los judíos-: recoger piedras para arrojárselas. O aceptamos a Cristo, o ejecutamos a Cristo. O aceptamos a Cristo en nuestra vida tal y como Él es en la verdad, o estamos ejecutando a Cristo.

Esto podría ser para nosotros una especie de reticencia, de miedo de no abrirnos totalmente a nuestro Señor Jesucristo, porque sabemos que Él nos va a reclamar la verdad completa. Jesucristo no va a reclamar verdades a medias, ni entregas a medias, ni donaciones a medias, porque Jesucristo no nos va a reclamar amores a medias. Jesucristo nos va a reclamar el amor completo, que no es otra cosa sino el aceptar el camino concreto que el Señor ha trazado en nuestra vida. Cada uno tiene el suyo, pero cada uno no puede ser infiel al suyo.

Solamente el que es fiel a Cristo tiene en su posesión, tiene en su alma la garantía de la vida verdadera, porque tiene la garantía de la Verdad."El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre".

Nosotros constantemente deberíamos entrar en nuestro interior para revisar qué aspectos de mentira, o qué aspectos de muerte estamos dejando entrar en nuestro corazón a través de nuestro egoísmo, de nuestras reticencias, de nuestro cálculo; a través de nuestra entrega a medias a la vocación a la cual el Señor nos ha llamado.
Porque solamente cuando somos capaces de reconocer esto, estamos en la Verdad.

Debemos comenzar a caminar en un camino que nos saque de la mentira y de la falsedad en la que podemos estar viviendo. Una falsedad que puede ser incluso, a veces, el ropaje que nos reviste constantemente y, por lo tanto, nos hemos convencido de que esa falsedad es la verdad. Porque sólo cuando permitimos que Cristo toque el corazón, que Cristo llegue a nuestra alma y nos diga por dónde tenemos que ir, es cuando todas nuestras reticencias de tipo psicológico, todos nuestros miedos de tipo sentimental, todas nuestras debilidades y cálculos desaparecen.

Cuando dejamos que la Verdad, que es Cristo, toque el corazón, todas las debilidades exteriores —debilidades en las personas, debilidades en las situaciones, debilidades en las instituciones—, y que nosotros tomamos como excusas para no entregar nuestro corazón a Dios, caen por tierra.

Nos podemos acomodar muchas cosas, muchas situaciones, muchas personas; pero a Cristo no nos lo podemos acomodar. Cristo se nos da auténtico, o simplemente no se nos da. "Se ocultó y salió de entre ellos". En el momento que los judíos se dieron cuenta de que no podían acomodarse a Cristo, que tenían que ser ellos los que tenían que acomodarse al Señor, toman la decisión de matarlo.

A veces en el alma puede suceder algo semejante: tomamos la decisión de eliminar a Cristo, porque no nos convence el modo con el que Él nos está guiando. Y la pregunta que nace en nuestra alma es la misma que le hacen los judíos: "¿Quién pretendes ser?". Y Cristo siempre responde: "Yo soy el Hijo de Dios".

Sin embargo, Cristo podría regresarnos esa pregunta: ¿Y tú quién pretendes ser? ¿Quién pretendes ser, que no aceptas plenamente mi amor en tu corazón? ¿Quién pretendes ser, que calculas una y otra vez la entrega de tu corazón a tu vocación cristiana en tu familia, en la sociedad? ¿Por qué no terminar de entregarnos? ¿Por qué estar siempre con la piedra en la mano para que cuando el Señor no me convenza pueda tirársela?

Cristo, ante nuestro reclamo, siempre nos va a responder igual: con su entrega total, con su promesa total, con su fidelidad total.

Las ceremonias que la Iglesia nos va a ofrecer esta Semana Santa no pueden ser simplemente momentos de ir a Misa, momentos de rezar un poco más o momentos de dedicar un tiempo más grande a la oración. La Semana Santa es un encuentro con el misterio de un Cristo que se ofrece por nosotros para decirnos quien es. El encuentro, la presencia de Cristo que se me da totalmente en la cruz y que se muestra victorioso en la resurrección, tenemos que realizarla en nuestro interior. Tenemos que enfrentarnos cara a cara con Él.

Es muy serio y muy exigente el camino del Señor, pero no podemos ser reticentes ante este camino, no podemos ir con mediocridad en este camino. Siempre podremos escondernos, pero en nuestro corazón, si somos sinceros, si somos auténticos, siempre quedará la certeza de que ante Cristo, nos escondimos. Que no fuiste fiel ante la verdad de Cristo, que no fuiste fiel a tu compromiso de oración, que no fuiste fiel en tu compromiso de entrega en el apostolado, que no fuiste fiel, sobre todo, en ese corazón que se abre plenamente al Señor y que no deja nada sin darle a Él.

Cristo en la Eucaristía se nos vuelve a dar totalmente. Cada Eucaristía es el signo de la fidelidad de la promesa de Dios: "Yo estaré contigo todos los días hasta el fin del mundo". Dios no se olvida de sus promesas. Y cuando vemos a un Dios que se entrega de esta manera, no nos queda otro camino sino que buscarlo sin descanso.

Buscarlo sin descanso a través de la oración y, sobre todo, a través de la voluntad, que una vez que ha optado por Dios nuestro Señor, así se le mueva la tierra, no se altera, no varía; así no entienda qué es lo que está pasando ni sepa por dónde le está llevando el Señor, no cambia.

Dios promete, pero Dios también pide. Y pide que por nuestra parte le seamos fieles en todo momento, nos mantengamos fieles a la palabra dada pase lo que pase. Romper esto es romper la verdad y la fidelidad de nuestra entrega a Cristo.

Que la Eucaristía abra en nuestro corazón una opción decidida por nuestro Señor. Una opción decidida por vivir el camino que Él nos pone delante, con una gran fidelidad, con un gran amor, con una gran gratitud ante un Dios que por mí se hace hombre; ante un Dios que tolera el que yo muchas veces haya podido tener una piedra en la mano y me haya permitido, incluso, intentar arrojársela. Y sobre todo, una gratitud profunda porque permitió que mi vida, una vez más, lo vuelva a encontrar, lo vuelva a amar, consciente de que el Señor nunca olvida sus promesas.

Preguntas o comentarios al autor P. Cipriano Sánchez LC

miércoles, 5 de abril de 2017

La importancia del afecto en el adorador

Redacción (Lunes, 04-03-2017, Gaudium Press) Enseñando a sus discípulos, Nuestro Señor utilizaba a veces términos sorprendentes y hasta duros, difíciles de entender. Es lo que vemos, por ejemplo, en el capítulo VI del Evangelio de San Juan, que nos relata la prédica que realizó en la sinagoga de Cafarnaúm. Después de haber multiplicado los panes y ante la euforia de sus seguidores por satisfacer el apetito corporal, les dijo un tanto inesperadamente: "En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes" (vers. 53)

Esta afirmación provocó una verdadera consternación entre oyentes que se decían: "¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién querrá escucharlo?" (vers. 60). Más adelante, en el vers. 66 se lee: "A partir de entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y dejaron de seguirle". Lo abandonan en el momento en que Jesús les revela la maravilla de la Eucaristía que instituiría para beneficio de ellos.

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Imaginemos la escena de tensión y de espanto en la sinagoga ante semejante piedra de tropiezo puesta en el camino, ¿comer la carne del Maestro y beber su sangre? ¡Esto es una locura!

"Jesús preguntó a los Doce "¿Quieren marcharse también ustedes?" Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios." (vers. 67-69).

Este episodio deja patente la importancia de la adhesión afectiva que se debe rendir al Señor.

Sabemos que San Pedro era una persona sensible, entusiasta, lleno de afecto por su Maestro. Lo manifestaba de muchas maneras, a veces al precio de parecer exaltado e irracional. Fue precisamente el afecto que le llevó a declarar "¿a quién iríamos?". 

Probablemente él tampoco entendió eso de comer la carne y beber la sangre, pero como amaba al Maestro y le demostraba su amor, no se marchó.

¿Y Qué es el afecto? Es la predisposición hacia alguien o algo con amor, con cariño. 

Cordialidad, a su vez, es otro término afín. Significa sincera inclinación del corazón.

Evidentemente, creer y amar son cosas bien diferentes, a tal punto que se puede acreditar en algo sin amarlo. Por ejemplo, admitimos que Saturno tiene cuatro anillos, pero estamos lejos de sentir un especial atractivo o ternura por eso... Ahora, cuando hay razones para tributar una adhesión completa a una persona o a una cosa, no adherir con la mente y el corazón -o adherir mezquinamente- es una falta que puede llegar a ser grave. Tratándose del Nuestro Señor, lo será con seguridad.

La respuesta que da San Pedro denota ese aprecio por la persona de Jesús, un gusto de estar junto a Él, que va más allá del crédito que se da a las enseñanzas que propone. Los que se volvieron atrás y dejaron de seguirle, precisamente carecían de afecto; eran parte del "montón", interesados o simples curiosos.

En otro párrafo del Evangelio de San Juan se pone de manifiesto la atracción que ejercía Jesús y que algunos de sus discípulos supieron honrar: "Maestro ¿dónde vives? Les respondió: «Venid y lo veréis» Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día". (Jn. 1, 38-39). De eso se trata: de ir, de ver y de quedarse con Él. Esta forma de adhesión es muy distinta a la de estar de acuerdo o a la de no poner objeciones para estar en su compañía...

En el Calvario, en cambio, el afecto de los amigos del Señor se cohibió. Lo abandonaron porque la pasión del miedo anestesió los lazos de amistad entrañable que antes habían cultivado y experimentado, lazos que volverán a profesar después, al soplo de la gracia.
Pues bien, estas reflexiones relativas a la relación de los discípulos con Jesús durante su vida mortal, son aplicables al vínculo que un adorador establece con la Eucaristía, presencia real y misteriosa del mismo Jesús, ya glorificado.

No seremos buenos adoradores tan solo por el empeño en llenar un turno cumpliendo un compromiso asumido, o por tomar posturas corporales adecuadas como el estar de rodillas.

O, inclusive, haciendo un acto de fe racional en Su presencia real. Es necesario rendirse ante la Eucaristía con un amor ferviente y agradecido, con afecto filial, hasta diríamos con sentimientos de ternura, ante un Dios que se da sin medida y se hace mi confidente sin mérito alguno de mi parte. ¿Cómo ser insensible a un tal don? ¿No es que "amor con amor se paga"?

Ahora, resulta que el amor no se fabrica ni es fruto de un esfuerzo; tampoco se impone. Es una gracia que se recibe, se acoge y se cultiva... amando. Dios toma la iniciativa de amarnos y nos infunde el amor, haciéndonos capaces de amar apasionadamente, de ser afectuosos. No solo de serlo, también de parecerlo, porque el amor se demuestra, no se comporta con rudeza, es bondadoso.

El Santísimo Sacramento no es un principio abstracto o un mero símbolo. Es Dios que se humilla y se oculta tras la apariencia de pan para hacerse alimento y darnos Vida eterna ¡que beneficio infinito!

Con un tal benefactor, no basta ser educado, hay que ser agradecido y dar muestras de afecto que, por cierto, anidan en entrañas de carne, no de piedra.

¿Cómo adorar al Santísimo sin desear y procurar una comunión íntima con el Amado? Pues esa disposición, que va más allá de un mero sentimiento ¡parte de una entrañable convicción!, nace del corazón y no de los sesos...
Por el P. Rafael Ibarguren, EP

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Orfanato que acogió a Jacinta Marto, en Lisboa, se tornó monasterio

Lisboa - Portugal (Lunes, 03-04-2017, Gaudium Press) Las hermanas Clarisas Franciscanas del Monasterio del Inmaculado Corazón de María, en Lisboa, están muy contentas.

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Con mucha "alegría", ellas recibieron el anuncio de la futura canonización de Jacinta Marto, la vidente de Fátima que pasó allí sus últimos días de vida en 1920, cuando el lugar todavía era denominado "Orfanato de la Señora de los Milagros".

Noticia esperada hace bastante tiempo

La Hermana Rita, religiosa del monasterio, habló con la Agencia Ecclesia y enfatizó que en una casa que busca mantener vivo aún hoy el "testimonio" de esta niña portuguesa que la Iglesia Católica aclamará como santa, juntamente con su hermano Francisco, la noticia de la canonización ya era "esperada hace bastante tiempo".

La religiosa recordó que Jacinta pasó por aquí, y que, "tanto ella como Francisco son dos modelos para nosotros, de contemplación y de compasión" y destacó que son dos vidas marcadas por el contacto con "la luz que es Dios" y que pasarán a servir de ejemplo para todos los cristianos.

Ilustres huéspedes

La Iglesia reconoce que Jacinta, su hermano Francisco y su prima Lucía testimoniaron las apariciones de Nuestra Señora, en Fátima, en 1917.

Jacinta y su hermano murieron pocos años después de las apariciones. Ellos fueron víctimas de una fuerte gripe neumónica que asoló y causó muchas muertes en Portugal a partir de 1918. También esas muertes tan precoces confirmaban palabras de la Virgen que dijo que los llevaría pronto para el cielo.

Con la enfermedad avanzando y la salud en franca decadencia, la pequeña Jacinta Marto fue llevada a Lisboa al inicio de 1920, para ser internada en el Hospital Dona Estefanía. En ese hospital ella falleció el 20 de febrero.

En su ida a Lisboa, cuando pasó cerca de un mes en la capital, la pequeña vidente estuvo 12 días en el "Orfanato de la Señora de los Milagros", en la calle de la Estrella, nº 17, y que hoy fue transformado en una casa de religiosas de clausura: Monasterio del Inmaculado Corazón de María, de las Hermanas Clarisas.

Todo como Jacinta dejó

El cuarto usado por Jacinta conserva la configuración original y allá aún son conservados varios objetos personales de la vidente: un vestido, un rosario, una bolsa y algunas cartas recibidas por ella.

Allí se encuentran, en el mismo lugar, la cama en que dormía y la silla donde, según la pastorcita de Fátima, se sentaba Nuestra Señora cuando venía a conversar con ella.

"La comunidad religiosa siempre buscó que el espacio se mantuviese lo más simple y pobre posible, para que fuese un espacio que invitase a la oración y no apenas a una visita cultural", explicó la Hermana Rita.

Jesús escondido

Hoy en día, el Monasterio del Inmaculado Corazón de María es bastante buscado por personas y grupos "que piden para conocer, visitar y para rezar en los espacios" habitados por la Beata Jacinta, que, en varias ocasiones, se sentaba junto a un pórtico próximo del cuarto, que daba para la capilla anexa al orfanato, para rezar al "Jesús escondido".

A pesar de la presencia de Jacinta Marto en Lisboa ser todavía poco conocida, la Hermana Rita subraya que la búsqueda por visitas ha aumentado, sobre todo con base en el testimonio personal de cada uno que allí fue y rezó.

Crecimiento de visitas

Ha habido un visible aumento del número de personas que buscan el Monasterio para visitar los lugares donde Jacinta vivió sus últimos días. Y este crecimiento ha aumentado: "O porque las gracias fueron obtenidas, o porque aquí encontraron un tesoro y quieren con otros... Este acaba por ser el puente", destaca hermana Rita.

Con la aproximación de las celebraciones del Centenario de las Apariciones de Nuestra Señora en la Cova de la Iria, que tendrá lugar en los días 12 y 13 de mayo y con la canonización de Jacinta y Francisco Marto, será dado un gran impulso a un mensaje de Fátima que "continúa actual" en la sociedad.

El hecho del Papa participar de las conmemoraciones en Portugal, sin duda, va a "traer grandes frutos de renovación espiritual para la Iglesia Católica y para la sociedad". (JSG)

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Sevilla se une los festejos por el Centenario de las Apariciones de Fátima

Sevilla (Lunes, 03-04-2017, Gaudium Press) La celebración por los cien años de las apariciones de Nuestra Señora de Fátima, que se conmemoran este 2017, se vivirán especialmente en la Archidiócesis de Sevilla. Así lo anunció el Arzobispo local, Mons. Juan José Asenjo, en su más reciente carta pastoral en la que invita a los fieles de la jurisdicción a unirse a los homenajes para renovar el amor a la Virgen, tan presente en la diócesis.

En la misiva, el prelado señala que el objetivo de esta efeméride ha de ser, en primer lugar, "la renovación de nuestra devoción filial a la Santísima Virgen, que debe ocupar un lugar privilegiado en nuestro corazón y en nuestra vida cristiana".

Una devoción que marca la misma espiritualidad de Fátima que incluye -como dice Mons. Asenjo-, "reconocer que todos necesitamos convertirnos cada día, que sin el humus de la oración todo en nuestra vida será agitación estéril, que la mortificación y la penitencia pertenecen a la entraña del Evangelio, a la que pertenecen también la reparación por nuestros propios pecados y por el pecado del mundo".

Varias serán las celebraciones que tendrán lugar en la diócesis, las cuales estarán coordinadas por los Vicarios Episcopales, los sacerdotes Jesús Maya y Rafael Muñoz. Se contará con la imagen peregrina de Fátima de la parroquia el Sagrario que visitará las comunidades parroquiales, así como conventos e instituciones educativas.

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Del 6 al 8 de mayo será la peregrinación diocesana de Sevilla al Santuario de Fátima / Foto: Gaudium Press.
Asimismo, la Delegación diocesana de Liturgia está preparando los materiales pastorales y litúrgicos que se le entregará a las parroquias para las vigilias y celebraciones eucarísticas en honor a Nuestra Señora de Fátima.

Como parte de la conmemoración, los dos obispos de Sevilla, Mons. Asenjo, y el Auxiliar, Mons. Santiago Gómez Sierra, estarán presentes en Fátima durante la visita que realizará el Papa Francisco los días 12 y 13 de mayo; y del 6 al 8 de mayo será la peregrinación diocesana al santuario, donde los fieles sevillanos podrán ganar la Indulgencia Plenaria otorgada por el Papa con motivo de los 100 años de las apariciones.

Un momento importe será el gran acto diocesano en la Catedral el 3 de junio, coincidiendo con la Vigilia e Pentecostés. Éste evento ocurrirá en el altar del Jubileo con una preciosa procesión presidirá por Nuestra Señora.

"La imagen de la Virgen saldrá desde la parroquia (el Sagrario) por la puerta de san Miguel a la avenida de la Constitución, recorriendo la calle Alemanes para entrar en el templo por la puerta de Palos. En el trayecto cantaremos o rezaremos el Rosario y, como en Fátima, acompañaremos a la Virgen con velas. Después se celebrará la Eucaristía y habrá un buen número de confesores. Al final tendremos la consagración de la Archidiócesis al Inmaculado Corazón de María", comenta el Arzobispo.

Los días previos se orará el triduo en honor a la Virgen, que tendrá lugar en la Parroquia del Sagrario teniendo como eje central de reflexión los tres elementos centrales del Mensaje de Fátima: la oración, la penitencia y la conversión.

Mons. Asenjo recuerda en la carta que también es posible ganar la Indulgencia Plenaria en cualquier templo que tenga la imagen de Nuestra Señora de Fátima durante los días de los aniversarios de las apariciones, es decir el 13 de cada mes, a partir de mayo hasta octubre de 2017; participando en el templo de alguna celebración y cumpliendo las condiciones para obtenerla: confesión sacramental, comunión Eucarística y ofrecer la Misa por las intenciones del Santo Padre.

Dicha indulgencia la pueden ganar igualmente los ancianos o enfermos que oren con devoción ante una imagen de la Virgen de Fátima.

Con información de la Archidiócesis de Sevilla.

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El más famoso de los naufragios por P. Fernando Néstor Gioia Otero, EP

Habiendo transcurrido 105 años de la tragedia, el naufragio del Titanic pone en evidencia un peligroso estado de espíritu frecuente también en nuestros días: juzgar “insumergibles” las obras de los hombres.

​En la madrugada del 14 al 15 de abril de 1912 hacía su viaje inaugural el mayor y más lujoso de los transatlánticos construidos hasta entonces. Con unos 270 metros de largo (eslora) y 30 de ancho (manga), llevaba a bordo a cerca de 2200 personas, entre pasajeros y tripulación. Sin embargo, nunca llegó a alcanzar su destino. El choque contra un enorme iceberg hizo que se hundiera en menos de tres horas. Se calcula que hubo más de 1500 muertos.

El naufragio del Titanic acabó siendo el más famoso de la Historia. Libros, filmes y canciones recordaron ese trágico acontecimiento, al mismo tiempo triste y lleno de enseñanzas. Museos y exposiciones presentan a los visitantes objetos recuperados después de 1985, cuando fue localizado a casi 4000 metros de profundidad. Un largometraje basado en su historia obtuvo uno de los mayores éxitos de taquilla de todos los tiempos.

Ya han transcurrido 105 años, pero la gran catástrofe no ha caído en el olvido, y el recuerdo de lo sucedido proporciona valiosas lecciones con respecto al estado de espíritu frecuente en nuestros días: juzgar “inhundible” lo que, más tarde, termina hundiéndose.

Rememoremos, con ese propósito, algunos aspectos de dicha tragedia.

¿Era realmente un barco insumergible?

Cuando el Titanic realizó su viaje inaugural, Europa vivía una época de despreocupación, placer y alegría. Al tratarse de tan prestigiosa embarcación, entre los pasajeros de primera clase se encontraban miembros de la nobleza, artistas de varios países y riquísimos empresarios. En los camarotes, salones y restaurantes, tenían a su disposición todo lo que podía haber de más suntuoso. El barco contaba también con salas de juego, baños turcos, gimnasio e incluso una pista de squash.

¿Habría sido dado al imponente transatlántico el blasfemo lema de Ni Dios lo hunde? La mayoría de los historiadores lo niega, no falta quien lo afirme, pero, como se verá más adelante, todo ocurrió como si fuera considerado de hecho insumergible.

El mismo día de la colisión con el iceberg estaba previsto llevar a cabo un simulacro de emergencia, pero fue cancelado, tal vez por el optimismo del capitán. El incendio de uno de los depósitos de carbón, que empezó antes de la salida de Southampton, no parece que preocupara excesivamente a los tripulantes, y los mensajes de alerta sobre el peligroso estado del mar que comenzaron a llegar a partir del día 12 no lograron influenciar en la navegación.

Ignorados todos los mensajes de alerta

En el atardecer del día 14 el cielo estaba sereno y el mar tranquilo. La orquesta tocaba en una atmósfera de fiesta y despreocupación. El más completo optimismo reinaba en el Café Parisino y en los demás ambientes del gigantesco buque.

Mientras tanto, el Californian, que navegaba en las proximidades del Titanic, telegrafiaba nuevas señales de alerta: “icebergs en el mar”. Nadie le dio importancia. Más tarde otro barco advertía: “bloques de hielo desplazándose”. El oficial de turno transmitió el mensaje al comandante, el cual se lo llevó al director de la empresa de navegación, que andaba paseando con dos damas por la cubierta, pero cuando recibió el aviso siguió su camino.

A la hora de la cena, los restaurantes estaban repletos. Entretanto llegaron tres mensajes más que avisaban de la proximidad de grandes icebergs. A las 22 h el capitán se retiró para iniciar el tranquilo sueño de quien considera imposible que su barco se pudiera hundir. Poco a poco los pasajeros se fueron recogiendo y las luces de salones y camarotes, apagándose. Mientras, los bloques de hielo se iban acercando.

A las 23:40 h el vigía de la cofa vio delante del barco al fatal iceberg e hizo sonar las alarmas. El oficial de turno dio las órdenes necesarias para evitar la colisión, pero... ya era demasiado tarde. El choque produjo un agujero de 90 metros en la parte derecha de la embarcación, por donde entraba agua en cantidades incontrolables. El Titanic se detuvo bruscamente. Mientras varios tripulantes percibían que la herida era mortal numerosos pasajeros, unos jugando, otros fumando, sintieron el golpe y vieron la inmensa masa de hielo, pero continuaron tranquilos.

¡El Titanic no puede hundirse!

Algunos pasajeros salieron de sus camarotes curiosos por saber qué estaba pasando, varios ya con los pies mojados. Aun así, no se estaban dando cuenta de que el barco se hundía. ¿Por qué? Sencillamente porque... el Titanic era inhundible. Después de todo, ¿cómo iba a sufrir un naufragio un barco de aquel porte, en una noche calma y hermosa como aquella? Esa era la mentalidad de los pasajeros, reflejo de la mentalidad de la época.1

Cuando la gravedad de los daños se hizo evidente, los telegrafistas empezaron a enviar llamadas de socorro, en tanto la tripulación preparaba los botes salvavidas. Los pasajeros no sabían cómo actuar en una emergencia de ese tipo. Se diría que esas barcas habían sido colocadas sólo a efectos decorativos...

Cuando el buque comenzó a inclinarse, algunos pasajeros entraron en pánico, otros seguían divirtiéndose. La orquesta se trasladó a la cubierta, donde los acordes de su música se mezclaban con los gritos de las órdenes de que la gente entrara en los botes de salvamento.

La mayoría de éstos se alejaba sin completar su capacidad. Uno que tenía espacio para sesenta y cinco personas sólo llevaba a veintiocho. A pesar de las evidencias en contrario, en la mente de muchos se mantenía fija una idea: el Titanic no puede hundirse.

Habían construido su casa sobre arena

A la 1:20 h del día 15, el pánico se había extendido. El agua continuaba subiendo, pero la orquesta no dejaba de tocar. Poco después de las 2 h los hombres empezaron a
lanzarse al mar, tomados por la desesperación. Veinte minutos más tarde, el mayor transatlántico del mundo desaparecía en el océano.

Algunos centenares de pasajeros y tripulantes perecieron sepultados en el interior del casco; otros fallecieron por hipotermia en las heladas aguas del Atlántico, a unos grados bajo cero. Únicamente setecientas personas, menos de la tercera parte de los que iban a bordo, lograron salvar su vida.

El optimismo y el espíritu laicista de la Belle Époque los había embaucado. La confianza de aquellas personas estaba depositada en la fuerza y la pericia de los técnicos. Sus oídos se habían cerrado a la virtud de la prudencia. Quisieron dejar a un lado a Aquel que mide el mar con el cuenco de sus manos y a palmos el cielo (cf. Is 40, 12). En suma, fueron insensatas, construyeron su casa sobre arena (cf. Mt 7, 26).

En el 105 aniversario del naufragio del Titanic, no seamos como aquella gente. Tengamos una actitud diametralmente opuesta, de vigilancia, humildad y prudencia. Oigamos la Palabra de Dios, procuremos ponerla en práctica y así, por muy fuertes que sean las lluvias y los vientos, nuestra casa no se derrumbará. Estará edificada sobre la roca (cf. Mt 7, 24-25).

1 El sitio historyonthenet.com posee un interesante artículo dedicado a mostrar que en 1912 el común de las personas creía realmente que el Titanic era inhundible. Y, según el The New York Times del 16 de abril de 1912, el vicepresidente de la White Star Line, Philip A. S. Franklin, participaba de esa creencia. Al día siguiente del naufragio, declaró: “Pensaba que era insumergible. Y me he basado en la opinión del mejor asesoramiento de expertos. No entiendo qué pasó”.

Meditacion Eucaristica - abril 2017 - Pe Rafael Ibarguren

Saña y descuidos anti eucarísticos

Por el P. Rafael Ibarguren EP - Consiliario de Honor de la FMOEI

Se multiplican por el mundo, y especialmente en países cristianos (o ex cristianos…), atentados contra la Eucaristía, especie de pecado gravísimo que lleva por nombre sacrilegio.

El sacrilegio es una profanación o injuria hecha contra una persona o un objeto sagrado. Un atentado contra el Santísimo Sacramento, que es lo más sagrado entre las cosas sagradas, se reviste de una inmensa gravedad.

Progresivamente, mientras se va perdiendo en la opinión pública la conciencia de lo sagrado, se hace cada vez más frecuente este tipo de pecado. Pero no se piense que la pérdida de la noción de pecado aminora la gravedad de la culpa. En el origen de esa desafección por las cosas sagradas está latente una irresponsabilidad culposa que constituye una apostasía en relación a las obligaciones propias del bautismo. Así es, aunque la afirmación parezca excesiva al relativismo en boga: se trata de una apostasía de los compromisos bautismales.

La Iglesia tiene un Código de Derecho Canónico, normas que regulan los derechos y las obligaciones de los fieles. También tiene sus Tribunales propios para juzgar y castigar los delitos contra la religión. Nada hay de más razonable, y más en los tiempos actuales, a la vista de la impiedad reinante.

Dice, por ejemplo, el canon n° 1367: “Quien arroja por tierra las especies consagradas, o las lleva o retiene con una finalidad sacrílega incurre en excomunión latae sentetiae (automática) reservada a la Sede Apostólica”. La excomunión es una sentencia tremenda, la peor de las penas: es el desarraigo de la Iglesia Católica de quien cometió el delito, por autoexclusión o por expulsión; la desvinculación del reo del Cuerpo Místico de Cristo, del pueblo santo de Dios.

Pero esa excomunión decretada en el Código, no vale solo para quien arroja por tierra a las sagradas especies, sino también para quienes hacen de las hostias consagradas objeto de un acto externo, voluntario y grave de desprecio. De hecho, cualquier acción gravemente despreciativa al Santísimo Sacramento se debe considerar incluida en ese canon.

A los profanadores no les importará la excomunión, ya que ellos viven en total “paz” su ruptura con la Iglesia; su conciencia endurecida como una piedra, poco o nada les recrimina. Pero dejemos a los sacrílegos de lado y concentremos nuestra atención en los fieles que se conmocionan y se chocan al enterarse de las profanaciones que suceden que, queremos creer, serán la mayoría entre los bautizados…

En general, cada vez que se comete un sacrilegio violando tabernáculos, profanando hostias consagradas o robando vasos sagrados, se organiza un acto de desagravio en el lugar de los hechos: será una Misa de expiación, una procesión reparadora, una nota del Obispo condenando lo sucedido, etc. Indispensables iniciativas… que no suelen ser acompañadas con una sensibilización de la opinión que lleve a aumentar el fervor religioso de los fieles. Sucede que la tibieza espiritual de la comunidad, que bien pudo haber sido la causa próxima o remota del sacrilegio, se va reestableciendo paulatinamente de nuevo… a la espera de la próxima blasfemia.

Se diría que ni el valor intrínseco e infinito de la presencia real del Señor, ni el trauma causado por la afrenta dispensada al Sacramento, bastan para potenciar un cambio substancial de vida, una conversión.

Las personas chocadas por el sacrilegio deberían arrancar del cielo esa conversión. ¿Arrancar del cielo? Sí, más propiamente: arrebatar. Ha dicho Jesús: “El reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan” (Mt., 11, 12). Sin “violencia”, es decir, sin reparación, sin ayuno, sin oración, sin obras de misericordia, no se obtiene la conversión individual ni comunitaria.

Para propiciar esa conversión hay algo formidable que es una fuente de gracias segura: promover la adoración perpetua en parroquias y capillas. Pero… eso será fecundo, siempre que se actúe de acuerdo a las disposiciones establecidas en las respectivas diócesis y en la Iglesia universal. Porque no es raro que se den abusos en esas iniciativas, de sí tan loables, como, por ejemplo, dejar al Santísimo expuesto solo, o poner en el lugar de la exposición músicas inadecuadas. Sucede.

En ese sentido, la Conferencia Episcopal de El Salvador acaba de publicar una “Instrucción sobre el culto a la Sagrada Eucaristía fuera de la Misa” que merece ser conocida y aplicada en todas partes. Este es su texto, vale la pena leerla: file:///C:/Users/hp/Downloads/ culto_eucaristia_ fueradelamisa_elsalvador%20(3) .pdf

A la luz de las advertencias de los Obispos salvadoreños, podemos constatar que las ofensas al Santísimo Sacramento no proceden solamente de sacrílegos atentados perpetrados por enemigos de la Iglesia. También provienen de un culto indebido, sentimental, mundano ¡y a veces hasta motivado por el negocio!, totalmente ajeno de la verdadera substancia de los dones que el Espíritu Santo dispensa e infunde en las almas.

Otro “espíritu” merodea no lejos de los altares, de las custodias y de los sagrarios para hacer daño. Atentan, pues, contra la Eucaristía, la saña de los malos y también la tibieza de los buenos.

Adoremos al Señor con ánimo reparador y no relativicemos el tesoro de estar en su compañía comportándonos de una manera irreverente. Adorar al Santísimo equivale a entrar en la corte del Rey de reyes y beneficiarnos del trato personal que dispensa Dios a hijos íntimos, no a vasallos desconocidos ¡Qué privilegio!

Santa Cruz, Bolivia, 1 de abril de 2017