Ulán Bator (Martes, 09-12-2014, Gaudium Press) Enkh Baatar, un joven de 23 años, es la primera vocación nativa de Mongolia en recibir la Orden del diaconado. El histórico suceso para la Iglesia en Mongolia se registrará en Corea del Sur, país en el cual transcurre su formación como seminarista en la Diócesis de Daejon. La noticia fue celebrada por Mons. Wenceslao Padilla, quien preside la Prefectura Apostólica de Ulán Bator, según informó la agencia Églises d'Asie en un artículo reproducido por UCA News.
El joven Enkh Baatar, en 2008, cuando ingresó al Seminario en Corea del Sur. Foto: Iglesia Católica en Mongolia. |
La espera ordenada por el obispo corresponde a su preocupación por la juventud de la Iglesia local y su necesidad de un fortalecimiento previo en la fe antes de promover activamente las vocaciones. "Es demasiado temprano para esto", indicó en 2008. "Estos jóvenes, hombres y mujeres, deben aún profundizar su fe y practicar su vida cristiana" De esa generación, Baatar es el primer fruto y el primero en ingresar a un seminario.
Su madre, quien presentó la noticia de la ordenación diaconal a su comunidad católica en Mongolia y afirmó, según un feligrés, que el joven tuvo que enfrentar dificultades para preservar su vocación tales como la oposición de su familia y amigos, quienes intentaron por años persuadirlo de no seguir su llamado a la vida sacerdotal. Su madre, en cambio, se manifestó orgullosa de la perseverancia de su hijo en su vida de fe y relató a los fieles que estará presente en la ordenación el jueves 11 de diciembre.
Para una fuente de Églises d'Asie, la ordenación de un sacerdote nativo tendría un gran impacto en la Iglesia en Mongolia no sólo en el gran significado espiritual sino para la superación de obstáculos materiales. "Esta ordenación, además de su importancia eclesial y apostólica, también tendrá consecuencias prácticas y permitirá que la Iglesia tenga derecho de poseer sus propias propiedades y ser su propio representante legal. Según la agencia, las leyes de la República de Mongolia afirman que sólo los ciudadanos del país pueden poseer tierra o dirigir una organización religiosa.
Además, las organizaciones extranjeras en Mongolia deben cumplir con cuotas de contratación de nacionales que representan un número extra de personas que requieren un esfuerzo notable a una Iglesia local en territorio de misión. "De acuerdo a estas cuotas, la Iglesia Católica debería contratar un número adicional de 60 personas, pero no tenemos el dinero para los salarios", expresó con preocupación Mons. Wenceslao Padilla, Prefecto Apostólico de Ulán Bator. Los más de 80 sacerdotes y religiosos del país son extranjeros y si se exigiera de manera estricta el cumplimiento de esta norma, al menos 13 misioneros se verían forzados a dejar el territorio.
Con información de UCA News.
Contenido publicado en es.gaudiumpress.org, en el enlace http://es.gaudiumpress.org/content/65480#ixzz3LcvN30rZ
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