Redacción (Martes, 14-10-2014, Gaudium Press) Además de ser patrono de la Iglesia Universal, de los trabajadores y modelo de padre y esposo, San José, el fiel y casto esposo de la Virgen María, ha sido propuesto como Patrono Universal de la Familia. La proposición fue hecha por Mons. José Luis Escobar Alas, Presidente de la Conferencia Episcopal de El Salvador, durante su intervención en el Sínodo Extraordinario de la Familia que se celebra en el Vaticano, y en representación de los obispos de su país.
Foto: Gaudium Press. |
En declaraciones con Radio Vaticano, difundidas por Aciprensa, el Arzobispo salvadoreño dijo: "Sin duda alguna el amor a San José está en toda la Iglesia, él es el patrono universal de la Iglesia. También es el patrono de los obreros. Pero los obispos de mi país y el pueblo de Dios, consideramos que conviene que San José sea el patrono universal de la familia, y esto es lo que hemos pedido por escrito todos los obispos en nuestra participación en el Sínodo".
Al respecto, Mons. Escobar Alas agregó: "quiera Dios que tengamos esta gracia puesto que es modelo de esposo, de padre, y tutor de los jóvenes. Pero también debemos considerarle en este momento un defensor de los derechos de la mujer y de los niños. Quién como él ha sido quien protegió a la Sagrada Familia y al Divino Niño en la emigración a Egipto, y constantemente. Y San José sigue cuidando a cada una de nuestras familias".
Cabeza de la Sagrada Familia de Nazaret
Quién mejor que San José para que sea declarado oficialmente patrono de las familias.
Por encargo de Dios, quien le confió sus más preciados tesoros, Él es la cabeza de la Sagrada Familia de Nazaret, una paternidad que ejerce no sólo con Jesús, sino con toda la Iglesia, ya que el propio San José fue introducido por Dios en el designio salvífico de la Encarnación. Como lo explicó San Juan Pablo II el 19 de marzo de 1998, en la festividad del patrono de la Iglesia: "Hoy contemplamos a José, esposo de la Virgen, protector del Verbo encarnado, hombre de trabajo diario, depositario del gran misterio de la salvación (...) Precisamente este último aspecto (...) nos permiten comprender cómo fue introducido san José por Dios en el designio salvífico de la Encarnación. «Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3, 16). Este es el don inconmensurable de la salvación; esta es la obra de la redención".
El santo pontífice sobre San José igualmente señaló en aquella ocasión: "Como María, también José creyó en la palabra del Señor y fue partícipe de ella. Como María, creyó que este proyecto divino se realizaría gracias a su disponibilidad. Y así sucedió: el Hijo eterno de Dios se hizo hombre en el seno de la Virgen Madre (...) Sobre Jesús recién nacido, luego niño, adolescente, joven y hombre maduro, el Padre eterno pronuncia las palabras del anuncio profético: «Yo seré para él padre y él será para mí hijo» (2 S 7, 14). A los ojos de los habitantes de Belén, Nazaret y Jerusalén, el padre de Jesús es José. Y el carpintero de Nazaret sabe que, de algún modo, es exactamente así. Lo sabe, porque cree en la paternidad de Dios y es consciente de haber sido llamado a compartirla en cierta medida".
Con información de Aciprensa y Vatican.va.
Contenido publicado en es.gaudiumpress.org, en el enlace http://es.gaudiumpress.org/content/63728#ixzz3GLWDCutd
Se autoriza su publicación desde que cite la fuente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario