¿Quién ayudará a Pedro?

Publicado 2011/05/16
Autor: Gaudium Press
Sección: Opinión

Redacción (Lunes, 16-05-2011, Gaudium Press) En una época donde todavía no había medios de obtener agua tan fácilmente, un niño llamado Pedro hacía largo recorrido hasta un pozo, cargando su jarra, a fin de prestar este servicio a su madre.

Cierto día, cuando Pedro ya había llegado al pozo del cual retiraba el agua, distraídamente se desequilibró y fue a parar al fondo. Menos mal que éste estaba lleno de agua, lo que evitó la muerte del joven. Entretanto, ¿cómo saldría de aquella situación?

Por suerte estaban pasando por el lugar otros tres jóvenes, cuyos nombres eran respectivamente "Nadie", "Alguien" y "Todo el mundo". Pedro desconocía a aquellos jóvenes, pero después les pidió ayuda, diciendo: "¿Alguien me puede ayudar a salir del pozo?"

Solamente en este momento ellos se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo y Alguien respondió: "Discúlpeme, pero no voy a poder ayudarte, pues estoy cargando muchas cosas. De cualquier forma no se preocupe, pues Nadie va ayudarte a salir del pozo".

Pedro les dice consternado: "Por favor, no hagan eso, no son todos los que pasa por aquí los que va querer ayudarme". Al oír estas palabras, Todo el mundo quedó indignado y respondió: "Yo nunca vi gente tan ingrata. Solo porque no consiguió la ayuda de Alguien, ahora no acepta el auxilio de Nadie y además piensa que Todo el mundo es obligado a ayudarte".

El pobre Pedro, ya casi sin fuerzas para mantenerse flotando en el agua, no entendía aquella conversación y respondió: "¿Entonces qué voy a hacer si nadie quiere ayudarme?"

Nadie, que tenía un buen corazón, le respondió: "No se preocupe joven, a pesar de no haber conseguido la ayuda de Alguien y de que Todo el mundo está enojado con usted, puede quedarse tranquilo que Nadie va sacarlo del pozo".

Pedro, entre lágrimas, respondió lleno de fe y confianza: "Aunque falte la caridad para todo el mundo, aunque cueste a alguien ayudarme y nadie se interese por mi situación, yo voy a confiar, pues sé que Dios nunca me abandonará".

Los tres amigos se enternecieron al oír estas palabras y Alguien le respondió: "¡Tranquilícese! Las cosas no son así. Está bien que Nadie se ofreció para sacarle del pozo, pero usted tiene que comprender que a veces Alguien está cargando cosas que usted ni sabe y en el momento no puede ofrecer auxilio. Y no piense mal solo porque Todo el mundo está enojado de vez en cuando".

Por último, los amigos lanzaron una cuerda a Pedro y lo sacaron de aquella difícil situación. Después de algunos minutos de conversación todo se aclaró y los jóvenes volvieron felices a sus casas.

Lo que pasó en la dramática historia del niño Pedro, muchas veces ocurre en nuestras vidas. Cuántas veces oímos frases como estas: "Hágalo usted también, porque hoy en día ‘todo el mundo' hace". O aún ésta: "¿Usted cree que ‘alguien' se preocupa con lo que va sucederle?". Y lo que es peor: "Métase de una vez por todas en su cabeza que ‘nadie' le quiere". Frases que se tornan como una herida para quien las oye, pues están llenas de insensatez.

El Divino Maestro en lo alto del monte, enseñando a sus discípulos, les dijo: "Mirad las aves del cielo: no siembran ni cosechan, ni recogen en los graneros y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?" (Mt 6,26). De la misma forma que Dios provee a su creación todo lo que ella necesita, ¿cuánto más no hará por los seres humanos?

Aunque no veamos a "nadie" practicar la virtud o "alguien" venga a aconsejarnos a hacer algo moralmente malo y, sobretodo, cuando percibimos que "todo el mundo" está haciendo lo que no debe, esto no debe desanimarnos -pensando que somos tontos al hacer el bien- pues Dios conoce todas las cosas y nada se le escapa de la vista.

Será el momento de reflexionar profundamente en estas palabras del profeta Jeremías: "Yo, el Señor, examino el corazón y experimento los riñones, retribuyo a cada uno conforme caminó, conforme el fruto de sus acciones" (Jr 17,10).

Por Thiago de Oliveira Geraldo