Ciudad del Vaticano (Viernes 09-05-2014, Gaudium Press) El Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano, aseguró en la eucaristía que celebró el día de ayer en el Santuario de la Virgen del Rosario de Pompeya (Italia), que ningún problema por fuerte que llegue a ser, logra ahuyentar la esperanza.
"Estamos en un lugar donde la caridad ha puesto su tienda y se ha instalado como elemento constitutivo de una historia de fe que sigue mirando hacia adelante empujada por la fuerza poderosa y humilde de su origen: aquí la oración, la corona del Rosario, de la que se hizo apóstol el fundador Bartolo Longo, ha calado en una realidad que hablaba de otras cosas. Hablaba de miseria y de abandono, de injusticia y abusos. El hombre era pisoteado en su dignidad y los pobres, los últimos de la fila, casi ni se consideraban", comentó el Purpurado.
El Cardenal Parolin insistió en que por más que sean las dificultades que particularmente se presenten en los días actuales, la esperanza debe seguir firme ante cualquier adversidad:
"Esto sigue siendo verdad aunque lo que hoy vivimos no nos ahorra ni dificultades, ni angustias, como la amenaza de una violencia siempre al acecho o las escasas e inciertas perspectivas de trabajo para nuestros jóvenes a los que, no sólo la crisis económica de estos tiempos, sino también retrasos de antigua fecha y de estructura, hacen difícil mirar al futuro con serenidad y confianza" agregó el Secretario mientras hablaba de la esperanza y la fe divina.
Dentro de la homilía, Mons. Parolin también hizo mención a tres conceptos que ayudan a entender lo que Cristo resalta a sus discípulos cada día:
El primero de ellos incide en la profesión de nuestra fe, recordando así la figura de Pedro, quien a pesar de sus temores y su frágil humanidad, con la mediación de Cristo adquiere la gracia de Dios y recibe la acción del Espíritu Santo.
En el segundo concepto nos invita a poner en práctica la fe amando al prójimo. "Es la revolución que trajo Jesús. El amor mutuo es el mandamiento que él dio a los suyos, antes de morir, definiéndolo suyo y nuevo. Y por lo tanto, la esencia misma de su enseñanza", afirmó el Purpurado
Finalmente, el tercer concepto es aceptar la invitación del Papa Francisco, que nos hace un llamado a ser luz para el mundo. Allí el Cardenal Parolin comentó que María es el ejemplo a seguir para el mundo cristiano. "Con el Magnificat, profesó su fe, viviendo al mismo tiempo el amor concreto por los demás. Siguió a Jesús hasta el final, bajo la cruz, siendo en su Stabat, testimonio vivo de la luz de la fe, y todavía hoy se da a sus hijos", concluyó Mons. Parolin.
Con información de ACI
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