jueves, 7 de julio de 2011

La Eucaristía es el mayor tesoro de la Iglesia y un antídoto para el individualismo, afirma el Papa en el Ángelus

Publicado 2011/06/27
Autor : Gaudium Press


Benedicto XVI destacó en su discurso por la ceremonia del Ángelus de este domingo la importancia de la Eucaristía, cuya Solemnidad de Corpus Christi fue conmemorada ayer en Italia y algunos otros países del mundo

Ciudad del Vaticano (Lunes, 27-06-2011, Gaudium Press) Al presidir la ceremonia del Ángelus, este domingo, el Papa recordó que Italia y algunos otros países celebraron ayer -y no el pasado jueves - la Solemnidad de la Santísima Sangre y Cuerpo de Cristo. Así, Benedicto XVI dedicó su discurso después de la oración mariana al tema de la Eucaristía, y de la centralidad de la misma en la vida de la Iglesia. "Sin la Eucaristía la Iglesia simplemente no existiría".

"En una cultura cada vez más individualista -observó el Papa- como es en la que estamos sumergidos en las sociedades occidentales, y que tiene tendencia a difundirse en todo el mundo, la Eucaristía constituye una especie de ‘antídoto', que opera en las mentes y los corazones de los creyentes y continuamente siembra en ellos la lógica de la comunión, el servicio, el compartir; en suma, la lógica del Evangelio".

Benedicto XVI habló a los países occidentales donde hay facilidad para participar en la misa, que hubo momentos en la historia -y aún hay- en que las personas deben luchar para tener una misa y una propia iglesia para celebraciones.

"Los primeros cristianos en Jerusalén eran una señal evidente de este nuevo estilo de vida, porque vivían en fraternidad y colocaban en común sus bienes, a fin de que nadie se tornase indigente. ¿De dónde viene todo esto? De la Eucaristía, o sea, de Cristo resucitado, realmente presente en medio de sus discípulos y operante con la fuerza del Espíritu Santo. Y también en las generaciones sucesivas, durante los siglos, la Iglesia, no obstante los limites y errores humanos, contribuyó para ser en el mundo una fuerza de comunión" destacó también el Pontífice.

El Papa recordó también a los nuevos beatos recientemente proclamados por la Iglesia, como los sacerdotes alemanes mártires del régimen nazi en Alemania, los llamados "Lübecker Märtyrer", Johannes Prassek, Hermann Lange y Eduard Müller; y los tres beatos de Milán: Mons. Serafino Morazzone, párroco en la región de Lecco entre los siglos XVIII y XIX, heroico misionero en la antigua Birmania; y Enrichetta Alfieri, monja de Caridad, llamada de "ángel" de la prisión milanesa de San Vittore.

No hay comentarios:

Publicar un comentario