Manila (Miércoles, 22-07-2015, Gaudium Press) En Filipinas, en los últimos meses se ha registrado un número cada vez mayor de personas, sobre todo de jóvenes profesionales, que inician la experiencia de un camino espiritual interior.
Y de ahí ha surgido un número creciente de jóvenes que abandonan sus oficios y buscan la "entrada a un seminario, convento o monasterio".
Quien afirma eso es Edwin Despabiladeras, coordinador vocacional del santuario nacional de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, situado en Baclaran, región de Metro-Manila, en Filipinas.
Coincidencia o no, lo cierto es que el hecho comenzó a ser más visible después del viaje apostólico del Papa Francisco a las Filipinas (en enero de este año), cuando un número creciente de jóvenes hombres y mujeres han procurado los centros vocacionales.
Entre las varias opciones que estos jóvenes proyectan para el futuro, se destacan las del sacerdocio y la vida consagrada.
Según Edwin, "no se puede negar que la reciente visita del Papa Francisco es la causa de este aumento inesperado del número de personas que desean discernir la propia vocación".
Sin embargo, él es cauteloso y afirma que aunque el aumento de adhesiones sea un hecho positivo, es preciso evaluar con atención cuáles son las "verdaderas vocaciones" en relación a una elección momentánea determinada muy probablemente por el sentimiento:
"Aquellos que desean recorrer un camino vocacional participan de un mes inicial de búsqueda y meditación interior. Después de eso, lo que cuenta para nosotros es más la calidad que la cantidad", observa Edwin.
"Aquellos que desean recorrer un camino vocacional participan de un mes inicial de búsqueda y meditación interior. Después de eso, lo que cuenta para nosotros es más la calidad que la cantidad", observa Edwin.
El Padre Hernando Coronel, rector del Seminario filipino de San Carlos, confirma las palabras del coordinador vocacional. Según él, en este año hubo un aumento de 13% de los inscritos en los cursos de filosofía y teología. "Estamos felices con el fervor manifestado por el pueblo y con el aumento de las vocaciones. Ahora, buscamos la perseverancia y la calidad del compromiso" de esas personas, afirma Padre Hernando.
Para el profesor Hermano Nestor Limqueco, que es miembro de la Fraternidad laica de Santo Domingo, la animación vocacional no es un trabajo exclusivo de pocos: No podemos dejar al clero y los religiosos solos en este compromiso, porque "en la calidad de miembros de la Iglesia" también los laicos "son llamados a ayudar" en esta tarea, afirma Hermano Nestor.
Para él, "cada uno de nosotros, en particular los padres y los profesores, debe colaborar, motivando a los jóvenes al sacerdocio y a la vida consagrada. " (JSG)
De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de FIDES.
Contenido publicado en es.gaudiumpress.org, en el enlace http://es.gaudiumpress.org/content/71708#ixzz3gii6lFZA
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