jueves, 3 de noviembre de 2011

La fe cristiana demuestra al mundo racionalista que detrás no existe la nada, dice el Papa en la audiencia general

Publicado 2011/11/02
Autor: Gaudium Press
Sección: Europa

Ciudad del Vaticano (Miércoles, 02-11-2011, Gaudium Press) "Quien puede reconocer una gran esperanza en la muerte, también puede vivir una vida que brota de la esperanza". Benedicto XVI esta mañana en la audiencia general -que se juntó con la conmemoración de los Fieles Difuntos- habló sobre la dimensión sobrenatural de nuestro destino. El Santo Padre recordó que incluso en el mundo de hoy "aparentemente racional", donde se afirma que prima la ciencia, "el hombre necesita de la eternidad".

A las 7.000 personas reunidas en el aula Pablo VI en el Vaticano, el Papa ofreció "algunas simples ideas sobre la realidad de la muerte". Sobre la muerte que "para nosotros los cristianos es iluminada por la Resurrección de Cristo, y para renovar nuestra fe en la vida eterna" y que siempre temen los hombres de toda época. "Tenemos miedo ante la muerte -dijo el Papa- porque tenemos miedo de la nada", y también del juicio de nuestros actos.

Benedicto XVI, contra el intento de eliminar la consideración de la muerte de nuestra sociedad, insistió en que "el camino de la muerte, de hecho, es una vía de la esperanza, y recorrer nuestros cementerios, así como leer las inscripciones de las tumbas es hacer un camino marcado por la esperanza de la eternidad". La racionalidad del mundo moderno nos hace caer en formas de espiritismo.

"Hoy el mundo" ha difundido la tendencia, continuó el Papa, que "toda realidad debe ser abordada con los criterios de la ciencia experimental, e incluso las grandes cuestiones sobre la muerte se deben responder no tanto con la fe, sino a partir del conocimiento experimental, empírico". Sin embargo, estas experiencias no son suficientes, sino que "de esta manera -advirtió el Pontífice- se termina por caer en formas de espiritismo, en un intento de tener algún contacto con el mundo de ‘más allá de la muerte', casi imaginando que hay una realidad que, en última instancia, es una copia de la presente".

El Santo Padre señaló que la verdadera naturaleza del hombre no puede reducirse solo a una dimensión horizontal. Porque "el hombre necesita de eternidad" y "sólo puede explicarse si hay un Amor que supera todo aislamiento, incluso el de la muerte, en una totalidad que trasciende también el espacio y el tiempo". De hecho -el Papa reiteró- el hombre "encuentra su significado más profundo, sólo si hay Dios". El hombre necesita a Dios, del Dios que "se ha mostrado realmente" y "se ha tornado accesible" en la persona de Jesucristo, hecho hombre, crucificado y resucitado por nosotros.

"Cristo nos sostiene a través de la noche de la muerte que él mismo ha vivido; es el Buen Pastor, a cuya guía se puede confiar sin temor alguno, porque Él conoce bien el camino, incluso en la oscuridad". Recordó el Papa la responsabilidad de los cristianos a dar testimonio al mundo "con valentía y fuerza", a través de visitas a los cementerios, de "nuestra fe", que "detrás del presente no existe la nada". Porque es la fe en la vida eterna que "da al cristiano el coraje de amar aun con mayor intensidad ésta tierra nuestra y trabajar para construirle un futuro, para dar una esperanza verdadera y segura".

Gaudium Press / Anna Artymiak

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