sábado, 6 de noviembre de 2010

¿Será que vemos el lado correcto?

Publicado 2010/11/05
Autor: Gaudium Press
Sección: Opinión

Redacción (Viernes, 05-11-2010, Gaudium Press) ¿Quién, en noches especialmente bellas, no salió a una ventana, a un balcón o incluso a campo a vierto para admirar los maravillosos encantos del firmamento, deslumbrante no tanto por el brillo de una u otra estrella, sino por el grandioso espectáculo de su conjunto?

Ahora, al ver este cuerpo estelar masivo, una persona de carácter demasiado ordenado podría pensar: "Pero, ¡qué desorden! Esto da la impresión de que Dios fue tomando las estrellas y lanzando a puñados en el cielo, sin ninguna razón y sin obedecer a ningún principio. Para mi gusto estos astros deberían estar arreglados a la jardín de Versailles".
Esta apariencia de desorden, y la dificultad o talvez imposibilidad de haber orden en todos estos astros, se torna todavía más acentuada se consideramos lo que hoy al respecto de ellos se sabe gracias a los avances de la astronomía.

Analicemos algunos datos a este respecto: Solo nuestra galaxia, la Vía Láctea, contiene aproximadamente 1011 estrellas, o sea, un "1" seguido de once ceros. Ya el universo visible, aquel cuya luz llegó a la Tierra, posee aproximadamente 1012 galaxias. Lo que suma un número aproximado de 1023 estrellas. Pero, a ojo descubierto, solo podemos ver unas 3.000 de ellas.

Así siendo, si cada hombre desde Adán hasta el último que acabó de nacer tuviese que disponer una única estrella, aún restarían millares para ordenar. Entretanto, el Sol considerado una estrella pequeña, tiene una masa 300.000 superior a la de la Tierra, y algunas estrellas consideradas gigantes son 100 veces mayores que el Sol. De este modo, si toda la humanidad uniese fuerzas en el intento de mover la menor de las estrellas, no alcanzaría resultado positivo.

Para tener una noción de distancia, considerada la Tierra con el tamaño de la cabeza de un alfiler (1mm) el Sol tendría el tamaño de un plato (10 cm) y la Vía Láctea tendría extensión 500 veces mayor que la distancia entre la Tierra y la Luna, de esta forma, aunque un hombre fuese capaz de mover una estrella para disponerla en cierto lugar en el universo, ¿cuántos millares de años serían necesarios para recorrer solo la más próxima de las galaxias?

Con todo, esto que para el hombre es imposible, para Dios es perfectamente posible. Y más aún, para Él imposible sería crear algo desordenado, pues el desorden es contrario a Él, que es el Sumo Orden. Por eso, si vemos en el firmamento algún desarreglo, antes debemos buscar su causa en una deficiencia nuestra.

Así siendo, nos podemos poner el siguiente problema: ¿Será que vemos del "lado correcto"? ¿Será que las estrellas no fueron creadas por Dios y dispuestas en el universo para ser vistas de arriba, desde el Cielo, a través de los "ojos" de Dios? ¿Quién sabe si desde allá no se puede verificar una armonía sobresaliente entre estos astros que talvez compongan figuras magníficas?

Esta impresión de desorden que puede tener quien contempla el firmamento parece análoga a la que tendría alguien que viese una bellísima alfombra persa, sin embargo, del lado de abajo. Y en el no notase más que un enmarañado de hilos de colores diversos y hasta muy bonitos, pero en los cuales, solo con mucha dificultad se pudiese vislumbrar algo de las delicadas, atrayentes y sugestivas formas claramente perceptibles del otro lado de la alfombra.

Tal hipótesis me pareció tan bonita, que bien podría ser verdadera, pero ¿cómo comprobarla?

Solo si la Misericordia Divina nos concediese la gracia, de, aunque sea por algunos instantes, ser llevados al Cielo para admirar los esplendores desbordantes de orden y sabiduría que Dios puso en el firmamento. Pero, allá sí vistos del "lado correcto".

Entretanto, los que para allá van no acostumbran regresar para narrar las maravillas que vieron. Por eso, no podremos por ahora, confirmar ni negar esta hipótesis. Sin embargo, podemos al menos de ella extraer un valioso principio.

¿Será que muchas realidades de nuestra vida no las vemos del lado contrario? Hasta ciertas cosas que en esta tierra tanto nos encantan, ¿será que las vemos del "lado correcto"? Las bellezas contenidas en la naturaleza; el desarrollo, muchas veces misterioso y siempre grandioso de la Historia; y sobretodo los designios de la Bondad divina con los hombres, ¿será que de todo eso no vemos sino los bellos hilos coloridos que componen el reverso de una alfombra, que entretanto en su lado correcto contiene deslumbramientos inimaginables para la mente humana?

Podemos de esto, sí, estar seguros, pues el grandioso orden existente en la Creación, los designios sapienciales y repletos de bondad que Dios tiene con todas las criaturas, solo de lo alto pueden ser vistos enteramente y, por tanto, desde el Cielo, donde nos será dado participar de la visión divina del Universo.

Si, por los ruegos de María Santísima, Dios allá nos conduce, extasiados por el orden, grandeza y sabiduría puestas por Dios en las criaturas, uniendo nuestra voz a la del salmista podremos exclamar: ¡Señor, cómo son magníficas vuestras obras! ¡Y cuán profundos vuestros designios! (Sl 91,6).

Por Renan Souza Freitas

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