viernes, 25 de noviembre de 2016

La Devoción Mariana

En la renovación de la vida cristiana nada tiene la primordial importancia como los pilares de devoción de todo católico: a la Eucaristía, a la Santísima Virgen y el amor al Papado. Dedicaremos este segundo artículo a la devoción mariana.

María Santísima con sus oraciones consigue las gracias que precisan los hombres y el mundo. San Luis María Grignion de Montfort [1] insiste mucho en que para encontrar a Nuestro Señor Jesucristo es preciso buscarlo en Nuestra Señora: con María, para María, en María, por María se llega a Jesús.

La devoción a la Santísima Virgen siempre ha sido considerada, justa y merecidamente, como el único culto que se llama cristiano –“porque en Cristo tiene su origen y eficacia, en Cristo halla plena expresión y por medio de Cristo conduce en el Espíritu Santo al Padre” [2]-, y medio de auténtica piedad.

Nuestro Señor es la fuente de todas las gracias. Nuestra Señora es el canal de todas las gracias. Todo cuanto a Él pedimos Él lo tiene, pues es infinito y posee todo. Todo cuanto pedimos por medio de Nuestra Señora lo obtenemos. Es bien conocida la afirmación de que, si olvidamos a María, y pedimos por medio de los Ángeles y de los Santos sin la mediación [3] de Ella, pues nada obtendremos. Si a María Santísima pidiésemos que interceda, Ella sola sin ellos, obtendríamos todo. En repetidas oportunidades León XIII afirmaba esta gran enseñanza: “Se puede afirmar con toda verdad y rigor que, por divina disposición, nada nos puede ser comunicado, del inmenso tesoro de la gracia de Cristo sino por medio de María. De modo que, así como nadie puede llegar al Padre Supremo sino por medio del Hijo, así también, ordinariamente, nadie puede llegar a Cristo sino por medio de su Madre” [4].

El origen del culto mariano no es fácil de precisar, dado que no surge por decreto ni de golpe en los fieles, sino a través de los siglos en la vida litúrgica de la Iglesia. “Sin embargo puede afirmarse que es anterior al concilio de Efeso (a. 431) y que su núcleo aparece, no obstante, la presencia de María en las confesiones de fe bautismales del siglo II y en la anáfora de Hipólito (ca. 215) entorno al ciclo natalicio ” [5].

El mundo ha sufrido transformaciones que produjeron desequilibrios que, “hunden sus raíces en el corazón humano” (GS, 10) y “redundan también en la vida religiosa” (GS, 4). Estamos ante una crisis que, por tocar el alma del hombre, es moral, y por ser moral es substancialmente religiosa, ya que no se concibe una moral sin religión. Por lo tanto, “esa crisis sólo puede ser evitada, sólo puede ser remediada con el auxilio de la gracia” [6].

 Siendo María Santísima, como enseñan numerosos teólogos, el tesoro y canal de todas las gracias, el cuello del Cuerpo Místico del cual Nuestro Señor Jesucristo es la Cabeza; todo pasa por Ella. María es Reina, es a María que la Iglesia le reza diciendo “Reina y Señora de los Cielos y la tierra” [7]. Pero, la realeza de Nuestra Señora, aun teniendo soberana eficacia en toda la vida de la Iglesia y la sociedad temporal, se realiza primeramente en el “santuario interior de cada alma, es desde donde Ella se refleja sobre la vida religiosa y civil de los pueblos” [8].

 En el Evangelio de San Juan vemos cómo Nuestro Señor responde a la pregunta de Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta” (Jn 14, 8), con afirmación clara y tajante: “Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí”.  Así vemos que Cristo es el único camino al Padre, es lo que la Iglesia ha enseñado en todo tiempo. “Pero la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo y amaestrada por una experiencia secular, reconoce que también la piedad a la Santísima Virgen, de modo subordinado a la piedad hacia el Salvador y en conexión con ella, tiene una gran eficacia pastoral y constituye una fuerza renovadora de la vida cristiana” [9].

La Constitución Conciliar Lumen Gentium dedica un capítulo a la Santísima Virgen María. Sobre la naturaleza y fundamento del culto a María, destacando su historia y especialmente su eficacia, enseña que “este culto, tal como existió siempre en la Iglesia, a pesar de ser enteramente singular, se distingue esencialmente del culto de adoración tributado al Verbo Encarnado, lo mismo que al Padre y al Espíritu Santo, y lo favorece eficazmente, ya que las diversas formas de piedad hacia la Madre de Dios” [10] hacen  que el Padre Eterno sea “mejor conocido, amado y glorificado, y a la vez sean mejor cumplidos sus mandamientos” [11].

Eucaristía y María, dos devociones íntimamente relacionadas e indispensables a ser difundidas en nuestros días para contrarrestar la avalancha paganizante que convulsiona del mundo moderno. De María, aprendamos su fe Eucarística, de Ella que ofreció en su “fiat” su seno virginal para la encarnación de nuestro Redentor; de Ella “mujer eucarística con toda su vida [12]” a ser tomada como modelo; pues, “nadie goza de mayor gracia y poder, cerca del Corazón Sacratísimo del Hijo de Dios y a través del Hijo cerca del Padre” [13].

P. Fernando Gioia, EP.
Heraldos del Evangelio.
padrefernandogioia@heraldos. info

[1] SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT. Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen.  Capítulo VIII, artículo II.
[2] PABLO VI. Exhortación Apostólica Marialis Cultus, Introducción.
[3] Nota: La Iglesia aprobó bajo Benedicto XV, el 21 de enero de 1921, el Oficio y la Misa propios de María Medianera de todas las gracias, para diócesis y familias religiosas que lo habían solicitado.
[4] LEON XIII. Encíclica Octobri mense. 12. 22-9-1891.
[5] ABAD IBÁÑEZ, J.A. y GARRIDO BONAÑO, M. Iniciación a la Liturgia de la Iglesia, p. 761. Madrid: Palabra, 1997.
[6] CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. Revolución y Contra Revolución, Prólogo, p. 23.  Buenos Aires, 1970.
[7] PÍO XII. Oración a María Reina. 1º de noviembre de 1954.
[8] CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. Revolución y Contra-Revolución. Prólogo. 32. Buenos Aires, 1970.
[9] PABLO VI. Exhortación Apostólica Marialis Cultus, 57.
[10] LUMEN GENTIUM, 66.
[11] LUMEN GENTIUM, 66
[12] JUAN PABLO II, Ecclesia de Eucharistía, 53.
[13] PIO XII. Mediator Dei, 212

Fuente: https://www.lausdeo.world/ 2016/11/21/la-devocion- mariana/

sábado, 12 de noviembre de 2016

Río de Janeiro será sede de la 24ª peregrinación de la Legión de María hasta la Basílica de la Peña

Río de Janeiro (Viernes, 11-11-2016, Gaudium Press) La 24ª peregrinación de la Legión de María hasta la Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Peña, en Río de Janeiro, será realizada el próximo día 15 de noviembre, a partir de las 8:00 horas, en el Largo de la Peña.

En esta ocasión, la peregrinación concentrará a los fieles en el portal de subida para el Santuario, tras lo que se seguirá la meditación de la Vía Sacra.

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En la Concha Acústica del templo, habrá una misa presidida por Mons. Edson de Castro Homem, obispo de la Diócesis de Iguatu, y referencial de la Legión de María en la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB), y concelebrada por el director espiritual del ‘Senatus Assumpta' de Río de Janeiro, Padre Fábio Siqueira, y por el rector de la Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Peña, P. Thiago Sardinha de Jesus.

La Legión de María fue reconocida como asociación internacional de fieles después de la entrega de un decreto el 27 de marzo de 2014 por el Secretario del Pontificio Consejo para los Laicos, Mons. Josef Clemens.

En el documento, constaban aprobados los estatutos de esta realidad eclesial.

En la época, Mons. Clemens destacó en su mensaje que la "Legio Mariae" es una señal de cómo el espíritu misionero de los laicos, "puede caminar junto con una profunda comprensión del llamado a la santidad recibido por medio del Bautismo".

"Toda la historia de la Legión de María es un maravilloso testimonio de Fe en la omnipotencia de Dios, Fe en la fuerza de la oración a María", afirmó.

Para el prelado, desde su inicio, la Legión de María "fue un vivo testimonio de cuánto Dios puede operar a través de corazones humildes".

Creada a través de una iniciativa de un grupo de personas guiadas por el entonces funcionario del Ministerio de las Finanzas, Frank Duff, en el año 1921, en Dublín, Irlanda, la Legión de María celebró el 7 de septiembre sus 95 años de historia misionera, "llevando María al mundo y, por medio de ella, el mundo a Jesús", según Mons. Clemens.

La institución, dirigido a la formación de millares de grupos en todos los continentes, propone a sus miembros la santificación, así como la participación en la misión evangelizadora de la Iglesia por medio del apostolado social hacia los más necesitados y los que se encuentran alejados de la Fe. (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Río de Janeiro

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Conferencia Episcopal Argentina convoca a V Congreso Misionero Nacional

Buenos Aires (Viernes, 11-11-2016, Gaudium Press) Con el lema "¡Argentina en misión, el Evangelio es alegría!", la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) ha convocado al V Congreso Misionero Nacional, que se realizarará del 25 al 27 de noviembre de 2017 en la diócesis de Neuquén. El objetivo es "animar la dimensión misionera de toda la Iglesia en la Argentina", según declaran los obispos en el texto de la convocatoria.

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Foto: CEA
"La Comisión Episcopal de Misiones -a través de la Comisión Nacional de Misiones (Conamis)- y las Obras Misionales Pontificias, como ámbitos propios de organización de la pastoral misionera, serán los responsables de coordinar este Congreso. Animamos a todas las diócesis a constituir o fortalecer los ámbitos diocesanos de organización misionera para participar desde su experiencia y aportes concretos en esta instancia nacional", declaran los obispos.

"Que María, Reina de las Misiones, el Santo Cura Brochero y la Beata Mama Antula, nos ayuden a crecer en el ardor misionero que estos tiempos nos reclaman".
Con información de Aica

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sábado, 5 de noviembre de 2016

Mar regresa imagen de la Virgen que había desaparecido tras un ciclón en Punta del Este, Uruguay

Punta del Este (Jueves, 03-11-2016, Gaudium Press) Tal parece que Nuestra Señora de la Candelaria, Patrona de Punta del Este, en Uruguay, no desampara a su pueblo. Su hermosa imagen, ubicada desde hace 35 años en la iglesia de la Candelaria situada en la playa "El Emir", fue brutalmente arrebatada por un ciclón que afectó el municipio el pasado jueves 27 de octubre.

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Momento en que la imagen es llevada a la iglesia de la Candelaria para su restauración / Foto: Municipio Punta del Este.
El hecho llenó de gran tristeza a los vecinos del lugar, quienes al observar el nicho vacío donde se encontraba la emblemática imagen, decidieron ubicar otra para llenar su ausencia. 

Lo que no sabían es que algo estaba por ocurrir.

¡Cuál fue la sorpresa! de los habitantes cuando 24 horas después del triste suceso, el mar regresa la preciosa efigie de la Candelaria. Es hallada por unos surfistas, quienes la encontraron enterrada en la arena. De inmediato fue llevada a su casa donde será restaurada, ya que sufrió algunos daños, para de nuevo sea colocada en su nicho.

La propia Conferencia Episcopal Uruguaya, desde su servicio informativo "Decos CEU", narró el acontecimiento en una de sus redes sociales:
Apareció "de milagro"
Apareció la Virgen de la Candelaria de Punta del Este tras ser arrastrada por el agua.

La imagen había desaparecido del altar ubicado entre las rocas a raíz de la tormenta del jueves y viernes. Su enclave, que data de 1982, corresponde al lugar donde la expedición de Solís habría celebrado la primera misa en tierras uruguayas el 2 de febrero de 1516. Por ser esa fecha de la fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria, Solís puso ese nombre al puerto natural.

La talla en madera de poco más de un metro, que en el altar estaba protegida por un vidrio, fue hallada enterrada en la arena. En la búsqueda participaron vecinos y funcionarios municipales. Inmediatamente al hallazgo la trasladaron a la Iglesia de la Candelaria para su restauración.

El propio Municipio de Punta del Este guardaba la esperanza de que la imagen fuese regresada por el mar. Como lo constata su cuenta en Twitter, donde se escribió: "Ayer la Virgen se la llevó la tormenta. Ya hay otra en su lugar, pero tal vez el mar la devuelva... ¿Qué dicen?".

Unas horas después, en la misma red social, anunciaron con gran emoción: "¡Apareció la Virgen! Precisa algunas restauraciones, pero está de vuelta. ¡Qué alegría!".


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El Municipio de Punta del Este guardaba la esperanza que la imagen fuese devuelta por el mar, como lo escribió en su cuenta de Twitter. En la foto, la imagen que fue ubicada temporalmente en el nicho de la Virgen de la Candelaria.


El acontecimiento para muchos fue un verdadero milagro, más si se tiene en cuenta que el ciclón causó daños a las edificaciones, varios árboles se desplomaron, así como algunos postes de electricidad, sin contar las dos personas que quedaron heridas.

Que este hecho haya ocurrido es un signo de esperanza para los habitantes de Punta del Este, porque significa que Nuestra Señora de la Candelaria los acompaña, sobre todo en los momentos de dificultad, como lo fue el mismo ciclón.

Con información de Decos CEU e Infovaticana.

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Motivar la adoración P. Rafael Ibarguren EP – Consiliario de Honor de la FMOEI

El deber de adorar al Santísimo lo cumplen los fieles cuando comulgan con devoción, ya sea sacramental o espiritualmente, cuando participan de una Hora Santa, también visitando al “Dios escondido” que permanece reservado en un sagrario, al concurrir a una procesión del Corpus, etc.

Igualmente ¡hasta pueden adorar al Señor desde su casa o el trabajo! ¿De qué manera? acercándose en espíritu al sagrario de su parroquia o de algún otro templo, en un acto de fe y de amor. A bien decir, se puede adorar a Jesús Sacramentado en todo tiempo y lugar ¡Qué gracia y qué facilidad!

Imaginemos una circunstancia hipotética bastante suis generis: que se supiese que Nuestro Señor Jesucristo se va a aparecer en persona en tal plaza pública o lugar descampado, a una hora precisa. Seguramente se congregarían ahí miles y miles de devotos y de curiosos.

Pero no es menos cierto que en miles y miles de sagrarios de nuestras iglesias y capillas urbanas y rurales, el Señor está presente, siempre a nuestra espera, congregando a poquísimos… o a nadie, y sin que ni siquiera se piense en ello. ¿Falta de fe? ¿Falta de amor? Sí, y también falta de consecuencia, pues lo que profesamos con los labios no lo aplicamos a nuestra vida concreta.

La razón iluminada por la fe nos dice que Jesús está ahí. Pero resulta que la sensibilidad no se enciende delante de esta verdad incontestable y, por eso, no llega a mover la voluntad para que se resuelva a ir a adorar al Señor.

Esa insensibilidad es irracional y, por supuesto, pecaminosa. Mientras no se la combata y se la corrija, dejará su secuela inevitable: una voluntad desfibrada incapaz de moverse. Hasta los animales que actúan por instintos, son infalibles en el ejercicio de cumplir con su fin. El hombre, en cambio, llega racionalmente a renunciar al deber, lo que le acarrea consecuencias fatales y eternas. Así somos…

De las potencias del alma –inteligencia, voluntad y sensibilidad- la tercera es la más frágil y, a ese título, la que hay que cuidar y motivar con especial esmero. Sin un incentivo que potencie la voluntad, la virtud se hace impracticable, o casi tanto.

Por eso, en relación al culto debido a la Eucaristía, es adecuado que haya ambientes apropiados que estén a la altura del misterio y que estimulen a los fieles a hacer actos de adoración.

Se podría objetar que la ambientación no es más que un marco accesorio, que lo que importa es la sustancia misma: apenas la presencia de la Eucaristía, sin más. Pero quien simplifique así las cosas, claudica de su condición humana, ya que no somos puros espíritus como los ángeles. Necesitamos de un estímulo material.

¿Cómo amar y servir a Dios y al prójimo sin actitudes, gestos, signos? El amor y el servicio se plasman en cosas palpables, no se quedan en teorías ideales. Se cristalizan también en principios razonables y realizables hic et nunc, aquí y ahora, es decir, que tomen cuerpo en la tierra… y no en el mundo de la luna.

Aplicando esta reflexión a la adoración al Santísimo Sacramento, hay que saber que cuando se trata de honrar al Rey de reyes, todo es poco; y en este empeño siempre nos quedaremos cortos. Para su debido culto, la presencia real de Jesús pide una “opción preferencial” por lo mejor, por lo más excelente posible.

Vamos a algunos ejemplos: para honrar a la Eucaristía, qué escogeríamos si tuviésemos que elegir ¿Un cáliz de barro o uno de plata? Para el mantel del altar ¿el acrílico o el lino? Para el sagrario ¿una madera rústica o de categoría, o un metal de valor? Para las velas ¿la cera o la parafina? para el vino a consagrar ¿uno de calidad o el más ordinario posible? para los jarrones ¿flores de plástico o naturales? etc.

Otras preguntas: ante el Santísimo, ¿debo estar vestido de cualquier forma o presentarme dignamente? ¿Saludarle al entrar con una genuflexión o directamente llegar y sentarme sin mayor respeto? ¿Procurar estar a gusto, o “penar” en bancos incómodos, más propios de un faquir que de un adorador? ¿Preferir las armonías de una música que me distiende o las estridencias de un ritmo mundano que dispersa mi atención?

Si no se dispone de un marco apropiado para la adoración, la sensibilidad no se deleita, la voluntad no se mueve y la inteligencia no se satisface. A no ser que nos creamos “superhombres”. O -sería otra excepción que no desmentiría la regla- que estemos llamados a ser singulares anacoretas que transitan por vías anormales…

Cuidemos lo esencial y también los detalles, porque el amor verdadero está hecho de una multitud de detalles, incluso aparentemente superfluos. Así, motivaremos la adoración; de lo contrario -ya que nada de grande se hace de repente- irá tomando cuerpo el desorden que nos podrá conducir paulatinamente muy lejos en el camino del mal, del error y de la feura.

¡Qué contraste desolador!: mientras los católicos tantas veces descuidamos el culto Eucarístico, profanadores de iglesias utilizan las Hostias robadas de los sagrarios, para ultrajar el sacramento haciendo “misas negras”. Es lo que denunció recientemente el arzobispo de Toledo, España (ACI, 19 Oct. 16).

Como conclusión, digamos que no solo hay que cuidar de detalles. Otra manera excelente de motivar la adoración es indignarse con los sacrilegios perpetrados e ir a los pies de Jesús Hostia para reparar tanta maldad que queda impune. ¿Acaso no se debe amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas? (Dt, 6, 5). La adoración reparadora es una pujante muestra del amor.

Asunción, octubre de 2016